Primer ejemplo: En la primera quincena del mes de noviembre del 2022, se dio el banderazo de arranque de la obra de agua potable para la colonia Manuel Serrano Vallejo, del municipio de Valle de Santiago. La lucha para conseguir los recursos económicos para dicha obra no fue fácil; fueron cuatro años de ir y venir a las oficinas de los tres niveles de gobierno y toparse con la insensibilidad y el menosprecio de los funcionarios, pero la tenacidad y la perseverancia de las más de 500 familias organizadas en el Movimiento Antorchista lograron lo que parecía imposible.
El compromiso tanto del Gobierno del estado como del ayuntamiento fue que, a más tardar el 31 de diciembre de 2022, las humildes familias ya contarían con el vital líquido en sus hogares.
Estamos a unas semanas de terminar el 2023 y la palabra empeñada por los funcionarios estatales y municipales no se ha cumplido, a pesar de las múltiples ocasiones que los colonos han acudido a recordarles su incumplimiento, y de que tras cada visita han venido nuevas excusas y nuevos compromisos.
Hace unos días, a través de una carta ciudadana, la señora Sandra García García, vecina de la comunidad, se dirigió al gobernador del estado, Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, donde le solicita su decidida y urgente intervención para que se concluya la obra, se terminen de hacer los contratos de obra por parte del organismo municipal del agua y por fin puedan contar con el servicio en la colonia.
No hay duda de que dicha petición, hecha por esta madre de familia, debe ser escuchada y atendida a la mayor brevedad posible por el gobierno guanajuatense, y con ello demostrar que, aunque tarde, aún están en capacidad de mostrar sensibilidad y empatía con las necesidades más apremiantes del pueblo al que representan.
No deben olvidar tampoco que en unos meses su partido político, Acción Nacional, pasará al escrutinio popular y sin duda, sus acciones en estos cinco años de gobierno serán evaluadas: de ello dependerá si conservan o no el poder estatal. Por esa razón, también debería interesarle a Libia Dennise García Muñoz Ledo quien, todo indica, será la candidata para gobernar al estado el próximo sexenio.
De lo que no tengo duda es de que los colonos de la Manuel Serrano Vallejo, siempre combativos y dispuestos a la lucha, lograrán, más pronto que tarde, su derecho al agua potable y a tener una vida más digna para sus hijos.
Segundo ejemplo: La noche del pasado 26 de octubre, el devastador huracán “Otis” azotó la costa del Pacífico; principalmente, la zona de Acapulco, Guerrero.
Andrés Manuel López Obrador ha minimizado la cifra de muertos por “Otis” al afirmar que “no fueron tantos” para lo que representó un evento tan fuerte.
Las cifras oficiales señalan que al menos 28 personas perdieron la vida y muchas siguen desaparecidas. Por lo que se ha podido verificar, la mayor parte de la infraestructura de varios municipios colapsó y hasta el día de hoy, miles de familias están sin hogar, sin alimento y sin ayuda por parte de alguna instancia de gobierno.
Diversos medios de comunicación han señalado que la desgracia pudo ser menor, pero que ninguna instancia de gobierno alertó ni se propusieron medidas de prevención para mantener a salvo a la población desde que se supo de la intensidad del fenómeno atmosférico.
Mientras tanto, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha minimizado la cifra de muertos al afirmar que “no fueron tantos” para lo que representó un evento tan fuerte. Lo cierto es que el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos avisó con 24 horas de anticipación que “Otis” era potencialmente catastrófico.
Lo sucedido en Acapulco y municipios aledaños es un desastre y una tragedia que pone, una vez más en evidencia, la negligencia e insensibilidad de los tres niveles de gobierno de Morena. Han pasado más de 48 horas sin que la inmensa mayoría de las familias en desgracia hayan recibido ni agua ni alimento y muchas siguen aún incomunicadas, lo que demuestra que siguen en el abandono y sin atención por parte de las autoridades.
La fotografía que apareció en diferentes medios de comunicación, donde se ve al presidente a bordo de un jeep militar atascado en una brecha entre Chilpancingo y Acapulco dibuja, en los hechos, el estilo de gobernar de López Obrador, un gobierno de improvisaciones y ocurrencias. ¿No valdría la pena reasignar los recursos económicos destinados a sus obras faraónicas para la reconstrucción de esta importante región de México?
Como en otras desgracias ocurridas en el país, la solidaridad del pueblo mexicano no se ha hecho esperar: en todo el territorio nacional se han instalado centros de acopio para recabar víveres y ser enviados a las familias en desgracia. Pero otra: ahora el Gobierno morenista ha señalado que no permitirá el acceso de las caravanas de apoyo y que cualquier ayuda se deberá entregar al Ejército y a la Marina, quienes se harán cargo de entregarla.
Esto es prohibir la organización y acción popular, que están consagradas en nuestra Carta Magna. Ya ha quedado demostrado también que, en hechos como este, el gobierno no puede solo y que es criminal impedir que la sociedad ayude. La historia ha demostrado que también en estos casos, la fraternidad y la unidad de los pueblos los llevan a superar los momentos de dolor. Al tiempo.
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