“La gente anda preguntando, en qué trabaja el muchacho. Nomás porque traigo pesos y una trocona del año. Ando muy bien arreglado y uso sombrero de lana. Con una morra a mi lado y en la cintura una escuadra. Mi orgullo es ser potosino, pasearme por la región. Por la buena soy amigo, por la mala soy campeón”; seguramente el lector ya identificó que este párrafo es la letra de una canción del grupo musical Los Huracanes del Norte, la cual que es del gusto de muchos jóvenes de San Luis Potosí, sobre todo, de aquellos que viven en el área rural porque refleja sus más anheladas aspiraciones; ascender en la escala social, a la brevedad, ganar dinero fácil y rápido, comprarse un vehículo o levantar su casa para presumir a sus amigos. Para nada el interés por el estudio o formarse como un profesionista para servir mejor a la sociedad.
Hace unas décadas, para muchos niños o jóvenes, su anhelo, su deseo, era estudiar para labrarse una mejor calidad de vida; querían ser maestros, ingenieros, doctores, abogados; y es que ahora, lograr un título profesional no es garantía para encontrar trabajo y elevar su nivel de vida.
Hoy muchos profesionistas potosinos, que perciben salarios muy por debajo de personas que trabajan en la informalidad; un taquero, un taxista, un comerciante ambulante o hasta una doméstica, obtiene un salario superior.
“Estuve varios meses buscando trabajo, pero de mi profesión no encontré, y me tuve que meter a trabajar a una fábrica aquí en San Luis Potosí, porque ya mi situación era desesperante, y tenía que dar de comer a mis hijos”, me comentó un joven amigo, recién egresado de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro.
La situación del poco crecimiento y mal manejo de los gobiernos neoliberales, del pasado y del actual, en el terreno económico ofrece muy pocas expectativas de empleo y trabajo bien renumerado a los profesionistas en el país. Hay muchos doctores, pero no les ofrecen salarios justos y condiciones de trabajo en donde no arriesguen su seguridad y vida, a pesar de que la población los necesita para atender su salud.
Hay muchos ingenieros agrícolas; sin embargo, el campo está en el abandono porque no hay apoyo para los campesinos para que produzcan los alimentos que requerimos. Hay muchos maestros sin empleo y otros sin pago -como es el caso de los 74 profesores potosinos, a los que desde hace más de 10 meses el gobierno de SLP no les resuelve su pago-, que se necesitan para mejorar el aprovechamiento escolar de los niños, pero el estado no los ocupa. En pocas palabras, la sociedad y el Gobierno federal de la 4T poco apoyo brindan a la educación y a sus profesionistas.
Ante tan pocas opciones de acceso a la educación, de empleo y mejores expectativas para los jóvenes que tienen interés por labrarse una carrera, muchos prefieren irse a trabajar a Estados Unidos (EE. UU.). San Luis Potosí ocupa el tercer lugar de las entidades en México, que más mano de obra manda al vecino país del norte, con más 700 mil potosinos que radican allá, según datos del Instituto de Migración y Enlace Internacional (IMEI). Retroceso en las aspiraciones de los jóvenes potosinos para lograr una carrera profesional.
Preocupante la información que diera hace unos días Alejandro Zermeño Guerra, rector de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), por los indicadores de decremento de aspirantes a ingresar a esta casa de estudios, ya que se contabilizaron menos de los 17 mil 219 preinscritos durante 2021. “La baja se debe, por supuesto, a que fueron dos años difíciles, la pandemia sacó a muchos estudiantes de la educación media superior. Muchos tuvieron que ir a trabajar por las condiciones, para apoyar a sus familias”, dijo.
Lo peor. Después del examen que aplicó la UASLP a los aspirantes, los días 4 y 5 de julio, el rector de la máxima casa de estudios dio a conocer una caída drástica en la calificación que obtuvieron los nuevos universitarios con un promedio de 4.5, una reducción de 2.3 puntos, que significa un retraso en la preparación de los jóvenes que ingresan a la universidad. Un claro reflejo de la atención que está brindando el gobierno de la 4T a las futuras generaciones en materia educativa, menos apoyo a la construcción de escuelas, a la contratación y pago de maestros, a la investigación, a las universidades, etcétera.
El gasto público destinado a la educación por este gobierno neoliberal es el más bajo y peor que lo que destinaban los gobiernos anteriores, con una suma de apenas $ 883,929 (MDP), que representa el 3.1 por ciento del PIB, de acuerdo con datos del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
De nada han servido sus becas y universidades del Bienestar y de estar acabando con la corrupción. La educación en México ya es un desastre. Hacen faltas voces y fuerzas que exijan un verdadero derecho de acceso a la educación, científica y de calidad, y aseguró que no están en las entidades del poder, sino en el pueblo, en su organización y lucha.
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