El presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que el programa tecnológico Pegasus no se utilizaría para espiar a sus opositores. Pues bien –como en otros casos-, engañó a los mexicanos, y ahora fue evidenciado que, a través del Ejército Mexicano, ha espiado a defensores de derechos humanos y civiles. Es lo que hasta ahora se sabe, pero es válido preguntarse ¿a quienes ha espiado la 4T?
En julio de 2022, fue revelado que el gobierno del expresidente Enrique Peña Nieto espió a diversos personajes, entre ellos, a personas cercanas a López Obrador. “Pegasus Project, una investigación conjunta de Amnistía Internacional y Forbidden Stories, ha revelado que el gobierno de Enrique Peña Nieto espió (o intentó espiar) con el malware Pegasus a 15 mil teléfonos entre 2016 y 2017, entre ellos, a periodistas, personas defensoras de derechos humanos, e incluso a familiares de los 43 normalistas de Ayotzinapa. Peña Nieto se extendió al círculo cercano del mandatario Andrés Manuel López Obrador, entonces aspirante a la presidencia de México. Entre las personas atacadas con Pegasus se encuentran su entonces secretaria particular, Laura González Nieto; el operador político César Yáñez; el hoy Consejero Jurídico de la Presidencia, Julio Scherer Ibarra; su actual vocero, Jesús Ramírez Cuevas; y el empresario Alfonso Romo Garza, entre otros”, publicó en ese entonces R3D.
El presidente López Obrador usó este espionaje como bandera política para denostar a sus opositores, los acusó de corruptos y llevó agua a su molino. Criticó el uso de recursos públicos para tales fines y hasta el cansancio aseguró que esa práctica se terminaría durante su gobierno.
No fue así, incluso, en el colmo, indirectamente AMLO aceptó que sí espía al afirmar que “no es espionaje, es inteligencia”. La desfachatez e hipocresía.
A principios de la semana, R3D, Artículo 19, Socialtic, así como colectivos defensores de derechos humanos y varios medios de comunicación, en conferencia de prensa, evidenciaron el modus operandi del gobierno de la 4T para espiar.
Según la investigación, existen documentos de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) en el que muestran que “una estructura militar secreta espió con Pegasus al defensor Raymundo Ramos para interferir en una investigación sobre abusos del Ejército en Nuevo Laredo, con pleno conocimiento del alto mando”.
Sin embargo, no solo el defensor de los derechos humanos fue espiado, pues al menos en este trabajo, otras personas más, sus teléfonos estuvieron infectados por el programa, que se mantienen en el anonimato.
En dicha conferencia, Leopoldo Maldonado, director general de Artículo 19 para México y Centroamérica puntualizó que “el espionaje en México, no es una anécdota, no es algo normal y no es algo que podamos normalizar. Evidentemente el espionaje ha sido una violación grave a la privacidad de las disidencias políticas de las últimas décadas, activistas, defensores y defensoras de derechos humanos, periodistas, ello da cuenta miles y miles de archivos que obran hoy en el Archivo General de la Nación”.
¿Qué nos queda a los ciudadanos de a pie? Sin duda, sería exagerado pensar que no somos sujetos de espionaje. Sin embargo, es importante destacar que nuestros derechos como individuos pueden ser violentados por el gobierno sin que nos demos cuenta.
Es necesario exigir al gobierno en turno, frenar estas prácticas, prometió transparencia y eso es lo que demandamos, si, la 4T tiene sospechas de que algún ciudadano comete algún delito, tiene que usar los canales legales, de lo contrario, quedaría demostrado, que, al espiar, es con la finalidad de amedrentar y se encuentra penado por la ley.
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