MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Alarma pobreza y desigualdad en Quintana Roo

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Los mexicanos -los quintanarroenses, como parte de ellos-, han demostrado fortaleza ante el embate de la pandemia de salud del SARS-CoV-2 que les arrebató a sus seres queridos, pero que además los dejó sin trabajo y sumidos en la más preocupante pobreza, y no hay indicios que la situación cambie, por el contrario, se vislumbra un sombrío futuro ante el embate de una nueva ola de la enfermedad.

Cuando se pensaba que, tras dos años de encierro, de cumplir con medidas sanitarias dictadas por las autoridades de salud de los tres órdenes de Gobierno al fin serían superados los estragos de la Covid-19, pues resulta que siempre no, pero además la situación económica, que ya era desesperante, ahora se vuelve caótica.

Está por demás repetir lo que los mexicanos, los quintanarroenses han padecido, han sufrido y han sacrificado en estos 2 años de pandemia. Sin una adecuada medida de contención del SARS-CoV-2 en sus inicios y una tardía reacción de las autoridades, muchos fallecieron, fue necesario implementar medidas urgentes para intentar frenar los estragos y ello provocó el caos del desempleo por el cierre de millones de empresas.

Quintana Roo es una entidad eminentemente turística, de ella dependen miles de personas y el cerrar la industria sin chimeneas, provocó que el número de familias en estatus de pobreza se duplicaran.

Los datos son fríos y alarmantes: el índice de pobreza laboral en la entidad en el 2015 era del 30 por ciento del total de la población, pero en 2020 ese porcentaje casi se duplicó, pues estuvo muy cercano al 60 por ciento.

Actualmente los municipios con más pobreza extrema en el Estado son: Felipe Carrillo Puerto, con 37.7 por ciento de su población bajo esta condición, José María Morelos con 25 por ciento y Bacalar, con 20 por ciento, demarcaciones que fueron de las más afectadas en ese lapso.

Lo irónico del caso es por ejemplo Tulum, donde el índice de pobreza pasó de un 32.2 por ciento de pobreza a un 61.8 por ciento, en el mismo lapso de tiempo, considerado el mayor aumento del índice del país, pero es el municipio que en la entidad tiene el crecimiento más acelerado, donde hay inversiones millonarias, pero donde la gente no es beneficiada en lo personal pues, como ya se ha dicho, es donde hay más crecimiento de gente pobre.

Informes del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), detallan que Benito Juárez se encuentra considerado como el único municipio de toda la Península de Yucatán con el mayor número de personas en situación de pobreza.

Cabe mencionar que el último año de registro en la medición del Coneval fue en el 2020, donde Cancún registró 323 mil 435 personas bajo esta condición que se recrudeció como consecuencia del impacto por la pandemia, por lo que la ciudad se colocó entre los 20 municipios con las tasas de rezago social más altas del país.

Entre los rubros que se evaluaron para determinar las posiciones de los municipios en pobreza se tomaron en cuenta el rezago educativo, el acceso a los servicios de salud, la seguridad social, la calidad y espacios de la vivienda, los servicios básicos de la vivienda, así como la alimentación y cohesión social.

Por ello uno se pregunta, qué es lo que están haciendo el Gobierno de Quintana Roo y el presidente de la república para revertir esa inusitada situación, de que cada vez hay más pobres; pues por ningún lado se ven acciones para contrarrestar ese mal social, ni siquiera se sabe de reparto de despensas alimentarias para ayudar a las familias más necesitadas, más golpeadas, que no tienen recursos pero que han demostrado fortaleza para seguir adelante.

Pero esa fortaleza se pone a prueba cuando constatan que ya superado el primer mes del 2022 no hay indicios de mejoría y por el contrario, ven con preocupación los índices inflacionarios, la cuesta ya no de enero sino de todo un trimestre, los incontrolables aumentos en los precios de los productos de la canasta básica y servicios elementales, que les dificultará aún más la subsistencia.

Tan sólo en enero, la Profeco y otros organismos encargados de monitorear los precios de productos básicos, han estimado el incremento de la canasta básica por encima del 140 por ciento y la cascada de aumentos no termina; es un efecto dominó que nadie, ni siquiera la Cuarta Transformación es capaz de frenar.

Un manto de incertidumbre se cierne sobre la entidad. Los pobres tienen la tarea en sus manos porque son ellos los que diario sienten en carne propia el flagelo de la pobreza y marginación y por ende el Movimiento Antorchista los invita a sumarse a la lucha que esta organización ha emprendido contra la injusticia social; es momento que el pueblo tome las riendas de su destino y dirijan sus pasos hacia el progreso y bienestar, de no ser así, su futuro, si de alguna manera se le puede llamar, quedará en el limbo de lo que pudo ser y no fue, pero que sin duda los hundirá en la oscura desesperanza de la pobreza.

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