Estamos a menos de cuatro meses de las elecciones del domingo 6 de junio y a uno días que se inicien las campañas políticas en el país y en Puebla.
Sé que los poblanos evaluamos, seriamente, a los políticos que nos gobiernan para ver si cumplieron con sus promesas y si supieron, con inteligencia y trabajo, enfrentar y remediar los problemas tan graves de 2020. La pandemia del coronavirus nos agravó la crisis económica, nos dejó sin trabajo o con salarios más reducidos, y miles de poblanos se murieron por este virus que infectó al mundo.
Pero los políticos también comienzan a evaluar su trabajo y, los que saben que no han hecho nada, empiezan a ver cómo volver a engañar nuevamente a los poblanos.
No vayamos más lejos: Miguel Barbosa Huerta es el peor gobernador de todo el país. Solo uno de cada 10 poblanos lo evalúa positivamente y nueve dicen que nomás no sirve para gobernar. Eso dice Arias Consultores en una encuesta que evaluó al gobierno.
En efecto, a Barbosa sólo lo vemos en sus "mañaneras” hablando hasta de lo que no sabe, pero no vemos acciones benéficas y todos los males se han disparado en el estado.
Ante un panorama así de complejo para Morena en el estado, Barbosa arreció la cacería de brujas, o la cacería de políticos, para decir que está combatiendo a la corrupción. No se trata de hacer justicia sino de atacar a los enemigos políticos de Morena para quitarse obstáculos en las elecciones. El viejo truco es simple: encarcela a un político y hazte publicidad de amante de la ley. Eso hizo López Obrador con varios políticos a nivel nacional y eso el incrementó sus puntos en las encuestas. En viejo truco se le acabó cuando sus enemigos publicitaron en la prensa y en redes los videos del hermano del López Obrador recibiendo dinero ilegalmente.
El mismo viejo truco hizo Barbosa. La semana pasada fue apresado el ex gobernador Mario Marín y está encarcelado para enfrentar un juicio en Quintana Roo. En seguida, Barbosa salió a condenar a Marín y a pedir todo el peso de la ley. Dos días después, Barbosa encarcelaba a Valentín Meneses, un marinista de primer nivel. Tres días después, Alejandro Armenta, otro marinista que ahora está en Morena, declinó en sus aspiraciones a ser candidato de Morena en la capital y le abría el paso al candidato que Barbosa quiere imponer. Pero no son los únicos. Se sabe que varios marinistas están amenazados de ser encarcelados y algunos, mejor, prefirieron enfermarse con el virus de moda. A inicios de esta semana, Barbosa dijo que investigaría a Eduardo Rivera Pérez, porque lo quiere meter a la cárcel y dejarlo fuera de las elecciones. ¿Por qué? Porque Eduardo Rivera es el candidato mejor posicionado y quien, si hace una buena campaña, ganaría las elecciones en la capital.
Pero Barbosa intenta, con cárcel contra los enemigos políticos, meter a Morena al ruedo político y tratar de salvar lo que ahora es un andrajo y algo que ya nadie quiere: recuerden que solo uno de cada 10 poblanos aprueba el "gobierno” de Barbosa.
A todos los poblanos les pido que reflexionemos: no crean que los encarcelamientos que vemos ahora tienen el ánimo de hacer justicia; se trata, en realidad, de un intento desesperado de Barbosa por ganar puntos favorables para él y para Morena.
Evaluemos, eso sí, su pésimo gobierno y entendamos que volver a votar por Morena es votar por la crisis económica que nos mata de hambre y aceptar sumisamente los muertos por coronavirus que hoy lloramos. No lo hagamos. Ni un voto a Morena.
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