De nueva cuenta, el gobierno de la “Cuarta Transformación” (4T) encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, vuelve a hacer de las suyas mintiendo a los mexicanos, desoyendo las voces de alerta que dictan la Organización Mundial de la Salud y abandonando a su suerte a sus compatriotas a quienes asegura que la pandemia covid-19 ya se está diluyendo, lo cual resulta un artero engaño frente al rebrote de esa enfermedad con su variante Ómicron, que sigue cobrando vidas.
Como desde la primera vez que llegó ese problema a México, el Gobierno federal emanado de las filas del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) vuelve a condenar a los mexicanos a rascarse con sus propias uñas, abandonándolos y sin siquiera aplicar medidas que les permitan su protección o atención.
Quienes se encuentran sufriendo con mayor énfasis por la pandemia y sus variantes son las clases empobrecidas del país, que se han visto considerablemente incrementadas después de la falta de estrategia gubernamental, que, sin pies ni cabeza, han dejado que se incrementen aspectos tales como el desempleo, la inseguridad, la falta de medicamentos, entre otros, que mantienen a la Nación de rodillas frente a tan mortal enemigo.
El mal manejo de la pandemia covid-19 proviene desde su llegada, donde la 4T no implementó proyecto alguno para ayudar al pueblo, cuando debería haber suspendido el pago de servicios, el pago de impuestos y se debió pactar con las empresas que brindan servicio de internet para que éste fuese gratuito en todos los hogares mexicanos, a fin de que los niños y jóvenes estudiantes lograran estudiar sin contratiempo alguno de forma virtual.
Tampoco se implementó una cruzada nacional alimentaria, lo que ocasionó que el país se viera repleto de hogares, donde las familias antorchistas colocaron banderas blancas en señal de protesta por el abandono y nulo apoyo del Gobierno federal.
De acuerdo con reportaje de Trinidad González, mientras en Europa y Latinoamérica se adoptan medidas drásticas para evitar la propagación de Ómicron, la nueva variante del virus SARS-COV2, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha desestimado las advertencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la comunidad científica para enfrentarla.
Se reunieron, apenas el 1° de diciembre, en el Zócalo de la Ciudad de México (CDMX), unas 80 mil personas para celebrar la lectura de su III Informe de Gobierno; y en el colmo de la negligencia, el presidente declaró que el cubrebocas no era obligatorio, que en su gobierno estaba “prohibido prohibir” y desestimó la amenaza de una cuarta ola de la pandemia.
“Nosotros estamos preparados para todo, estamos atentos siempre, cuidando a la población porque es nuestro trabajo”, había dicho días antes, durante una conferencia de prensa en Oaxaca, pese a que previamente se negó, de forma contundente, a que se instalaran centros de monitoreo en los aeropuertos nacionales y restringir el acceso a personas provenientes de Europa y África.
Asimismo, en el caso de la CDMX, el presidente consideró que no era necesario ordenar un nuevo periodo de confinamiento sanitario, o por lo menos limitar el número de personas en negocios, centros comerciales y lugares concurridos como plazas públicas.
La confianza de AMLO está apoyada en los avances de la vacunación contra la covid-19, a la que, según él, en la segunda semana de diciembre de 2021, había accedido más del 70 por ciento de la población con dosis completa; la tercera dosis para adultos mayores estaba en proceso a lo largo de seis entidades en la República; y continuaba la vacunación a menores de 18 años con comorbilidades.
Sin embargo, Arturo Erdely, doctor en ciencias matemáticas –quien da seguimiento estadístico a la aplicación de las vacunas con base en las cifras de la Secretaría de Salud (SS)– reveló que, hasta el pasado6 de diciembre, no habían recibido siquiera una sola dosis 47 millones 632 mil mexicanos; a 12 millones 930 mil se les había aplicado una dosis y 65 millones 451 tenían dosis completa”.
Lo cierto es que López Obrador le sigue mintiendo a los mexicanos, desde sus lujosos aposentos en Palacio Nacional se muestra insensible a los problemas de salud que están viviendo sus compatriotas a quienes desde ahí lanza el artero engaño de que todo está bien que no hay problema alguno con la pandemia, que ya todos nos podemos abrazar y retornar a nuestras actividades diarias.
Es evidente que en ello, el mandatario de la 4T lleva una gran responsabilidad y se convierte en culpable de los elevados índices de mortandad por esa causa, primero por mentir y después por no mover un dedo en auxilio de la gente.
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