Desafortunadamente muchos conocemos algún caso de negligencia médica, ya sea que lo haya sufrido algún amigo, pariente o porque lo hemos visto en las noticias o en redes sociales. Casos de negligencia médica por los que miles de personas han perdido la vida o han empeorado su estado de salud debido a que los médicos no diagnosticaron adecuadamente.
Recientemente, la mayoría del cuerpo edilicio del Ayuntamiento de Texcoco 2022-2024, discutió y aprobó un deficiente Plan de Desarrollo Municipal (PDM). La mayor parte del documento es un diagnóstico en el que se da cuenta, con datos estadísticos obtenidos principalmente del INEGI, desde el grado de desarrollo del municipio hasta sus necesidades; sin embargo, una de sus principales deficiencias radica en que no se plantean en él acciones concretas para atacar los problemas detectados.
Este problema se agrava debido a un mal diagnóstico. Por ejemplo, los datos que presentan respecto a la cobertura del servicio de agua potable, drenaje y el número de casas con techo de lámina, son engañosos. Dicen que más del 97 por ciento de los 72 mil hogares de Texcoco carecen de dichos servicios. Un recorrido desprejuiciado por el territorio municipal, muestra otra realidad: la falta de los servicios básicos mencionados es mucho mayor.
Erróneamente, asegura el diagnóstico que Texcoco cuenta con 2.3 médicos por cada mil habitantes; es decir, 643 médicos del servicio público para 277 mil habitantes que vivimos en el municipio. Sin embargo, no se dice que esos médicos brindan servicio en unidades regionales establecidas en Texcoco y atienden también a miles de vecinos de los municipios aledaños.
Finalmente, este mal diagnóstico afirma que una de las causas de la pobreza y falta de servicios básicos en Texcoco se debe a “la llegada al municipio de organizaciones como Antorcha Campesina que, con miles de personas, han incrementado de manera importante la necesidad de fuentes de empleo, bienes y servicios.”
Pero eso no es cierto, pues, en los últimos 12 años, el Movimiento Antorchista no ha formado ninguna comunidad nueva; los 24 mil mexicanos que habitan actualmente en las colonias de Antorcha se establecieron durante un periodo de treinta años; además, debemos considerar que, al menos 6 mil personas de ese total ya eran habitantes del municipio de Texcoco, como los que se mudaron a las famosas Casas Ara. De hecho, de los 13.6 kilómetros cuadrados habitables del municipio, solo 0.8 es la superficie ocupada por colonias antorchistas, prácticamente nada.
El grupo que gobierna en Texcoco debe entender que para transformar la realidad hay que entenderla bien. Se autoengañan con datos que no reflejan la realidad de Texcoco; es dañino decir que en Texcoco se vive bien porque eso es una falsedad.
Un mal diagnóstico no permite planear acciones correctas para resolver los verdaderos problemas de la comunidad. No tener claras las causas de la marginación y pobreza en Texcoco, es perjudicial, principalmente para la gente; culpar a un grupo social de generarlas es echar humo a los ojos para desviar la atención de la ciudadanía, para ocultar la incapacidad o la negativa del gobierno municipal para solucionar los problemas, además de que pone en duda el destino de los recursos públicos que deberían destinarse para ello.
El partido que encabeza al Gobierno municipal, Morena, debe dejar de actuar como curandero social y, por el bien de los texcocanos, debe concebirse como un médico especialista, debe partir de un análisis científico de la realidad para sanar los males que aquejan al municipio y sus habitantes. De no hacerlo así, que no se sorprendan cuando el pueblo de Texcoco prefiera a alguien mejor calificado que sí atienda sus problemas.
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