Casi todo México ha sido testigo del escándalo suscitado por la corrupción descubierta en SEGALMEX, lo que muchos analistas llaman “la estafa maestra de la 4T” o “el hoyo negro de la Cuarta Transformación”, por el monto tan grande del fraude, pues algunos dicen que asciende a 15 mil millones y otros que a 19 mil millones de pesos.
Como sea, el monto es multimillonario y refleja el grado de descomposición al que ha llegado la 4T, y prueba el fracaso de su política alimentaria, pues según se decía, esta dependencia iba a sembrar centros de acopio en muchas partes importantes del país para facilitar la compra de los productos agropecuarios y de allí mandarlos al mercado tratando de evitar el intermediarismo; según entendí, en una plática que escuche en la ciudad de Matehuala, San Luis Potosí, ellos planeaban primero, comprar a buen precio los productos a los campesinos y ganaderos y en seguida vendérselos a bajo precio a los consumidores como un modo de materializar su consiga de “primero los pobres”; vistas así las cosas, en el terreno alimentario, la política de la 4T, fue un rotundo fracaso porque de todo el presupuesto asignado a la dependencia, muy poco se destinó a paliar la miseria que día a día aumenta inexorablemente en el campo.
Otro gran fracaso es su supuesto combate a la corrupción, pues en cuanto se comenzaron a señalar las anomalías, el señor López Obrador recurrió a su acostumbrada manía de defender al señor Ignacio Ovalle Fernández titular de dicha dependencia porque según él “a Nacho lo engañaron unos priístas y panistas mañosos que estaban enquistados en dicha dependencia”, dijo esto a pesar de que Ovalle tiene más de 30 años de experiencia en la administración pública.
Esta acción no sorprende, pues lo mismo aconteció cuando se habló de la Casa Gris, de los moches de Delfina, las casas de Bartlett, etcétera.
Pese a las inmensas cortinas de humo lanzadas desde palacio nacional, Ignacio Ovalle Fernández, tuvo que ser removido de su cargo para evitar que el caso trascendiera con mayores consecuencias para la 4T. Obviamente, lo removieron del cargo, pero lo asignaron a otra dependencia como premio a su 99.99 por ciento de lealtad. El portal digital de El Economista, en su sección política y con una nota de Maritza Pérez del miércoles 20 de abril de 2022, informó que “tras escándalo de corrupción cambian a titular de Segalmex”. Y en el cuerpo de la nota dice que “la Secretaría de la Función Pública (SFP) abrió procedimientos de fiscalización sobre los recursos que la institución, adscrita a Sader, recibió entre los años 2019 y 2021.” “El presidente Andrés Manuel López Obrador ordenó el relevo de Ignacio Ovalle Fernández como titular de Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex) en el marco de diversas investigaciones iniciadas por la Fiscalía General de la República (FGR), la Secretaría de la Función Pública (SFP) y la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de Hacienda por presuntos desvíos de recursos públicos”.
Y luego consigna el premio: “a su vez, Ignacio Ovalle Fernández, fue designado por AMLO como coordinador del Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal (Inafed), adscrito a la Segob”. Mayor favoritismo no podía haber; si hubiera sido un priísta, un panista, o cualquier otro sujeto que no sea del agrado del titular del ejecutivo, ya estaría purgando una condena sin haber sido llamado a juicio y sin recibir sentencia conforme a derecho.
Lo peor del caso es que protege a Ovalle Fernández, pero para aparentar que se aplica la justicia, encarcelan a funcionarios menores cuando es claro que un desfalco de miles de millones de pesos no podía ocurrir sin el conocimiento del titular de Segalmex, incluso, como lo dijo AMLO en otros casos, no podía haber sucedido sin el conocimiento del presidente porque en México todo lo que sucede es con su conocimiento; me llama la atención, que se de vuelo a la noticia diciendo que se ha detenido a los responsables del desfalco cuando el titular sea premiado con un nuevo cargo gubernamental. O sea que, los que protege la aureola del representante del Poder Ejecutivo son santos infalibles y los de abajo, aunque sean de la 4t, son pecadores por naturaleza; o como dijo un amigo, en este caso ¿solamente son chivos expiatorios?
Con este hecho, los pobres de México debemos tener claro que con López Obrador y su 4T, no nos espera nada bueno pues mientras en México hay cada vez más miseria, los líderes de la 4T siguen siendo elementos destacados en todos los casos de corrupción, como en ningún gobierno había sucedido; es decir, que sus consignas como esa de “primero los pobres”, son pura demagogia para utilizarnos en su provecho; peor aún, gente pobre de la 4T como el recién encarcelado por el caso segalmex, aparte de usarlos como material de propaganda los usan como chivos expiatorios. Ojo, mucho ojo quienes siguen confiando en su 4T.
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