Llevamos poco más de un trienio del gobierno de Andrés Manuel López Obrador. En casi la mitad del camino recorrido, hemos notado que decreció el nivel académico gestionado y administrado por las autoridades educativas.
Nosotros como estudiantes debemos darnos cuenta de que estamos sometidos a un régimen educativo capitalista, en el cuál al gobierno no le interesa, ni en lo más mínimo, el tipo de enseñanza que le está brindando a más de 16 millones 414 mil 404 estudiantes, según cifras de la titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Delfina Gómez Álvarez.
¿Por qué capitalista? Por el simple hecho que ellos están formando unos simples obreros, los cuales tienen que estar sometidos bajo plutócratas que los están explotando más de 8 horas diarias y con un sueldo deficiente.
La mayoría de las jóvenes tienen una mentalidad conformista y poco racional, todo esto producto del sistema que nos rige actualmente; ya que muchos siguen con la idea del sueño americano y de supuestamente buscar un mejor futuro para ellos y su familia. Pero lo que ellos no saben es que están truncando su futuro, porque ir a trabajar a Estados Unidos (EE. UU.) no va a solucionar los problemas que existen. Lo que debemos hacer es hacer frente a ellos y exigir igualdad en cualquier sector, llámese: educativo, social, económico, salud.
Hemos recibido una educación sumisa, si así lo pudiese llamar, porque siempre nuestros familiares hablan de irnos al país vecino del norte, y claro, sería la alternativa más rápida para salir del problema momentáneamente, pero nosotros como jóvenes cuantas veces nos hemos preguntado: ¿Qué debemos hacer para cambiar el rumbo que lleva nuestro país?
La realidad es que existen muchos factores por los cuales, la mayoría de los jóvenes tenemos ideas bastantes precipitadas, y una de ellas es irnos del país. ¿Cuántas veces el gobierno se ha preguntado por qué muchos jóvenes abandonan sus estudios? Y es lógica la respuesta, ninguna. Al gobierno no le interesa el futuro de los jóvenes mexicanos, se salen por falta de recursos, porque no tienen la solvencia económica para continuar con sus estudios y esto al gobierno no le interesa en lo absoluto.
Lamentablemente vivimos en un país desigual, en donde no todos contamos con las mismas posibilidades, en donde existe un alto índice de discriminación, en pocas palabras; no todos navegamos en el mismo barco. En México no se hace valer lo que alude el artículo tercero de nuestra constitución política, en donde habla que la educación debe ser laica y gratuita, claramente esto no es así, tenemos que pagar para poder recibir un derecho constitucional.
Ante este panorama, respondo la pregunta que escribí párrafos atrás; ¿Qué debemos hacer los jóvenes para cambiar el rumbo que lleva nuestro país? La tarea impostergable de un joven es organizarse y exigir se hagan valer nuestros derechos, y no dejar que gobiernos tan insensibles se salgan con la suya y trunquen el futuro de millones de jóvenes mexicanos.
Reitero, organizados solamente podremos hacer frente a estos pseudo funcionarios, los cuáles solamente están interesados en llenar sus cuentas bancarias, y no en aportar algo para uno de los sectores más importantes de nuestra sociedad.
Es sabido por todos que educando al pueblo podremos notar un cambio en la sociedad, lo dije en mis anteriores colaboraciones; la educación es tan necesaria como el mismo respirar, no importa la lejanía que tengamos con la escuela, el linaje que tenemos, el color de piel o estatus social al cuál pertenecemos, recibir educación debe ser equitativo.
El gobierno debe brindar las óptimas condiciones para que los niños, niñas y adolescentes podamos recibir una educación de calidad. Pero hasta el momento hemos notado que tenemos un gobierno incapaz y poco sensato en la toma de decisiones.
Puesto que no han hecho otra cosa más que perjudicar a los estudiantes, por ello, nosotros como federación estudiantil hemos estado luchando contra la desigualdad educativa que existe. Esta semana cumplimos 23 años al pie de lucha, buscando una verdadera educación de calidad, no como la que nos está vendiendo esta cuarta transformación. La tarea no ha sido sencilla, pero seguiremos dando la cara por miles y millones de jóvenes, exigiendo que las escuelas cuenten con lo necesario para que recibamos la calidad educativa que merecemos.
Aún después del confinamiento existe mucha precariedad en las escuelas, y también es increíble que 5 años después del movimiento telúrico, las instalaciones sigan con daños estructurales y el gobierno no ha hecho nada por aminorar las necesidades que existen en las escuelas. Nosotros como organización estudiantil hemos ingresado oficios petición en los ayuntamientos y gobiernos estatales de cada entidad federativa, buscando solución a dichas peticiones, en donde las más comunes fueron; mobiliario, internet, servicios tan indispensables como la luz eléctrica, drenaje, agua potable, etcétera.
Asimismo, terrenos para las escuelas de nueva creación y las que apesar de los años no cuentan con instalaciones propias, y claro, también su reconocimiento con la Clave de Centro de Trabajo (CCT).
A los jóvenes, no nos queda otra alternativa más que unirnos y hacer fuerza ante estos gobernantes poco capacitados. La lucha debe ser de todos, mientras existan jóvenes dispuestos a cambiar el rumbo que lleva nuestro país, con certeza puedo decir; que el futuro de México está en buenas manos.
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