La administración de la mal llamada Cuarta Transformación, encabezada por el presidente, Andrés Manuel López Obrador se ha caracterizado por una serie de desaciertos y equívocos en el planteamiento y en la ejecución de sus políticas públicas, y en la conducción del país, así como por la falta de atención prioritaria de las necesidades más urgentes de la población más pobre, lo anterior, a pesar de los discursos engañosos que pretenden justificar vanamente sus proyectos fallidos y sus deficientes acciones de gobierno.

Un tema recurrente, discutido en la opinión pública por científicos, líderes de opinión, dirigentes sociales y público en general, ha sido la polémica construcción del Tren Maya, obra emblemática del gobierno de López Obrador muy duramente cuestionada porque su resultado tendrá, indudablemente, un impacto negativo en el sureste mexicano, por tal motivo es preciso que refiramos nuestra postura con relación a este importante asunto.

Con base en diferentes análisis que realizaron científicos nacionales e internacionales, sobre la factibilidad y viabilidad de este proyecto, concluyeron que debido a que no existe un estudio de impacto ambiental sobre ese proyecto, por parte del Gobierno federal, alertaron que están en riesgo los mantos acuíferos de la zona maya, atractivo turístico y selva, y que de seguir sobre la ruta actual el Tren Maya está destruyendo la selva innecesariamente, esto de acuerdo con un reciente informe de la revista Expansión Política, publicado el pasado 26 de abril.

También, representantes indígenas mayas, activistas sociales, personalidades del espectáculo, líderes de opinión y de organizaciones civiles, quienes se han manifestado intensamente a través de las redes sociales con el hashtag #SelvamedelTren, con relación al capricho presidencial sin sustento alguno, y ante sus oídos sordos a la voz de los inconformes por las graves afectaciones ambientales de este proyecto, han insistido con firmeza: “Sí o sí vamos a preservar el acuífero maya y a parar el tramo 5 porque es nuestro futuro. Si él se pone en una visión de necedad, nunca nuestra generación y las siguientes vamos a olvidar a un presidente que no dialogó, que está violando la ley y desafortunadamente es un ecocida”.

Por su parte, el actor y ambientalista Arturo Islas reveló en un video que en la zona donde se construye el Tren Maya se encuentran el sistema de ríos subterráneos más grande del planeta; asimismo, varias voces famosas como Eugenio Derbez y Natalia Lafourcade denuncian la destrucción de la selva. 

Y así como ellos, los indígenas mayas también están en contra por la devastación que está sufriendo la selva con la construcción de esta obra sin planeación y sin el estudio de impacto ambiental correspondiente, con lo que se atenta contra las futuras generaciones, que ya no contarán con la naturaleza que tenemos hoy en día por la necedad del presidente López Obrador que daña el futuro de todos.

En su defensa, uno de los supuestos argumentos y justificación de López Obrador es que con la construcción del Tren Maya se frena la pobreza extrema en el sureste, pero la realidad demuestra totalmente lo contrario, esto toda vez que la población en situación de pobreza extrema aumentó en Campeche, Tabasco, Yucatán y Quintana Roo, los estados en los que desde 2019, se construyen el Tren Maya y la refinería Dos Bocas, asimismo, destacamos que Quintana Roo fue la entidad con el mayor aumento en el porcentaje de población en pobreza extrema, al pasar de 3.8 por ciento a 10.6 por ciento entre 2018 y 2020, según datos del CONEVAL, con lo que se comprueba que la realidad misma contradice los discursos engañosos y falsas promesas del presidente.

Además, hay que tomar en consideración que por su mala planeación la construcción del Tren Maya nos está costando muchísimo más de lo programado, de acuerdo con una nota técnica realizada por el Instituto Mexicano para la Competitividad dirigido por Ana Thais Martínez donde se estima que tan solo el proyecto de construcción puede tener un costo entre 4 y 10 veces mayor, es decir la costó original de 460 mil millones de pesos ascendería hasta 1,533 mil millones de pesos.

Pero todo eso no le basta a López Obrador, ni ningún argumento ni evidencia contraria a sus creencias y ambiciones, por más científica, racional, lógica y legal que esta sea, lo harán desistir sobre la construcción del Tren Maya por lo que podemos comprobar, una vez más, que no le importa realmente la afectación que se tiene en la zona maya ni todo el impacto ambiental causado. 

La destrucción de la naturaleza, ni todo el dinero de más que está costando la necedad que tiene en construir una de sus obras faraónicas, que atenta contra la flora y fauna de toda la región, inclusive, a pesar de que diversas organizaciones ganaron un juicio que ordena detener la construcción del tramo 5 por haber demostrado que el proyecto carece de los permisos mínimos para ejecutarse, según información de varios diarios nacionales del 19 de abril. Sin embargo, el Gobierno federal anunció que de todos modos continuará las obras, desobedeciendo así el mandato judicial y peor aún, violando nuevamente los derechos de los pueblos indígenas afectados por estas obras, según lo informó La Jornada el pasado 12 de marzo.

Debido a que, con la construcción arbitraria del Tren Maya, las afectaciones al medio ambiente son inobjetables, y ponen en riesgo el patrimonio de las generaciones futuras, y de las actuales, así como el incremento de la pobreza en la región no se detiene mientras las malas decisiones de las políticas asistencialistas de López Obrador, y la pésima planeación de sus obras emblemáticas solo han desperdiciado los recursos públicos, y por las constantes violaciones del Estado de derecho por parte del presidente que ante decisiones judiciales en contra se ha empecinado en mantener su camino errático, lo que representa una situación peligrosa para la soberanía nacional.

Por tal motivo, los antorchistas nos sumamos a todos los que se han manifestado en contra del proyecto ecocida del presidente López Obrador porque está destruyendo nuestra naturaleza, millones de árboles y dañando nuestro medio ambiente sin justificación alguna, y por simple capricho, estamos en todo nuestro derecho.