MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

El Banco del Bienestar: más caro el caldo que las albóndigas

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Andando estos días, realizando algunas gestiones en la presidencia municipal de Copándaro Michoacán, encontré un estacionamiento frente al palacio y me percaté que es el estacionamiento del Banco del Bienestar que fue construido hace un año y sigue sin funcionar. Recordé, como es del dominio público, que uno de los compromisos de mayor trascendencia de los propósitos del gobierno de la 4T fue la fundación de este banco a lo que dijo, sería una institución blindada de la corrupción que le llevaría los apoyos directos al pueblo, sin intermediarios y que en una segunda fase le permitiría recibir remesas enviadas por los paisanos de Estados Unidos.

En el mes de septiembre se inauguró la primera sucursal del Banco del Bienestar en la alcaldía Gustavo A. Madero por parte del presidente de la república Andrés Manuel López Obrador y la jefa del gobierno de la CDMX Claudia Sheimbaum, sucursal con la que combatirán la pobreza, dijeron, pues ahí recibirán sus apoyos los adultos mayores, las personas con discapacidad, los becarios de educación básica, Jóvenes Construyendo el Futuro y los del programa Sembrando Vida.

Investigando al respecto en internet, me entero que ya entrados en el cuarto año de gobierno, resulta que de mil 700 sucursales prometidas para el 2020, han construido mil 100 y están funcionando ¡sólo 20! y ya llevan gastados más de 50 mil millones de pesos. Ya han pasado tres directores de un banco que realmente no existe y a la última directora la despidieron por corrupción.

No se le ve ni pies ni cabeza a este proyecto y por lo que vemos parece una más de las ocurrencias de nuestro presidente que no están bien pensadas y debidamente sustentadas. La idea de dispersar los recursos de los apoyos por todo el país con una red de cajeros es buena, pero ante todo se debe analizar la conveniencia y costeabilidad y parece, como en otros casos, que no ha sido una buena decisión.

Un banco es un intermediario, tiene como función principal captar dinero que las personas depositan para posteriormente prestárselo a otras personas; por el hecho de recibir y mantener este dinero, los bancos pagan una cierta cantidad de dinero al depositante conocida como interés; es un porcentaje llamado “tasa de interés de captación”. Después la institución financiera realiza préstamos a las personas o empresas para fines de consumo o inversión, a estas personas se les cobra un interés, desde luego mayor al de la “tasa de interés de captación”. Así el banco obtiene una utilidad que le permite absorber todos sus gastos de construcción y operación, construcción de sucursales, equipamiento y salarios de administradores, cajeros, vigilantes, pago de servicios, etc.

Y es entonces cuando surgen algunas dudas: ¿Cómo se está financiando el Banco del Bienestar si no va a prestar dinero y cobrar un interés? ¿Cómo va a funcionar, cómo va a costear los gastos de operación? ¿Cuánto personal va a requerir para operar las 2 mil 700 sucursales y de dónde van a sacar el dinero para el pago de salarios del administrador, de los cajeros, del vigilante, el pago de la luz y del internet?

Es más que evidente que al no tener un ingreso propio, serán los impuestos del pueblo, como siempre, los que  pagarán los platos rotos. El pueblo subsidiará la construcción y operación del Banco del Bienestar. ¿Es realmente necesario, conveniente y costeable ese gasto, está bien meditado y calculado matemáticamente el proyecto, no era más fácil usar la infraestructura de la banca comercial y hacerle llegar su apoyo al beneficiario sin gastar tanto dinero? Creo que nos va a salir más caro el caldo que las albóndigas.

El Banco del Bienestar es una clara muestra de la forma de gobernar del gobierno morenista de la 4T; no hay proyecto claro, no hay rumbo certero, no sabemos con exactitud hacia dónde vamos o hacia dónde nos llevan. Es cierto que no queremos regresar al pasado corrupto, a los tiempos del saqueo y la marginación; pero lo cierto es que tampoco vamos bien, estamos ante un gobierno que actúa con ocurrencias, con necedades y que a más de tres años de gobernarnos vemos un panorama desolador por el lado que le veamos, no solamente en la cuestión del Banco del Bienestar, sino que también en otros aspectos importantes; ahora somos más pobres que hace tres años, la inflación ya va a más del 7%, la violencia desatada, la educación y la salud abandonadas, la economía tirada, el desempleo galopante y los bajos salarios dominando.

Creo que es momento de analizar y ensayar otra salida; el pueblo debe hacer conciencia que ni antes ni ahora, el gobierno ha estado en sus manos, siguen gobernando en nuestro nombre, es momento de que tomemos el poder en nuestras manos y lo pongamos real y verdaderamente a su servicio. Salir de la pobreza solo puede ser obra del propio pueblo.

 

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