Quintana Roo será uno de los seis estados donde el próximo 5 de junio se llevarán a cabo las elecciones locales y los habitantes elegirá al nuevo gobernador o gobernadora, así como a 25 legisladores locales; sin duda, será el momento para ajustar cuentas y premiar o castigar a quienes tuvieron el poder de atender o no las demandas más sentidas de la ciudanía, la que hoy padece desempleo, inseguridad y que cada vez más se hunde en la pobreza.
La labor del actual gobernador, Carlos Joaquín González, dejará a la entidad con los peores escenarios, sin obra pública, con presunción de desvíos de dinero, pobreza, desempleo, y la cereza del pastel, las cifras altas de inseguridad y delincuencia. Las malas políticas del gobierno dejarán a la entidad con una de las peores herencias de la historia de Quintana Roo.
Pero existe también el peligro de que la ciudadanía no elija bien y ceda el futuro de la entidad a Morena, lo que representaría otros seis años de un mal gobierno porque ya existen evidencias del desastre que ha provocado esa fuerza política en los gobiernos locales de otras entidades y el Gobierno federal de México.
La administración estatal, es fiel reflejo del mal panorama dado a conocer por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), a través de su Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, y no es nada alentador, pues afirma que la tasa de desempleo es de 4.4 por ciento, mientras que de informalidad de 47.2 por ciento, y hasta hoy no hacen absolutamente nada para disminuir esas cifras, pues miles de ciudadanos aún enfrentan dificultades para lograr reunir ingresos que le permitan alimentar a sus familias.
Son conocidos también los datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), que indican que, en 2020, Quintana Roo tenía al 47.48 por ciento de la población en situación de pobreza, lo que equivale a 892 mil 875 personas. También que el 3.8 por ciento de la población se encuentra en situación de pobreza extrema, es decir, 199 mil 439 personas. Lo cual no asombra que aproximadamente el 80 por ciento de los quintanarroenses consideren ineficientes a las autoridades del Estado para resolver el problema de pobreza e inseguridad.
Sin duda, las malas políticas y desatinos de Carlos Joaquín González son la puerta de entrada a Morena. Hay analistas que opinan que el actuar del mandatario fue bien planeado y tiene el propósito de evitar fuertes cuestionamientos de su mala administración y, en contra parte, que Morena controle a cualquier precio el poder, para que nada ni nadie saboteé los planes de Andrés Manuel López Obrador, negociado, seguramente en lo oscurito, en Palacio Nacional.
La tarea es no permitir que el partido del gobernador y ningún otro que no fuera guinda llegue al poder estatal; astutamente la 4T condicionó al mandatario, a que sin rechistar ande flojito y cooperando para evitar cuestionamientos de su mala administración, pero también nada es gratis una vez concluido su gobierno, pues tendrá un puesto importante para continuar disfrutando las delicias del poder.
Claro está que hay descontento social y decepción por parte de la ciudadanía hacia Carlos Joaquín, asimismo está la advertencia de lo que pudiera suceder si el partido gobernante continuara en el poder; la tarea es fácil, no hacer acciones y obedecer la directriz de Palacio Nacional, lo demás se produce solo, castigar al partido en el poder, pero también se debe tomar en cuenta el mal papel y los severos errores que el llamado gobierno de la Cuarta Transformación ha cometido en agravio de la ciudadanía; tampoco hay que olvidar lo mal que Morena está conduciendo al país.
En este sentido, resulta incomprensible que digan que el gobernador Carlos Joaquín busca incentivar el turismo en la zona mediante los dos proyectos estrella del presidente Andrés Manuel López Obrador, el Tren Maya y el aeropuerto internacional de Tulum, mientras que por otro lado permita que avance la pobreza, desempleo y descomposición en temas de seguridad, males que afecta la calidad de vida de miles de quintanarroenses, que tienen la tarea de meditar y analizar bien, en este venidero proceso electoral.
El panorama estatal y sobre todo los planes amañados de Carlos Joaquín y la 4T, en nada benefician al pueblo quintanarroense, por el contrario, los condena y somete más en el flagelo de la miseria y desigualdad social, pues no hay mayor injusticia contra un pueblo que el gobernar con la mentira y demagogia barata, lamentablemente así actúan muchos gobernantes, lo hacen todos los días. Disfrazan y ocultan la realidad o la verdad en forma parcial o total.
Por ende la gente pobre y humilde, que a diario lucha por sobrevivir al inhumano olvido al que los sometió en los últimos cinco años el Gobierno de Carlos Joaquín, quien no cumplió su promesa de erradicar la pobreza, la miseria y los demás males que arrastra esa situación, tiene que despertar del sueño profundo en el que se encuentra porque los políticos tradicionales no van velar por los intereses de los de abajo, porque esos representan y protegen a otra clase social, de los pudientes, los dueños del dinero.
Por ello, el Movimiento Antorchista hace el llamando a que, en las próximas elecciones, los electores analicen el actuar de los políticos y el de la 4T, que no se dejen engañar con falsas promesas porque ya hemos experimentado que durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador han sido más perjudicados que beneficiados. Invitamos a sumarse a Antorcha, porque únicamente organizados, educados y enseñando a luchar a los humildes para defender sus intereses podremos crear una fuerza social imparable, que dentro de sus filas se elija al más idóneo, al que desde el poder representará los intereses de los humildes. Una tarea difícil pero no imposible.
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