Como integrante de la Comisión Estudiantil de Antorcha en Puebla, tuve la oportunidad de asistir a algunas clausuras de fin de ciclo escolar en distintas escuelas de nivel básico y medio superior ubicadas en la zona conurbada de la capital poblana, todas ellas formadas a través la lucha organizada del pueblo pobre: maestros, padres y alumnos, bajo la guía clara y honesta de líderes auténticos como la Doctora Soraya Córdova Moran y el Ingeniero Juan Manuel Celis Aguirre, que a través de su gestión incansable e indetenible hicieron posible la materialización de dichas instituciones educativas posibilitando a cientos de jóvenes concluir sus estudios.
He de reconocer, sin falsos elogios, que dichos eventos de clausura impresionaron a propios y extraños por el trabajo y preparación de alumnos y maestros en varios sentidos; la participación de escoltas bien estructuradas y sincronizadas con bandas de guerra que al toque de bandera hacen brotar en uno el orgullo de ser mexicano y la grandeza histórica de nuestro pueblo, porque en un mundo globalizado -en el que las grandes potencias imperialistas se reparten, acaparan y monopolizan la riqueza mundial a través de trust y carteles empresariales, que penetran economías subdesarrolladas con sus capitales golondrinos valiéndose esquemas tributarios atractivos para sus inversiones y laxas leyes laborales con las que extraen la máxima utilidad a costa de salariosde hambre, como precisamente ocurre con nuestro país, al que desde siempre han considerado su patio trasero y su basurero de chatarra industrial- ser nacionalista es un acto revolucionario y más temprano que tarde nuestro pueblo tendrá que quitarse la bota imperialista del cuello para recuperar su auténtica soberanía no solo política, sino económica.
También quiero comentar la impresión que a varios de nuestros invitados de honor provocó la presentación de los cuadros de danza, poesía, música, teatro y oratoria bien proyectados y ejecutados por parte de jóvenes talentosos, muestra del alcance que ha tenido el planteamiento de nuestra organización y su frente cultural respecto a la importancia de promover el arte y la cultura en sus respectivas disciplinas para construir al hombre nuevo.
Dichos bloques culturales fueron entretejidos con una temática propia de nuestro folclor mexicano, un homenaje a la riqueza cultural de varios estados como Puebla, Veracruz, Oaxaca, Sinaloa, Yucatán, alejados del enfoque venal que genera derrama económica para los señores restauranteros, comerciales y burocracias gubernamentales. Precisamente esta titánica labor de quitarle el carácter económico a nuestra fisonomía cultural y arraigarla en nuestros jóvenes para alejarlos del ocio y la contaminación audiovisual, es no solo aplaudible sino necesario de fomentarse en mayor rango y profundidad, los maestros antorchistas saben que su labor en este sentido es imprescindible.
También, me he percatado de que poco se habla de quienes casi nunca salen en la foto de graduación, los que trabajan, cocinan, lavan, planchan, limpian, compran útiles, pagan las colegiaturas, etc., los padres de familia, quienes, desde el público, estupefactos observan con inmenso amor a sus hijos, esperanzados en un mejor futuro para ellos.
Sorprende sobremanera el gran esfuerzo que ellos hacen por cubrir los gastos que implica un evento de esta magnitud, esa gran cualidad de nuestro pueblo, siempre amable y generosa y que a pesar de la pobreza creciente y lacerante se crece y sobrepone a las dificultades económicas, esa fuerza de voluntad e impulso de los padres de familia es una promesa real y tangible de que nuestro pueblo saldrá adelante, cueste lo que cueste, así pues, la felicitación también debiera ser para ellos, tengámoslo presente.
Por último, y no menos importante, es el hecho de la solidaridad que hemos recibido por parte de los graduandos, padres y padrinos, al aceptar nombrar a las generaciones de graduados “Mártires antorchistas: Conrado Hernández Domínguez, Mercedes Martínez Martínez y Vladimir”, los dos primeros que son compañeros asesinados por las balas enemigas del progreso el pasado 12 de abril del presente año a las afueras de Chilpancingo, en Guerrero, así como de su pequeño hijo que corrió la misma suerte; hasta la fecha no hay el mínimo indicio por parte de las autoridades gubernamentales de encontrar a los autores intelectuales y materiales de tan terrible crimen, por ello, valoramos el apoyo de quienes nos han escuchado y de quienes se han sumado a nuestra legítima petición de justicia.
Finalmente, me sumo al llamado de los distintos padrinos de generación, quienes a través de su mensaje claro y preciso han invitado a los graduandos a seguirse preparando y en adquirir los conocimientos que hasta la fecha la humanidad ha descubierto, a pesar de que nuestro sistema educativo ha fracasado y desde hace rato se ha puesto al servicio de las trasnacionales que demandan mano de obra barata y sin calificación, esa realidad nos dice que no basta con culminar un grado académico, es necesario estudiar continua y sistemáticamente, pero no solo eso, más importante aún, hace falta poner manos a la obra, organizarnos, politizarnos y luchar contra este sistema económico injusto y rapaz, construyendo una fuerza social capaz de hacer frente a la pobreza y a la concentración de la riqueza en unas cuantas manos, ese es nuestro llamado y nuestra invitación, jóvenes graduados.
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