De acuerdo con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), el Día del Maestro y la Maestra, celebrado el 15 de mayo en México, es una fecha designada para honrar a los docentes y educadores de México. Esta celebración se la debemos al presidente Venustiano Carranza, quien en 1917 decretó que el 15 de mayo se celebrara a los maestros de nuestro país.
La elección de esa fecha se debe a que la fiesta de San Juan Bautista de La Salle coincidía con el aniversario de la toma de Querétaro, suceso que marcó la caída del Segundo Imperio Mexicano comandado por Maximiliano de Habsburgo, y se consolidó la República en México.
Una de las cualidades del gremio educativo es estar en todas partes, desde el rincón más alejado del país hasta el barrio más céntrico de cada ciudad. Históricamente, la presencia de los maestros ha sido relevante para generar vínculos, valores, en la vida familiar y social y en la construcción comunitaria.
Al Gobierno populista de Morena lo único que le interesa es continuar “gobernando” Guerrero: todo el aparato gubernamental está en las elecciones del 2 de junio.
Por lo anterior, el día de hoy felicitamos y honramos a esos docentes que se encuentran en las comunidades más alejadas de México, pero principalmente en el estado de Guerrero, donde la profesión de maestro no es muy bien remunerada. En ocasiones, incluso ponen parte de su sueldo para subir a las comunidades más apartadas y compartir sus conocimientos.
Sólo por medio de la educación se puede mejorar la vida de la población, se lanzan a una aventura, sacrificando comodidades, familia, y en ocasiones hasta poniendo en peligro su propia vida. Es el caso de quince maestros que decidieron irse a cinco comunidades, donde los habitantes buscaban que sus hijos siguieran con su educación de nivel medio superior, pero por situaciones económicas no lo podían realizar, ya que las escuelas más cercanas se encontraban a dos o más horas de distancia, lo cual era imposible para ellos trasladarse, por seguridad de los adolescentes y por falta de recursos económicos.
A pesar de las diferentes gestiones que realizaron tanto en los gobiernos estatal como municipales, nunca tuvieron respuesta favorable, hasta que decidieron buscar el apoyo del Movimiento Antorchista, que decidió ayudarlos en la fundación de 5 telebachilleratos, el primero en el municipio de Ometepec, en la comunidad amuzga de Zacualpan, donde el índice de analfabetismo es muy alto, por lo que se empezó a trabajar con los medios disponibles.
Los alumnos que se atendían para poder tomar sus clases cargaban sillas desde sus hogares, y los docentes cubrían sus gastos para asistir a impartir sus clases en la comunidad de Apalani, perteneciente al municipio de Acapulco. De acuerdo con el Inegi, la población que vive en este lugar está catalogada como de alta marginación, pues el grado de pobreza es muy alto; la mayoría de los habitantes se dedican a la elaboración de sillas de madera y la tala de árboles para elaboración de carbón, actividad económica que solo cubre lo más esencial de la canasta básica.
Ante la oportunidad de estudiar el nivel medio superior, los 55 estudiantes llegan a las aulas improvisadas para adquirir los conocimientos que les ayudarán a seguir con su preparación académica o, en su caso, a obtener un mejor trabajo.
Ocho años han pasado desde que el gobierno del estado se comprometió a entregar las claves del centro de trabajo (CCT), mejorar las condiciones de los telebachilleratos y los contratos de los maestros que bien merecido lo tienen, pues todos los días se esfuerzan para poder llevar los conocimientos a los jóvenes.
Durante este tiempo, a las autoridades, tanto gubernamentales como educativas, ya se les hizo costumbre prometer y no cumplir; en la comunidad de Valle del Río del municipio de Coyuca de Benítez, Playón y en la colonia Plan de Ayala de Chilpancingo, donde surgieron los telebachilleratos por la necesidad de brindar las herramientas necesarias para poder preparar a los jóvenes que así lo requirieran y seguir preparando a los futuros profesionistas que necesita nuestro estado.
A pesar de que algunos llevan más de siete años funcionando en condiciones no óptimas, los maestros siguen dando lo mejor a pesar de no recibir un pago por la enseñanza que brindan, sólo reciben promesas por parte del gobierno del estado, que en cada encuentro con los docentes sólo se compromete a dar solución a sus demandas.
La pregunta que los maestros se hacen es: si en el estado de Guerrero existen trece extensiones, de las cuales en ocho los maestros tienen un salario seguro, ¿por qué ellos no lo tienen? ¿Acaso porque sus planteles no fueron gestionados por algún político?
Otro año más, quince maestros comprometidos con la educación y con sus alumnos no son valorados ni reconocidos por el trabajo que realizan día tras día en el gobierno morenista de Evelyn Cecia Salgado Pineda, que solo miente y no cumple con el compromiso que hizo de resolver su situación laboral.
¿Acaso para Salgado no es importante la educación? ¿Dónde queda la revolución educativa que tanto se menciona en su Gobierno?
Parece que al Gobierno populista de Morena lo único que le interesa es continuar “gobernando” Guerrero, es decir, todo el aparato gubernamental está inmerso en las elecciones del próximo 2 de junio.
La educación, el bienestar de los maestros, la salud y la inseguridad siguen esperando.
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