En el terrible contexto que vivimos en México en donde es alarmante el resultado del jueves pasado con el acumulado de 251 mil 319 muertes por covid-19 lo que significa que se registraron 850 fallecimientos más que el día anterior, según información oficial de la Secretaría de Salud, sin considerar los miles de casos no documentados, detallando que en las últimas 24 horas el país sumó 23 mil 006 contagios, para dar un total de 3 millones 175 mil 211 casos confirmados.
Al respecto, cabe resaltar que con estos registros nuestro país se mantiene en el lugar 14 a nivel mundial en número de contagios y el cuarto puesto como el país con más muertes por la pandemia, detrás de Estados Unidos, Brasil y la India, lo anterior según datos de la Universidad estadounidense Johns Hopkins.
Aunado a lo anterior, para nadie es un secreto que el sistema de salud en México se encuentra fracturado por la incapacidad y desatención de funcionarios de la “Cuarta Transformación” que se han caracterizado al igual que el presidente Andrés Manuel López Obrador, por la toma de decisiones irresponsables y erráticas. Al respecto, recordemos que desde el inicio de la presente administración morenista el desabasto de medicamentos ha sido un tema doloroso para las familias mexicanas que se manifiesta todos los días, y que en el contexto de la pandemia se ha presentado con mayor gravedad y relevancia.
Basta recodar el supuesto “nuevo modelo de compras consolidadas” presentado en mayo de 2019 por Raquel Buenrostro, quién fue oficial mayor de Hacienda, acción que se convirtió en un verdadero cuello de botella, paralizando la atención de millones de enfermos, que hoy ante la falta de medicinas se debaten entre la vida y la muerte, y también de familias que han perdido a sus seres queridos; al igual que
la falta de medicamentos a los niños con cáncer y el mal manejo de la contingencia sanitaria por el doctor Hugo López Gatell destacando las intervenciones letales del mismo presidente López Obrador hizo al respecto; como resultado de la suma de estas decisiones políticas de funcionarios inconscientes e ineptos, quienes tampoco son capaces de asumir la responsabilidad de sus decisiones.
Así de trágica, ha sido la gestión de los operadores de la 4T, en un sector que debería ser por el contrario el de mayores atenciones y cuidado, como es el de la protección de la salud.
No siendo suficiente el desastre en que se encuentra nuestro deficiente sistema de salud, y los catastróficos registros de contagios y trágicos aumento de fallecidos por covid-19, resultado de esta incontrolable tercera ola de la pandemia, que afecta principalmente a los estados de Quintana Roo y Baja California Note; y que en con su variante Delta, de la cual es bien sabido que afecta a niños y jóvenes, surge como una amenaza más el anuncio del presidente López Obrador de que “llueva, truene o relampaguee” tendremos regreso a clases presenciales este 30 de agosto.
Al respecto, los que somos padres de familia, junto con organizaciones civiles como el Movimiento Antorchista, la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionario “Rafael Ramírez” (FNERRR), los maestros y estudiantes organizados, entre otros, manifestamos reiteradamente que no estamos de acuerdo categóricamente con la implementación de esta letal e irresponsable decisión arbitraria del presidente, que pone en riesgo la vida de nuestros hijos, maestros, alumnos y que expone a todas nuestras familias, ante una situación global que el mismo Gobierno federal no ha sido capaz de enfrentar, y cuando lo ha intentado ha fallado repetidamente.
Nos oponemos rotundamente a la implementación del regreso a clases en modalidad presencial hasta que no se den las condiciones adecuadas, que se vacunen a todos los maestros y los alumnos, así como que las escuelas estén en condiciones y se garanticen las medidas sanitarias correspondientes.
El presidente López Obrador debe ser consciente de que es evidente que las escuelas no están en las condiciones para garantizar el regreso a clases debido a que los centros escolares han estado cerrados año y medio, al respecto, la CNTE ha revelado mediante una encuesta que 8 de cada 10 escuelas no disponen de agua potable, 23 mil 283 no cuentan con servicio sanitario, 20 mil no tienen electricidad y el presupuesto destinado a la infraestructura escolar el actual gobierno lo ha reducido desde el 2019 sustancialmente y que por lo tanto no pueden ofrecer las medidas necesarias para no poner en riesgo de contagio del covid-19 tanto de alumnos, maestros y sus familias.
También es importante resaltar que los mismos estudiantes de la FNERRR se han manifestado repetidamente que para el retorno a clases presenciales es necesario vacunar por lo menos al 70% de la comunidad estudiantil, pero que el presidente López Obrador y la SEP se han hecho de oídos sordos. Es por eso que los padres de familias tememos por la salud y la vida de nuestros hijos, preferimos que pierdan un año de estudios a que pierdan la vida por la irresponsabilidad, insensatez, autoritarismo de un hombre inconsciente.
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