Guanajuato, Guanajuato. Ante los medios de comunicación del estado de Guanajuato, Soledad Pérez Pérez, miembro del Comité Estatal de Antorcha Campesina de Guanajuato, denunció que cerca de 1500 habitantes de Totolapan fueron agredidos a manos de 400 policías de Mando único, quienes con gas lacrimógeno , primero, y luego con brutales macanazos, los dejaron de la plaza municipal en donde presentaban por la necedad de la presidenta municipal María de Jesús Vital Díaz, de imponer la construcción de un mercado en una zona en que todos los totolapenses aseguran hay vestigios arqueológicos.
Durante la rueda de prensa, Pérez Pérez indicó que los antorchistas guanajuatenses estarán al pendiente sobre las próximas movilizaciones que se estarán realizando a nivel nacional, y si es necesario acudir a una de ellas estarán yendo una pequeña comisión de algunos municipios del estado para mostrara la solidaridad que hay entre los antorchistas a pesar de las distancias que hay de lugar en lugar, a la vez menciono que la Dirección Nacional del Movimiento Antorchista niega rotundamente las acusaciones tanto de Graco Ramírez a través del secretario de Gobierno, Matías Quiroz, como de la alcaldesa Vital Díaz, también perredista, acerca de que el viernes por la noche militantes de la organización provenientes de Chimalhuacán, Ixtapaluca y Texcoco estaban presentes en Totolapan.
Alrededor de las 11 de la mañana integrantes del comité estatal guanajuatenses comenzaron a mencionar ante la prensa que en esos momentos se estaban dando conferencias de prensa en cada una de las 32 entidades federativas en apoyo a los antorchiostas de Morelos.
En Totolapan pobladores solicitaron que la alcaldesa diera cumplimiento a la recomendación emitida, es decir que abriera el terreno para ver si hay túneles o no, en el entendido que, de encontrarlos, se construirá un museo y de no haberlos, se comprometieron a aceptar la construcción del mercado; no obstante, por sus intereses económicos y por soberbia y sordera política, Vital Díaz no solo no hizo el pozo exploratorio que recomiendan los peritos de la UNAM, y que hubiera aclarado definitivamente el diferendo, sino con el apoyo de Graco Ramírez pretendió iniciar las obras mediante un despliegue aparatoso de maquinas y cientos de policías, en una abierta provocación a la voluntad del 95 por ciento de la población, que rechaza esa destrucción de sus vestigios históricos.
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