El 22 de septiembre 2019, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) anunció en su conferencia matutina la compra de medicamentos en Francia y aseguró que no volvería a ver un desabasto, pero en ese mismo año se hizo pública la falta de medicamentos, como la insulina, para los diabéticos; el Losartan que ayuda a la buena circulación de la sangre; Atorvastatina, que reduce los riesgos de infarto y apoplejías; Ciclofosfamida y Metotrexato que son indispensables para tratar el cáncer de mama y un tipo de leucemia en los niños, y otras enfermedades en el sector salud.
Al llegar al poder, el Gobierno de la Cuarta Transformación, que encabeza AMLO, implementó un nuevo modelo de compra de fármacos que sustituyó al que utilizaba el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) desde 2013. La oficialía mayor de Hacienda se encargó de hacer las compras para conseguir “mejores precios y evitar corrupción”, argumentó vil que perjudicó a pacientes graves con cáncer, diabetes, hipertensión y enfermedades relacionadas con salud mental.
En consecuencia, fueron los pacientes los que terminaron por pagar los platos rotos de esta mala decisión, al no recibir el medicamento que el gobierno está obligado a proporcionar, hasta la fecha, no hay una sola persona, con nombre y apellido de esa supuesta corrupción, el gobierno hizo borrón y cuenta nueva, ¿para qué?, ¿para poner en riesgo la vida de los pacientes?
Poco después, López Obrador, firmó un acuerdo con la oficina del Servicio de Salud de las Naciones Unidas (31 de julio de 2020) para adquirir de forma directa medicamentos esenciales que serán distribuidos por las autoridades nacionales, según el presidente esto garantizaría la transparencia y daría solución definitiva al abasto de medicamentos que se ha agravado desde su llegada al gobierno, pero a año y medio de la firma no hay avances en la compra de fármacos, sino un convenio reducido; pues la segunda mitad de este 2022, la UNOPS tendrá el encargo de adquirir 634 claves o tipos de productos, 361 medicamentos y 273 materiales de curación, frente a las dos mil 034 que buscaba surtir con su anterior compra. Si bien la nueva licitación cubre solo un semestre y no un año entero, como en 2021, esto es apenas el 31 por ciento de lo que se le pidió este año.
A partir de 2020, el desabasto en medicamentos empezó a ser más notorio, según un reporte del Colectivo Cero Desabasto, de 2019 a 2020 hubo un aumento de cinco mil 268 quejas por falta de medicamentos en los sistemas del IMSS, ISSSTE e INSABI, 15.9 millones de recetas no fueron surtidas efectivamente en el mismo año por el IMSS -la institución que atiende a más mexicanos- esta cantidad, según el colectivo, se triplicó respecto a 2019.
El año pasado 31 millones de mexicanos están excluidos de la seguridad social por lo que deben atenderse en servicios privados que resulta un golpe fuerte a sus ingresos; datos del Colectivo Cero Desabasto señalan que también en 2020, cinco millones de personas más que en 2018 tuvieron que pagar por recibir consulta o medicamentos.
Ante ello, Judith Méndez Méndez, coordinadora del Área de Salud y Finanzas Públicas del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria A.C. (CIEP) señaló que el desabasto de medicamentos aumenta el gasto de la población, pues siete de cada 10 personas que recibieron servicios de salud lo hicieron en servicios privados y que también incrementó el gasto de bolsillo de la población en 40 por ciento, al pasar de dos mil 358 pesos en 2018 a tres mil 299 en 2020.
Con la llegada del coronavirus todos los servicios del sector salud y la magnitud de esa discontinuidad significó que durante 2020 y 2021 se otorgaron a penas la mitad de las consultas que en el 2017 y se practicaron cerca de medio millón de procedimientos quirúrgicos menos, datos que representan un contrapeso ante un gobierno federal que durante tanto tiempo ha negado y ha tardado meses en aceptar que existe un problema.
No cabe duda que miles de mexicanos han quedado en el olvido y todo ese descontento hacia la política del gobierno de la Cuarta Transformación ha desconcertado a sus partidarios, por ello, vemos que con la consulta de revocación de mandato que se llevará cabo el 10 de abril, se ha desplegado una intensa campaña de promoción, ¿con qué fin?, pues de fortalecer la imagen del presidente que cada vez va a la baja su aprobación por sus malos resultados, porque su estrategia de asignarles tareas muy delicadas e importantes -como lo es la salud- a funcionarios con el 90 por ciento de honestidad, pero 10 por ciento capaces, no dio buenos resultados, lo malo es que se experimenta con la salud de los mexicanos, la vida de los niños y eso por donde se le vea, es un verdadero crimen.
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