Ante la incertidumbre de muchos maestros con respecto a la escasa claridad de la nueva escuela mexicana. Antorcha Magisterial ha expresado su posición, misma que expongo de manera sucinta.
El rumbo de un país depende de los interés que tienen los dueños del dinero; los esclavistas adecuaron la instrucción en función de sus intereses, lo mismo hicieron los señores feudales y, asimismo, la burguesía actual. Los dueños del capital deciden qué tipo de educación se requiere para hacer productivos a los obreros en sus fábricas, a sus empleados en sus empresas. Ellos deciden qué tipo de mano de obra requieren para explotar y adquirir las mayores ganancias posibles.
La Nueva Escuela Mexicana dice que “los alumnos deben ser humanistas”, que “el aprendizaje debe lograrse desarrollando proyectos, en función de las necesidades de su entorno, de la comunidad en que viven”. Dicho así parece que suena bien. Sin embargo, las condiciones en las que viven los alumnos en las zonas marginadas no garantizan que se desarrollen todas las áreas del conocimiento, principalmente en el área de las ciencias experimentales. Para un estudio eficaz se requiere de una infraestructura adecuada: laboratorios, talleres equipados con los instrumentos, que permitan comprobar lo que han aprendido en el aula.
Por otro lado, no se incluye en los programas la enseñanza de las herramientas para el pensar riguroso y se quiere lograr que los alumnos sean humanistas a través del conocimiento de las acciones de la 4T, como realizaciones históricas que merecen ser estudiadas. Se requiere una educación que provea de las armas científicas para conocer realmente el desarrollo de la ciencia y sentar los conocimientos básicos para acceder sin problemas a la educación superior.
Sin embargo, el Presupuesto de Egresos de la Federación para 2023 está planteado para sufragar los costos millonarios de las obras insignia del presidente, y para los programas clientelares con los que se quiere que la 4t pueda perpetuarse en el poder.
Los recursos destinados para la educación son irrisorios y no garantizan un perfil de egreso a los alumnos más que para proveer de mano de obra maquiladora en las industrias de los superricos, que lo son a costa de la gran pobreza de los mexicanos. En pocas palabras, entre menos conocimientos tengan los alumnos, entonces hay mejor control y manipulación para los futuros trabajadores.
Los niños y jóvenes mexicanos requieren una educación integral, una educación crítica, científica y popular. Una educación que le sirva al pueblo para liberarse del yugo de los poderosos.
Invito, desde este modesto foro, a los mexicanos, a los jóvenes y a sus padres, a que redoblemos esfuerzos, a que conozcan el proyecto que propone Antorcha Magisterial: sus siete líneas de acción, que son calidad académica, eficiencia administrativa, transparencia económica, trabajo manual, trabajo cultural y deportivo, así como acciones sensibilizadoras con la sociedad.
Los maestros no debemos olvidar que es el pueblo el que realmente subsidia la educación. Es hora de devolverle al pueblo lo que ha aportado y hagamos compromisos para salvarlo del atraso en que se encuentra. Un maestro con verdadera vocación es aquel que no escatima su tiempo cuando enseña, cuando educa y cuando se decide unirse y organizarse para exigir los derechos de sus educandos y de él mismo. No deben arredrarse las dificultades y deben disponerse a vencer los obstáculos que se opongan a la realización de la noble tarea de formar ciudadanos dispuestos a desarrollar a nuestra patria mexicana. A eso los invita Antorcha Magisterial.
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