A propósito de la consulta del 1 de agosto, cuenta una funcionaria de casilla en el municipio de Chimalhuacán, Estado de México, que a las 12 del día llevaban once sufragantes de un total de 2 mil boletas electorales suministradas y un padrón de casi doce mil votantes. Llevaban tres horas y con todo y la parafernalia en paredes, lonas, anuncios espectaculares, televisión, redes sociales, radio bemba, etc., con la “invitación” a votar en la mencionada consulta pitera por un SI al juicio a los expresidentes (¿no que era consulta?), la concurrencia fue un fracaso. Así transcurrieron las nueve horas de votación para llegar a un total de 78 sufragios.
El tema es si resulta hasta irrelevante si no fuera por el gasto millonario para la elección que bien se pudo ocupar para el medicamento de los niños enfermos de cáncer, como reclaman padres de familia al obtuso presidente morenista que se niega a escucharlos padres que le demandan infructuosamente la atención para sus hijos. Cero, nada, primero la fracasada consulta, que muestra la verdadera fuerza de los simpatizantes del partido en el poder, como lo menciona un “intelectual” hechura de la mal llamada 4T y de cuyo nombre “no quiero acordarme”.
Un “incidente”, que bien pudo ser motivo de la intervención de la autoridad, llamó mi atención, cuenta la misma funcionaria de casilla que se presentó un ciudadano, si es que se le puede llamar así, gritando “Juicio a Tolentino” y burlándose de las medidas sanitarias sin cubrebocas, sin aceptar el gel y tosiendo en la cara de las receptoras del voto en la mesa electoral.
Como un verdadero verraco se puso a gruñir presumiendo la antipatía de sus vecinos hacía él, porque el sí grita su verdad y su odio entrañable a los expresidentes, acusando las funcionarias cuanto improperio de parte del sujeto de marras, escuchando una sarta de frases llenas de odio y rencor contra todo lo que se mueva, haciendo gala de su militancia morenista y su simpatía por AMLO, repitiendo la sobada cantinela del “honor” a su seguidismo. La actitud del mencionado sujeto frente a las medidas sanitarias no extraña, es consecuencia de la irresponsable actitud del AMLO frente a la pandemia de covid-19, que con sus ensalmos, sus detentes, su menosprecio por el cubrebocas, por el uso de gel, la sana distancia, etc., ha propiciado comportamientos como el relato que comparto, al fin, como dijo el presidente en una de sus “mañaneras”: que se muera el que se tenga que morir, palabras más, palabras menos.
Lo que me incita compartir esta mala experiencia son los desgañitados gritos del verraco en cuestión de “Juicio a Tolentino” y lo que viene a la memoria es que Tolentino ya hizo historia y, seguramente, el juicio posterior que hará de Jesús Tolentino Román Bojórquez será positivo, no tengo duda. No me fundo en la sinrazón o el seguidismo, conozco Chimalhuacán, conozco la obra realizada en los últimos 21 años es este municipio, que ha sido reconocida por propios y extraños.
Chimalhuacán fue un lugar hermoso, lo es ahora. Tuvo un lago con su puerto, sus frondas que dieron cobijo al poeta Netzahualcóyotl contra sus perseguidores, la armada era la cacería de patos que los cuerpos de agua proveían de alimento a estas aves, sus juncales eran fuente de ahuautle, tan o más rico y nutritivo que el caviar; sus canteros, su carnaval, sus olivos, sus manantiales y muchos etcéteras. La desecación del lago dejó paso a cientos de hectáreas de polvorientas y salitrosas que recibieron a los “descamisados”, los más pobres y humildes en busca de vivienda, los desplazados por el campo y por la ciudad. Así se formó la cara fea de Chimalhuacán, un crecimiento desordenado, presa de la avaricia por la venta de terrenos, de propios y extraños, con drenajes a cielo abierto, sin energía eléctrica ni agua potable, sin calles pavimentadas, salvo la ruta de los pueblos que circunda El Chimalhuache, dando paso a tenebrosos personajes de criminal historial que vivían y proliferaban a ciencia y paciencia de autoridades estatales y federales. Pues eso se acabó con la llegada de Tolentino a la presidencia municipal en 2000.
Tolentino no necesita quien lo defienda y seguro que el que esto escribe no es el indicado, él se sabe defender. Hago esta humilde aportación porque conozco a la persona y su obra, y me parece que es lo mínimo que debo hacer.
Sigo. Tan solo por ilustrar lo dicho un apretado recuento. En estos 21 años se levantó bandera blanca en agua potable hace 11 años y también en el analfabetismo hace 12 años; se pavimentaron todas sus avenidas y casi todas sus calles, es una ciudad iluminada, se electrificó todo el municipio; gestionó el mexibús y se construyó un puente vehicular en el acceso principal orgullo de la ingeniería civil; campus de universidades (UNAM, UAEM, TECH, CUT, ENIMA, UPCH), bibliotecas, teatros; preparatorias, secundarias, primarias y preescolares fueron equipados y sustituidos los salones de láminas de cartón; la Feria de Chimalhuacán, la del olivo, el carnaval, los artesanos, los canteros, todos fueron impulsados. Albercas, deportivos, un lago en lo alto El Chimalhuache, un aviario, un planetario, el Guerrero Chimalli, parques con sus fuentes danzarinas, estadios de futbol con pasto artificial, pistas de atletismo de primer nivel; la regularización de la tenencia de la tierra; se construyó el Hospital Vicente Guerrero, CDCs, laboratorios, clínicas y se rehabilito y equipó el hospital 90 camas; y muchos etcéteras que el espacio no permite relatar.
Toda esta monumental obra no resolvió el problema principal: la pobreza. El estado negó y atacó con rabia furibunda el proyecto de un parque industrial que diera un poco de respiro económico a los chimalhuacanos. Cierto es que esto tampoco resolvería la pobreza y la desigualdad en México, son pasos en concreto para construir un mundo mejor.
Regreso. ¿De dónde sale, entonces, el odio visceral e irracional del multicitado verraco, porque no da la cara el autor de los insultos, las frases, las calumnias, porque son las mismas que se repiten desde hace muchos años en contra del antorchismo y del líder histórico de Chimalhuacán? ¿Dónde está la mano que mece la cuna?, porque es la misma que desde el púlpito de AMLO acusan y repiten ahora de manera abierta bajo el manto presidencial. Cuál es el miedo a Tolentino, si su único “pecado”, como el de sus seguidores, es la lucha humanista por un mundo mejor. Y la obra en Chimalhuacán es mudo testigo.
No son los mismos tiempos de hace 21 años en Chimalhuacán o 47 años del surgimiento del antorchismo. Habremos de estar al pendiente de la buena integridad física y moral de Tolentino y de cualquier antorchista que sufra una afrenta, ahora somos millones y seguramente seremos más una vez desocupado de sus tareas administrativas que le reclamó estar al frente del municipio. Él y su compañera de vida, retomarán la tarea de educar y organizar a los miles de mexicanos que reclaman un México más justo y más equitativo. Al Tiempo.
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