Gran revuelo mediático han levantado las inundaciones ocurridas en las comunidades de Culturas de México y Jacalones, municipio de Chalco, Estado de México, a escasos 8 km de la CDMX, capital del país.
La gran difusión del problema, hasta convertirse en una noticia de alcance nacional, se debe a dos razones: primera, a que ambas colonias cuentan con 5 mil familias afectadas (20 mil habitantes aproximadamente) y llevan ya 22 días con sus viviendas anegadas con aguas de lluvia mezcladas con aguas negras del drenaje sanitario, lo cual ha detonado enfermedades gastrointestinales, respiratorias, infecciones de la piel y de los ojos.
Con los 500 mil millones de pesos gastados en el Tren Maya, se pudieron haber realizado miles de obras básicas como las que necesitan Chalco, Texcoco y Ecatepec.
Todos los modestos muebles (camas, refrigeradores, electrodomésticos, etcétera) –salvo los que tienen las familias que poseen un segundo piso– se echaron a perder.
Algunas personas, la minoría, abandonó las colonias para refugiarse con familiares o amigos y los que continúan en el lugar de la contingencia han dejado de trabajar por temor al pillaje, a la vez que padecen de insomnio y estrés ante la grave situación que sufren, pues carecen de alimentos y atención médica por parte de los tres niveles de Gobierno: municipal, estatal y federal.
La segunda razón que ha provocado una amplia difusión del problema obedece a que las familias perjudicadas han tomado medidas enérgicas y desesperadas para obligar a los Gobiernos de Morena a remediar la situación.
Las familias se han organizado para bloquear las principales vialidades de Chalco y han tomado por más de 30 horas las carreteras que unen a Chalco con Cuautla, Morelos; la carretera México-Puebla y algunos tramos del circuito exterior mexiquense que comunica a ese municipio con todo el país.
Según datos aportados por Milenio del 22 de agosto de 2024, las inundaciones en esta zona de Chalco, en opinión del ayuntamiento, se explican porque el colector Solidaridad, que recoge las aguas pluviales y del drenaje domiciliario, se encuentra azolvado (tapado) en un 60 % de su capacidad por dos causas:
De lo dicho hasta aquí, se desprende que existe una gran insensibilidad e ineptitud de los gobiernos de Morena para resolver el problema.
Tal aseveración se demuestra si consideramos que desde el año 2019 (fecha en que empezó a gobernar el actual alcalde de Morena) y desde el 2018 (año en que AMLO inició su gobierno) el tapón del colector ya se conocía.
Se sabía también que el costo de la obra para reparar el tramo dañado del colector era de 200 millones de pesos.
Aparentemente se trata de una obra muy costosa, pero, si tomamos en cuenta que el presidente municipal, Miguel Gutiérrez Morales, manejó cada año mil 600 millones de pesos de presupuesto —o sea, un total de 9 mil 600 millones de pesos en sus seis años de gobierno—, pudo haber hecho la obra en etapas, designando sólo el 2 % del presupuesto anual.
Ahora bien, si tomamos en cuenta que la gobernadora morenista Delfina Gómez Alvarado dispuso de 320 mil millones de pesos en su primer año de administración, pudo hacer la obra del colector asignándole sólo el 0.063 % de su presupuesto.
Si en ese problema hubiera intervenido AMLO, que en 2024 dispuso de un presupuesto de 9 billones de pesos (cada billón equivale a un millón de millones), la realización de dicha obra únicamente le hubiese significado la ridícula cantidad de 0.002 %.
Aún hay más. Si hacemos el ejercicio de sumar los dineros ejercidos por el ayuntamiento, el Gobierno estatal y el federal en los últimos seis años, la conclusión sería de una sonora carcajada, dada la nimiedad del problema comparado con la gigantesca montaña de dinero disponible.
Toda la vida hemos sido testigos de la insensibilidad de los Gobiernos de cualquier partido, del PRI, del PAN y ahora de Morena. Por eso, me vienen a la mente dos ejemplos más:
En efecto, el Gobierno de AMLO se ha distinguido por frenar drásticamente la obra pública básica en el país (agua entubada, drenaje, banquetas, pavimentación, carreteras, hospitales, escuelas y un largo etcétera), porque su Gobierno se ha centrado en las llamadas obras faraónicas o de relumbrón.
Sólo como ejemplo, ahí está el famoso Tren Maya, donde AMLO ha gastado ya 500 mil millones de pesos, aún no se termina y muy pocos mexicanos lo usan.
Ahí está el aeropuerto Felipe Ángeles, que poca gente utiliza y que costó 105 mil millones de pesos.
Con ambas obras, que suman 605 mil millones de pesos, se pudieron haber realizado más de 3 mil obras como las que necesitan Chalco, Texcoco y Ecatepec, o si se quiere, eliminar con esa enorme cantidad de dinero las ancestrales y graves inundaciones que dañan a todo el estado de Tabasco, la tierra de López Obrador, quien ya terminó su sexenio y jamás desarrolló un plan hídrico para hacerle justicia a sus paisanos. ¿Cabe mayor insensibilidad de los Gobiernos de Morena?
Regresemos al caso de Chalco. Digo que el partido Morena exhibe no solo su gran insensibilidad sino también su colosal ineptitud porque, a sabiendas de que el problema no puede resolverse técnicamente durante el periodo de lluvias, sino que la obra debe realizarse en el lapso de secas (que va de noviembre al mes de abril), ninguno de los tres niveles de Gobierno fue lo suficientemente oportuno para presentarse directamente en el lugar de la inundación y dar una solución inmediata, aunque temporal, al fenómeno.
En efecto, hasta el más bisoño de la ingeniería hídrica sabe que la inundación en un perímetro relativamente acotado, pequeño, se ataca de inmediato con el uso de malacates para desazolvar y de vactores para succionar el agua de calles y viviendas.
Así, según informes de los vecinos afectados, durante los primeros 20 días de la contingencia, sólo operaron tres vactores. En las redes sociales, ante la visita de la gobernadora Delfina Gómez, se apareció en el lugar hace tres días algún vecino le espetó en su cara:
“Los gobernantes del PRI eran muy corruptos, pero cuando ocurría una inundación como esta, rápidamente ya teníamos 30 vactores sacando el agua de la colonia… yo voté por Morena, que son poco corruptos, pero veo que son unos inútiles”.
Las preguntas son obligadas y las respuestas también: ¿Cuántos casos más existirán en México sobre problemas de inundaciones desatendidas y añejas como en Chalco, Texcoco, Ecatepec y todo el estado de Tabasco? Seguramente muchas más.
¿Cuántos casos de infraestructura básica en el país y de falta de mantenimiento a la infraestructura ya existente se presentarán en México por falta de presupuesto? Seguramente muchísimos más.
Recordemos que AMLO suprimió el ramo 23 del presupuesto de egresos de la federación (PEF), que se destinaba directamente a la construcción de infraestructura.
Tengamos presente también que el crecimiento poblacional del país, en este sexenio, se incrementó en 5 millones de mexicanos más, pues pasamos de 125 millones a 130 millones de mexicanos, lo cual significa que han surgido cientos o miles de comunidades rurales y, sobre todo, urbanas donde carecen de servicios básicos.
Por eso, no deberá extrañarnos si se incrementan súbitamente las protestas ciudadanas por todo el país. Esto nos obliga a todos los antorchistas de la nación a estar atentos.
Debemos captar y orientar los movimientos espontáneos que aparezcan, para canalizar sus problemas inteligentemente e invitar al pueblo a educarse, a organizarse y a ponerse en pie de lucha por un México mejor.
Para lo anterior, hay que construir un nuevo partido, verdaderamente revolucionario que sustituya a Morena, pues ha llevado a nuestra patria de la esperanza a la decepción.
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