El supuesto milagro que anunciaba con bombo y platillo el Gobierno llamado de la Cuarta Transformación se esfumó en la antesala de que el presidente Andrés Manuel López Obrador concluya su mandato, una vez que la famosa “cuesta de enero” se ha pronunciado con mayor fuerza al acrecentarse la inflación con la consecuente alza de precios en energéticos y productos de la canasta básica, situación que ha ocasionado mayor pobreza en México.
Porque al dispararse la inflación se golpea la economía de los mexicanos pero sobre todo de los que menos tienen, de todos aquellos que viven al día o que no cuentan con un empleo fijo, dejándolos en situación difícil al ver que a pesar de los esfuerzos que implementan no logran su propia subsistencia económica.
Como se recordará, la inflación existe cuando se produce un aumento general de los precios, no sólo de artículos individuales, que da como resultado que por cada peso pueda adquirirse hoy menos bienes y servicios que ayer. Es decir, reduce el valor de la moneda y por tanto del salario recibido por el trabajador.
Se ha encarecido la vida en el país después de que el gobierno de la 4T equivocó la estrategia para controlar la inflación, generando alza de precios en diversos productos y energéticos.
De nueva cuenta, aunque con mayor fuerza, ese problema se ha dejado sentir en las finanzas de los mexicanos desde enero de este año que cerró en 4.88 % a tasa anual de acuerdo con el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) registrado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
En el último mes, el aumento de la inflación fue de 0.89 %, que representa su nivel más alto para un inicio de año desde 2017.
En paralelo, los precios de las mercancías reportaron un alza mensual de 0.41 %; se ubicaron a tasa anual de 4.37 %.
Adicionalmente, el precio de los servicios aumentó 0.40 % en el mes y alcanzó un nivel de 5.25 % a tasa anual.
Se ha encarecido la vida en el país después de que el gobierno de la 4T equivocó la estrategia para controlar la inflación, generando alza de precios en diversos productos alimenticios, así como energéticos como el gas y la gasolina, refrescos y demás.
Las amas de casa, por más que estiran el dinero, miran que no es suficiente después de que se han elevado los precios de algunos productos que comúnmente se utilizan para la alimentación, por ejemplo el jitomate, usado como base en salsas, guisados, ensaladas y otras preparaciones tradicionales, que aumentó un 52 % en enero, seguido de la cebolla, con un alza de 21.17 % y la calabacita, con una subida de 20.40 % en el mes de enero; no se diga el huevo, la tortilla, el pan y los lácteos.
Ciertamente, la inflación golpea a todos los mexicanos y ahora se agrava, porque la situación, lejos de controlarse, sigue aumentando, sin que el Gobierno federal dé visos de poder o querer controlarla.
Algo se debió haber hecho por parte del gobierno de la 4T desde el año 2020, cuando apenas empezó la pandemia, justo cuando México cerró ese año con 3.15 % de inflación, meta que tenía entonces el Banco de México (Banxico) para una inflación controlada.
Una vez avanzada la pandemia, la inflación aumentó, en primer lugar, por la “escasez” de productos que, bien se supo, estaban en almacenes o en los contenedores, haciendo así que en marzo de 2021 se agravara el fenómeno de las cadenas de suministro, iniciando los llamados cuellos de las grandes industrias. México no quedó al margen y los precios se fueron al alza, cerrando ese año con el 7.36 %, un aumento de 4.21 puntos porcentuales.
En 2022, la inflación aumentó el doble, a 8 %, algo, a decir de los expertos, nunca visto en los últimos veinte años. Por ello esto golpeó aún más a los mexicanos, sobre todo a aquellos que tienen un poder adquisitivo menor.
Se comentan datos anteriores para tener un panorama claro de que el Gobierno federal no implementó estrategia alguna que impidiera la llegada de la inflación que se tiene actualmente de 4.88 %.
De nueva cuenta, el sector más afectado es el de los trabajadores, principalmente por la composición de su canasta básica, ya que son precisamente los productos que la componen los que más encarecen y menos puede adquirirlos. Ya ni hablar de la salud y la educación, además de que la mayoría de la gente sobrevive con un ingreso fijo, por lo que, según expertos, el número de pobres podría aumentar.
No hay vuelta de hoja: México se encuentra en un serio problema, donde la carestía y la inflación, con una fallida estrategia económica, hoy se acentúan en los hogares mexicanos, que habrán de seguir haciendo milagros para subsistir o para acceder a mejores niveles de bienestar.
No hubo estrategia económica por parte del actual Gobierno federal, que está próximo a retirarse, dejando a los mexicanos además de sobradamente endeudados, inmersos en mayor miseria.
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