Terminó el 2020, un año marcado por la incertidumbre y la desesperanza ocasionadas por la pandemia, el cual dejo una crisis laboral, económica y sanitaria severa, que sólo confirma las pésimas estrategias del gobierno para enfrentar el peor momento en la historia moderna de México
Por fin inicia un año nuevo y con ello el tercer año consecutivo del gobierno morenista de López Obrador, el año que comienza, viene con los buenos y sinceros deseos que nos prometimos en los últimos minutos del año viejo, no son más que la nueva realidad que queremos derivada de las condiciones de la realidad vieja en que soportamos el año.
Pero la realidad en la que estamos viviendo todos los mexicanos contrasta con los buenos deseos de año nuevo, porque de acuerdo al reporte del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), la pobreza laboral en el tercer trimestre del 2020, el número de habitantes en extrema pobreza pasó de 22 millones en febrero a 33 millones en junio, teniendo un incremento de 11 millones en tan sólo tres meses, tan solo con eso el panorama no es nada alentador.
Pero, además en Durango, de acuerdo con los datos de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco), los comercios fueron duramente golpeados por las medidas restrictivas de confinamiento y cierre de negocios, debido a ello mil 350 negocios ya no pudieron volver a abrir, además de que actualmente hay más de 350 locales que están en riesgo, el pequeño comercio formalmente establecido se encuentra en grandes aprietos, pero no solo son las pequeñas empresas y para muestra de la situación económica local, el cierre de la franquicia de Sanborns en la ciudad de Durango; el cierre de dicha cadena nacional es una muestra del año tan complejo que fue el 2020 en materia económica.
Durango ha vuelto al Semáforo naranja, y con ello las modificaciones en las medidas establecidas por el Gobierno del Estado, es un hecho en positivo, pues significa la reactivación de la economía, para evitar llegar a un colapso importante en la economía de nuestro estado. Pero eso no significa relajar los cuidados y protocolos de salud, pues podríamos volver a caer en semáforo rojo, o que se pueda colapsar el sistema de salud.
Pero no es todo aún, según los especialistas que analizan los catastróficos efectos de la pandemia, pronostican que las cosas se pondrán más complicados todavia, es decir, se multiplicarán los contagios y las muertes, tal como está sucediendo. Pero el gobierno mexicano, con declaraciones triunfalistas, con sus "otros datos” fantasiosos que el presidente expone diariamente en sus conferencias de prensa, contrastan con la realidad vivida por los ciudadanos, que solo llama a cuidarse sin implementar un plan de apoyo al pueblo, para que estos no se expongan saliendo de sus hogares.
López Obrador sigue asegurando terca y constantemente de que los problemas a los que él se comprometió a resolver, los ha atacado de manera frontal y eficiente, es decir, para él, la pobreza, la salud, el empleo, la economía, se han resuelto de manera exitosa y por lo tanto el país es ya muy diferente al que gobernaban los neoliberales en el pasado. Por eso quien se atreve a decir lo contrario es un adversario que añora los privilegios que los gobiernos pasados le facilitaban a costa de la pobreza de la gran mayoría de los mexicanos.
El gobierno de la esperanza y de los pobres, nada puede hacer bien, y ahora con la llegada del escaso número de vacunas anticovid, destinadas al personal médico que combate el virus, se le empieza a complicar el plan de vacunación por su pésimo e insuficiente diseño y con ello se corre el riesgo del abuso de algunos directivos del personal médico o que sea usado electoralmente.
Se va un año marcado por la tragedia y la desgracia en que se encuentran sumidos millones de mexicanos, pero con ello aprendimos a sobrellevar la situación y convertir las condiciones adversas en la unidad de todos los mexicanos, así debemos mantenernos, unidos ante la contienda próxima, para luchar juntos por mejores condiciones de vida.
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