Hablar de vivienda tal vez a buena parte de la juventud no le parezca un tema de mucha importancia, y se entiende por el poco interés que existe a su edad por adquirir una, pero han de saber que en los próximos años será un factor decisivo para realizar a plenitud su vida. Dando a vuelta por Hermosillo, me pude percatar que a las orillas de la ciudad hay cientos de casas de Infonavit solas, que no están habitadas, otras no están terminadas, prácticamente en obra negra, otras vandalizadas y ahí llevan años en esas condiciones, destruyéndose poco a poco. Y por el otro lado, me he percatado que hay muchas familias que no tienen un hogar propio, que tienen que vivir en casa de sus padres, suegros, con algún otro familiar, o rentando un cuartito pequeño (aquí le llaman pichoneras), o de plano invadiendo alguna casa de Infonavit o de otros, que en cualquier momento puede llegar el “dueño” legal, o alguna empresa inmobiliaria que haya comprado esa vivienda y en cuestión de semanas, la familia necesitada tendrá que desalojar esa vivienda que por años estuvo sola y hasta vandalizada. Una verdadera pesadilla para todas las familias que ha pasado por esas situaciones.
Hace algunos años, el Movimiento Antorchista dio una lucha en Hermosillo y Guaymas por la adquisición de casas abandonadas, luchando semana tras semana contra empresas inmobiliarias a las que el propio Infonavit les había vendido los inmuebles a precios muy bajos, y estas inmobiliarias comenzaban a intimidar, acosar y agredir a las familias humildes para que en lo inmediato desalojaran las viviendas. Varias veces solicitamos la intervención de la autoridad municipal, estatal y del propio Infonavit y, finalmente, nos pudimos dar cuenta que esta dependencia de gobierno estaba asociada y se pasaban información para desalojar y agredir a los posesionarios de las viviendas. Infonavit, lejos de defender la vivienda para los humildes, defendía los intereses de las empresas inmobiliarias.
Actualmente no he visto un programa real, con verdaderas intenciones, que pueda acabar con este problema tan delicado; de hecho, las políticas del gobierno actual son acabar con los pocos programas que podían ir mitigando poco a poco la falta de vivienda. Por ejemplo, la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) era una de la pocas que tenía un programa, a mi parecer más o menos bien, donde a la gente se le dotaba de materiales para construir su vivienda, y tuve la oportunidad de ver cómo algunas familias que tenían su casita de cartón o de madera reciclada, con el apoyo del programa de Sedatu, pudieron construirse una casita de material. Pero la política de la 4T, en particular de Andrés Manuel López Obrador, como muchos otros programas, decidió quitar éste con el argumento de que había mucha corrupción y por tanto no servía para nada. Yo no sé si había corrupción, no fui funcionario público de esa dependencia y en mi vida nunca he sido funcionario de gobierno, pero lo que sí sé es que ese programa estaba ayudando cientos de familias en Sonora a construirse una vivienda mejor, yo mismo me encargué de revisar que utilizaran los materiales para construir una mejor vivienda, y mucha gente de las colonias humildes de Hermosillo, de la Costa, de Caborca, Huatabampo y de varios municipios ahora tiene una casita de material gracias a esos programas hoy extintos.
Adquirir una pichonera en Infonavit, que resultan ser muy caras, impagables, de materiales muy malos y que terminan ahorcando al derechohabiente que finalmente toma la decisión de entregar la casa, se ha vuelto una práctica, así que muchos jóvenes al meterse a trabajar a las maquiladoras ven sus sueños frustrados por tener un patrimonio. No he estudiado bien las políticas actuales para adquirir una vivienda en Infonavit, pero sé que se han endurecido las políticas para adquirir una. Lamentablemente, el tema de la vivienda se ha convertido en un gran negocio que políticos coludidos con la clase empresarial han creado cláusulas para poder vender inmuebles a precios altos y a créditos impagables que la clase humilde no tiene posibilidad de adquirir una casa ni a crédito ni mucho menos al contado, por eso vemos muchas viviendas abandonadas, vandalizadas en la ciudad. Aquí vemos un ejemplo muy claro de cómo sigue en letra muerta el artículo 4º de nuestra Constitución, que dice muy claro: “Toda persona tiene derecho a un medio ambiente adecuado para su desarrollo y bienestar. Toda familia tiene derecho a disfrutar de vivienda digna y decorosa. La ley establecerá los instrumentos y apoyos necesarios a fin de alcanzar tal objetivo.”
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