Hace unos días fueron sepultados cuatro jornaleros agrícolas de Tecomán, Colima, entre lágrimas y un reclamo generalizado de parte de sus familiares para que se castigue al responsable de su muerte ocurrida en un accidente automovilístico sobre en la carretera libre Armería-Manzanillo.
Esta y muchas otras tragedias, son el pan de cada día de miles de trabajadores humildes que salen de sus lugares de destino a ganarse unos pesos para alimentar a sus familias y que, desgraciadamente, no regresan a sus hogares.
Este lamentable, suceso ocurrido en la carretera libre Armería- Manzanillo, no ha sido el único que ha cobrado la vida de niños, jóvenes y adultos, pues es una de las vías más transitadas por donde pasan los tráileres a dejar sus mercancías a otras partes del país, y que no importa lo que esté a su paso para llegar a su lugar de destino, aunque esto implique la misma muerte.
El portal web Fuerza Informativa Azteca informó que “cuatro jornaleros muertos y 21 heridos es el saldo de un accidente en la carretera libre Armería-Manzanillo, la camioneta en la que viajaban los trabajadores del campo fue impactada por un tráiler. El accidente provocó largas filas de vehículos durante tres horas en la carretera libre Armería-Manzanillo con destino al puerto de Manzanillo, dentro del estado de Colima, también trascendió en los reportes de las autoridades estatales que la mayoría de los jornaleros eran originarios del estado de Guerrero. Los jornaleros, de acuerdo con los primeros reportes, regresaban de un día de trabajo en los campos, se dedicaban al corte del tomate.”
Como mencioné anteriormente, esta no es la única desgracia por la que tienen que pasar millones de trabajadores en todo el país, porque una de sus principales desgracias es la pobreza que va en aumento lacerada por el alza de los precios de los productos de la canasta básica, cada vez están más caros. Para muchas familias, prácticamente ya es imposible comprar lo elemental para alimentar a sus familias.
La falta de vivienda es otra de las lamentables situaciones por la que pasan los trabajadores, pues no cuentan ni con una vivienda digna donde resguardarse; miles de ellos viven entre la insalubridad y el desamparo.
Tecomán, Colima, es un claro ejemplo de lo que digo porque es uno de los tres municipios más pobres del estado, donde la falta de vivienda y de servicios públicos básicos han hecho un lugar donde reina la pobreza.
Esto, además de la nula atención de salud con la que cuentan los trabajadores, en especial los jornaleros que como sabemos la inmensa mayoría de ellos no cuentan con seguridad social que les permitan curarse dignamente.
¿Cuántos de los jornaleros que murieron en Tecomán, contaban con lo más elemental para vivir dignamente? Yo dudo que así fuera, pues sabemos en las condiciones en las que laboran los jornaleros que viene de otro estado, pues es más barata la mano de obra y los dueños de las empresas, les conviene contratarlos, pues la necesidad al salir de sus tierras y de la pobreza, los hace elegir lo que sea con tal de ganar unos pesos.
Ante está situación, los colimenses necesitamos organizarnos y educarnos para exigir a los gobiernos mejores condiciones de vida, de seguridad social y vivienda digna, antes de que la muerte llegue a tocar a nuestras puertas.
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