A todos los que en Sonora hemos sido víctimas de la inseguridad, en alguna u otra medida, que, por secuestros, levantones, asesinatos y todo tipo de agresiones delincuenciales, hemos perdido a seres queridos, a hijos, hermanos, papás, madres, compañeros, amigos; a quienes no tenemos seguridad en nuestras posesiones ni en nuestros trabajos o actividades productivas y carecemos de cualquier tipo de apoyo oficial.
A todos los que somos vistos como criminales sólo porque protestamos y no estamos de acuerdo ni con la corrupción policiaca ni militar ni con las horrendas omisiones gubernamentales ni queremos más ser víctimas de chantajes criminales. A todos los que en esta tierra querida sentimos en nuestro ser más interior que estamos realmente desprotegidos por todas las autoridades. A los que vivimos en el miedo diario de ser víctimas de todo tipo de delincuentes, tanto con como sin uniforme, con o sin puesto gubernamental.
A todos los que nos hemos sentido profundamente engañados y sabemos que no hubo ninguna transformación con los gobiernos de Morena, a todos ellos, los antorchistas de Sonora les queremos decir que estamos profundamente indignados y dolidos por el asesinato en Guerrero de nuestros compañeros Conrado N.,, y Mercedes N., miembros del Comité Estatal antorchista de aquel estado y padres de un pequeño de seis años, quien fue asesinado junto con ellos el pasado 12 de abril, y que estamos consternados porque las autoridades encabezadas por la gobernadora morenista Evelyn Salgado Pineda, a 38 días del asesinato, no han hecho nada para detener y castigar a los asesinos que mataron a nuestros compañeros solo por ser antorchistas, pues no hacía daño a nadie y eran modelo de comportamiento.
Queremos decirles a nuestros amigos y conocidos en Sonora, que estas inacciones y omisiones gubernamentales nos hacen sentir inseguros, amenazados. Y queremos invitarlos a unirnos.
Hoy, todos somos víctimas. Tal vez pensemos diferente en algunos aspectos de la vida social sonorense, pero hoy nos une y hermana una situación de grave peligro para la patria: estamos siendo conducidos a un despeñadero fatal, a donde gobierne sólo la barbarie y la ley de la selva, no la ley civil. No vemos un gobierno federal que ponga freno a esta debacle, al contrario, la está profundizando, desapareciendo instituciones, quitando derechos que antes teníamos y programas sociales y dejando impunes prácticamente todos los delitos; y a las autoridades locales la delincuencia se les sale a cada momento de control. A cada momento hay más muertes, desaparecidos y sonorenses que huyen de nuestra patria chica, acosados por la delincuencia, que se siente totalmente impune.
Las madres buscadoras se sienten inseguras, las matan por buscar los restos de sus hijos y viven la muerte de estar sin ellos y la muerte de las amenazas que ninguna autoridad es capaz de contener. Pescadores, jornaleros, campesinos, productores agrícolas en pequeño, comerciantes humildes, microempresarios, cierran sus negocios o malbaratan sus posesiones, perseguidos por delincuentes que les cobran piso y protección; lo que producen no es suficiente para alimentar al monstruo voraz del hampa. Padres de familia se deshacen de sus casas urgentemente porque ya les gustó a los delincuentes y simplemente se posesionan de ellas, o de terrenos y de tierras sin que autoridad alguna haga algo. Trabajadores sindicalizados son obligados por líderes charros a proporcionar cuotas para cárteles de delincuentes.
A diario nos maltrata la falta de salud; a diario nos golpea la falta de educación; a diario nos duele la falta de comida sana y a diario nos mata la abundancia de comida chatarra; a diario nos falta dinero para conseguir medicinas o pagar una mejor atención médica a los nuestros; a diario escuchamos a más jóvenes, desilusionados, quitarse la vida Y, por si fuera poco, a diario escuchamos tiroteos, gritos, lamentos, desaforados insultos y amenazas de capos y sicarios, cuerpos arrojados aquí y allá. Los noticiarios nos dan todas esas malas noticias a un ritmo impensable hasta producir nauseas. No es necesario ir al infierno… aquí está, a nuestro alrededor.
Este no es el México que queríamos ni el que queremos para nuestros hijos y estamos seguros que tampoco es el ustedes desean. Es necesario decir basta, aislados, separados, nos derrotarán fácilmente y seguirá dominándonos el terror. Unidos, trabajando en conjunto por el bien de todos, nadie podrá contra el pueblo unido.
Es necesario protestar y exigir que se apliquen castigos legales a todos los que han torcido el camino de nuestra patria y amenazan a nuestra sociedad, a todos lo que nos han dañado y han causado muerte y horror. Las autoridades policiales deben hacer su trabajo, tienen presupuesto y tienen los instrumentos legales y técnicos para hacerlo buen. No estamos pidiendo algo imposible, simplemente que cumplan su juramento de protegernos debidamente y con efectividad, sin demagogias. Y si no pueden o no quieren, entonces que nos lo digan de una vez por todas: ya sabrá el pueblo qué hacer.
Por ello, los invitamos a que el próximo jueves 25 de mayo, a partir de mediodía, hagamos una cadena humana para protestar contra todos los asesinatos, tanto de antorchistas de Guerrero como los feminicidios que han ocurrido en este sexenio, los asesinatos de activistas como Mario Vergara, o las madres buscadoras Teresa Magueyal, Rosario Rodríguez Barraza, de Caborca o María Carmela Vázquez, de Guanajuato, y tantas tantas otras. Todas las víctimas de Sonora, unámonos. Al mismo tiempo, en los 32 estados de la patria, grupos populares haremos esta misma denuncia y exigencia. Trae tu cartel con tus denuncias y exigencias, apoyémonos mutuamente en esta acción y empecemos a construir la unidad popular por el bien de todos.
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