Ser maestro, es una de las profesiones en las que se necesita una enorme vocación, ya que exige incondicionalidad absoluta al servicio de los estudiantes a los que es importante transmitir conocimientos. La educación, la perseverancia y la motivación son factores esenciales para el crecimiento como sociedad y país.
Por tanto, la educación que se imparta a niños y jóvenes determina, en gran medida, los resultados de su vida, por lo que es importante generar un ambiente en el que desarrolle todas sus capacidades.
Sin profesores ni estudiantes no hay escuelas, aunque se encuentre todo lo necesario en infraestructura. Así como se reconoce la necesidad de tener maestros, hay que considerar la obligación de asignar sueldos adecuados a sus funciones que permitan una vida digna para educar a lo más importante que tiene una nación, su niñez y juventud.
El sueldo de un profesor le permite sobrevivir de manera más o menos digna, por lo que, no puede obtener grandes ganancias ya que sólo producirá conocimientos y no tendrá dividendos o participaciones de su productividad.
De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el trabajo digno es el que se realiza con un ingreso justo, garantiza la seguridad en el lugar de trabajo y la protección social para las familias, brinda mejores perspectivas de desarrollo personal e integración social, libertad para que los individuos expresen sus opiniones, se organicen y participen en las decisiones que afectan sus vidas y la igualdad de oportunidades y trato para todos.
Los maestros en México tienen los salarios de apenas la mitad de sus contrapartes en Estados Unidos (EE. UU.) o Canadá, y el número de alumnos que tienen que atender duplican el promedio de los países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE).
Un maestro de primaria, con al menos 15 años de experiencia, tiene un sueldo promedio anual en México de 33 mil 906 dólares, menos de la mitad de los 71 mil 663 dólares de un docente en Canadá o los 62 mil 102 dólares que gana en EE. UU., según datos de la organización. La proporción de alumnos por maestro y tamaño promedio de la clase en México casi duplica los niveles promedio de la OCDE. A nivel primaria es de 24.4 estudiantes y en secundaria es de 27.2 cuando el promedio de la OCDE es de 14.5 para el primero y 13 para el segundo. Esto a pesar de que la profesión de maestro es una de las más valoradas por los mexicanos, según datos del INEGI. Además de lo ya expuesto, México exhibe las tasas de desescolarización más alta entre los países de la OCDE y socios, con más de 25 por ciento de los jóvenes en edad de asistir a la escuela secundaria que no están matriculados
Hace unos días se celebró el Día del Maestro en todo el país y la secretaria de Educación anunció que se otorgaría un aumento de 7.5 por ciento a los docentes, y en su trillado discurso sobresalió la indicación en cuanto a los nuevos contenidos de la enseñanza. Mencionó que no se desea un alumnado que sepa hacer bombas, sino que sean creadores de fraternidad, maestros que enseñen a sus alumnos para que sean ciudadanos fraternos, que el tronco sea una formación orientada al humanismo.
En el fondo de las palabras de la funcionaria, se desea individuos dóciles y adoctrinados, que obedezcan sin protestar, que sean sumisos a la línea oficialista, para lo cual ya están preparando los nuevos libros de texto en los que se transluce la ideología de la 4T. Es importante mencionar que a los maestros no se les ha consultado en ningún momento para elaborar la nueva reforma educativa.
Es triste ver que este proyecto educativo de la 4T no enfrente la situación de emergencia derivada de la pandemia y que provocó la caída de matrícula escolar, deserción y rezago estudiantil. El magisterio esperaba en este nuevo modelo educativo un plan para rescatar a los alumnos rezagados o que desertaron durante la pandemia, sin embargo, esto no fue tomado en cuenta, los actuales funcionarios se comportan como si no existieran altos índices de deserción y no hubiera bajado de manera alarmante la matrícula en los diferentes niveles educativos.
El proyecto de reforma al plan de estudios que pretenden implementar es otra muestra de improvisación y otra mala decisión que el actual gobierno pretende realizar y de llevarla a cabo en un par de años veremos los resultados, sin embargo, el daño estará hecho y quien saldrá afectado será la niñez y juventud de nuestro México.
Es importante que la población vea que los enemigos de la educación es el gobierno de la 4T y no debemos permitir que la sigan afectando. El único medio con el que contamos los humildes del país para impedir que sigan manipulando la educación es a través de la organización, solo a través de ella podemos lograr un México más justo y equitativo donde la enseñanza llegue a todos los sectores de la población y no solo sea privilegio de algunos pocos.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario