Como es su costumbre, cada buena noticia el presidente Andrés Manuel López Obrador y sus seguidores presumen como un logro de esta administración, entre las que se encuentran, el incremento histórico de las remesas. Seguramente por esto a nadie le extraña que ahora se sienta como “pavo real”, al presumir la baja de la pobreza que, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social (Coneval) experimentó entre 2018 y 2022.
La prensa dio cuenta de que el gobierno federal no fue el único que festejó la reducción de la pobreza. Muchos mandatarios estatales también presumieron la baja histórica de la pobreza en sus estados. En Jalisco, se habla de que la pobreza se redujo en 30 por ciento, el doble a nivel nacional que fue de 15 por ciento. El Coneval revela que la entidad jalisciense reduce la pobreza dos veces más rápido que el país.
En el informe, el organismo encargado de medir la pobreza señala que, de 2 millones 633 mil jaliscienses en situación de pobreza en 2020, se pasó a un millón 856 mil personas en 2022, es decir 777 mil 083 personas menos, lo que representa una disminución de 29.5 por ciento en el número de personas en situación de pobreza.
Pero los que buscamos una patria nueva, más próspera y mejor no podemos quedarnos escuchando solamente las presunciones sobre la baja de la pobreza. En ninguna circunstancia se puede perder de vista que la tarea del momento es educar y organizar al pueblo trabajador para que tome en sus manos las riendas de este país, para tal fin es necesario hacerle ver la realidad.
Por lo que tenemos la obligación ineludible de analizar fríamente lo que están informando los organismos oficiales y sobre todo, apoyarnos en las opiniones de los expertos en temas económicos y sociales.
Además, debemos tener en cuenta que el actual grupo político que encabeza el presidente López Obrador se le señala que maquilla los datos para ocultar la realidad. Si la Cuarta Transformación en esta ocasión está ensalzando la reducción de la pobreza que informa el Coneval, es porque le conviene, pues seguramente la estaría atacando en caso de que el organismo estuviera informando que la pobreza aumentó.
Para evitar apreciaciones superficiales, recurramos a los seis indicadores que emplea el Coneval para medir la pobreza: rezago educativo, acceso a servicios de salud, acceso a la seguridad social, calidad y espacios de la vivienda, servicios básicos en la vivienda y acceso a la alimentación. De acuerdo con estas características, el organismo mide la pobreza de la siguiente forma:
No pobres y no vulnerables: es aquella población cuyo ingreso es superior a la línea de bienestar y que no tiene ninguna de las carencias sociales que se utilizan en la medición de la pobreza.
Pobreza: una persona se encuentra en situación de pobreza cuando tiene al menos una carencia social y su ingreso es insuficiente para adquirir los bienes y servicios que requiere para satisfacer sus necesidades alimentarias y no alimentarias.
Pobreza extrema: una persona se encuentra en situación de pobreza extrema cuando tiene tres o más carencias, de seis posibles, dentro del Índice de Privación Social y que, además, se encuentra por debajo de la línea de bienestar mínimo. Las personas en esta situación disponen de un ingreso tan bajo que, aun si lo dedicase por completo a la adquisición de alimentos, no podría adquirir los nutrientes necesarios para tener una vida sana.
Dado que en Jalisco se habla que la pobreza bajó al doble, es sumamente útil revisar los datos de los referidos indicadores de medición de pobreza. Según el Coneval, la población vulnerable por carencias sociales pasó de 2 millones 518 mil 200 personas a 3 millones 213 mil 400 entre 2016 y 2022 en Jalisco, es decir, se pasó de 31.6 por ciento de la población a 37.8 por ciento. Asimismo, la población en pobreza extrema pasó de 117 mil 300 a 180 mil 500, es decir, subió de 1.5 por ciento a 2.1 por ciento.
La falta de acceso a derechos como salud, educación y vivienda son los aspectos en que más se retrocedió. Por ejemplo: el rezago educativo pasó de 17.9 por ciento a 20.4 por ciento. Según el Coneval, en Jalisco la carencia de acceso a servicios de salud fue la que registró el mayor retroceso de todas las examinadas al pasar de un millón 400 mil 200 habitantes en esa condición en 2016 a 3 millones 156 mil 600 en 2022, lo que en cifras porcentuales arroja un cambio de 17.6 por ciento a 37.1 por ciento de la población, más del doble.
No hay necesidad de revisar los datos nacionales para confirmar que efectivamente hay millones de mexicanos que viven al borde de la hambruna, millones de adultos comen una solamente una vez al día, es decir sus necesidades van más allá de agua potable, drenaje. Como se ve, aumentan la miseria y las carencias sociales y no se puede presumir baja de pobreza, como si lo están haciendo López Obrador y sus acérrimos seguidores.
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