El pasado 25 de junio, la ciudadanía de Chilpancingo se cimbró nuevamente con el macabro hallazgo de siete cuerpos mutilados y decapitados, esparcidos en la calle 16 de Septiembre del populoso barrio de San Mateo.
Durante esos hechos también se encontraron cartulinas con mensajes a la presidenta municipal, Norma Otilia Hernández Martínez y a su síndico Andreí Marmolejo Valle, ambos de Morena:
“Saludos Presidenta Norma Otilia, sigo esperando el segundo desayuno que me prometiste después de que viniste a buscarme. Con cariño, tu amigo” y “Síndico Andrey (sic) Marmolejo, sigue amenazando a la gente con las licencias comerciales hijo de tu put* madre para llevarles las cuotas a Los Tlacos”.
La dantesca escena fue descubierta por elementos de la Policía Estatal, quienes tras recibir un reporte acudieron al sitio y encontraron una camioneta de lujo, estacionada justo frente a la iglesia de San Mateo, con las luces encendidas y la cajuela abierta.
El multihomicidio encendió las luces de alerta sobre la relación de la presidenta municipal con integrantes del conocido grupo delictivo, situación que causó el enojo de Norma Otilia Hernández, quien señaló que se trata de un distractor para dañar a su gobierno pues, asegura, su gestión es transparente y ha buscado erradicar la corrupción; incluso se lanzó contra la Fiscalía General del Estado, al revelar inconsistencias en el protocolo de actuación durante los hechos.
La presidenta municipal seguía negando el diálogo con integrantes de algún grupo delictivo y aprobaba que fuera investigada, ya que aseguraba no tiene nada que temer; sin embargo, en redes sociales se exhibieron fotografías y hasta un video del presunto desayuno de la alcaldesa con conocido líder delictivo, por lo que tuvo que aceptar haber estado en el encuentro al que asegura fue invitada y rechazó pactos con la delincuencia. Detalló que fue algo fortuito y pidió esperar las acciones por parte de la Fiscalía General de la República (FGR).
Es un hecho que sí existió tal desayuno en un restaurante ubicado entre los municipios de Mochitlán y Quechultenango -éste último centro de operaciones del grupo- entre la alcaldesa y el líder delictivo.
Mientras, en la capital estatal gobernada por la morenista, las quejas ciudadanas por falta de servicios públicos como calles pavimentadas, agua potable, drenajes, alumbrado público, seguridad pública, entre otros, siguen creciendo.
La causa es sin duda la falta de oficio político de las autoridades municipales, preocupadas más en las elecciones de 2024 que en atender las demandas de la población que creyó en el cambio prometido y hoy se siente decepcionada.
Y es que, al igual que en muchos municipios y estados, el fenómeno Morena arrasó en 2018 y con la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia de la República, arribaron a diversos cargos públicos toda clase de militantes de ese partido, que desconocían el quehacer político que se necesita para gobernar, con ética y por el bien común.
Por eso, en las elecciones de 2024, donde se renovarán los poderes Ejecutivo y Legislativo, así como diversos cargos en 30 estados, deben ser el inicio de una gran negociación, una gran oportunidad para construir un nuevo futuro, a fin de que, gane quien gane, el verdadero triunfo sea de los mexicanos, ávidos de paz y un mejor futuro.
Eso sólo se logrará a través del voto consciente. Sólo un candidato emanado del pueblo conoce los problemas reales porque los ha vivido en carne propia, por tanto, es tiempo de cambio real de gobierno, es tiempo que gobiernen hombres y mujeres comprometidos, inteligentes y principalmente, que quieran trabajar por y para su pueblo.
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