Después de tres años de este gobierno de Andrés Manuel López Obrador, creo yo, que la gran masa de la población, tiene suficientes argumentos para afirmar sin temor a equivocarse, que los mexicanos somos víctimas, una vez más, de un engaño cruel, bien disfrazado con el eslogan de “primero los pobres”; pero no hay resultados tangibles que demuestren que el pueblo trabajador viva mejor que en sexenios pasados. Las mañaneras dan cuenta de este engaño cruel todos los días.
Según especialistas en el tema, Taller de Comunicación Política Spin (TCP-S) afirman que, de 713 ruedas de prensa realizadas hasta el 15 de octubre, AMLO había dicho “64 mil 152 afirmaciones no verdaderas”, es decir, 90 mentiras diarias. Puede decirse entonces, que en las mañaneras hay mucho discurso, pero muy pobres resultados. ¿Y este es el gobierno que el pueblo esperaba?, un gobierno que se autonombra, “de austeridad”, pero solo es para quitarle recursos económicos a estados y municipios, imposibilitando así realizar proyectos de obra pública urbana de beneficio social, y más.
Por ejemplo, la cancelación de Fideicomisos, entre otros, a la ciencia y tecnología, que es un retroceso a la investigación científica, a las guarderías que ayudaban a madres trabajadoras, a los comedores comunitarios, con los que al menos tenían una comida caliente al día los más desvalidos. Los diputados federales de Morena, siendo mayoría, de un levantón de dedos fueron eliminando cada uno de los fideicomisos existentes, y el fatal resultado está ahí, pendiente sin resolver aún los apoyos a damnificados, como Oaxaca, Hidalgo y Puebla, solo por mencionar algunos. “Es desesperante perderlo todo”, claman los damnificados, pero no hay apoyos por falta de recursos económicos como resultado de la cancelación del Fonden.
El presidente Andrés Manuel López Obrador, crucifica al pueblo de México para otorgarle cuantiosos recursos económicos a sus tres megaobras presidenciales: el aeropuerto Felipe Ángeles en la base aérea de Santa Lucía, la refinería de Dos Bocas y el Tren Maya.
Un gobierno que receta a su pueblo “besos y abrazos” en plena pandemia, o “escapularios y tréboles de la buena suerte” y un “portarse bien” como un detente para la pandemia del Sars-cov2, es humor negro y un despreció al pueblo; el resultado de esta vacilada lo muestran las estadísticas diarias de muertos e infectados, hasta ahora, la 4T tiene en su haber 297 mil 356 mil decesos en todo el país, según datos de la misma secretaria de Salud federal.
Un gobierno así, no puede ser de los pobres. Otro ejemplo claro de lo que digo está en el municipio de Tecomán Colima. No hay resultados que muestren avances en la calidad de vida de mis paisanos tecomenses; el gobierno no tiene un proyecto para la vivienda popular de los más pobres, es decir, para las familias que pagan renta cada mes; con esto, pagan la casa después de vivir varios años en ella, y aún no pueden poner un clavo en ella sin el consentimiento del dueño de la casa.
Y más de uno se pregunta, dónde están esos políticos que ayer, en campaña, eran los todos poderosos para ayudar, y que ahora brillan por su ausencia cuando más se les necesita, para conseguir un lugar propio donde poder fincar su vivienda. Después de tres años de gobierno, con López Obrador no solo estamos igual, estamos peor; nos han mentido porque nos dijeron: “primero los pobres”. En Tecomán, más de 300 familias de escasos recursos económicos, se han organizado con el Movimiento Antorchista para gestionar ante el gobierno estatal, facilidades para poder tener un terreno propio, y ahí, poder fincar su humilde vivienda. Más de uno afirma: “no pedimos que nos regalen nada, solo que nos den facilidades, la oportunidad de pagarlo poco a poco; somos asalariados del campo o de la ciudad y nuestro salario es insuficiente para compras de contado”.
Los solicitantes de un lote para la vivienda de Tecomán organizados con el Movimiento Antorchista, solicitamos respetuosamente una audiencia con la licenciada Indira Vizcaíno, gobernadora del Estado. Ojalá escuche a los pobres.
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