* Fue un joven antorchista ejemplar, a quien asesinaron el 23 de diciembre de 1989
"Aunque los pasos toquen mil años este sitio,
no borrarán la sangre de los que aquí cayeron.
Y no se extinguirá la hora en que caísteis,
aunque miles de voces crucen este silencio.
La lluvia empapará las piedras de la plaza,
Pero no apagará vuestros nombres de fuego.
Mil noches caerán con sus alas oscuras,
sin destruir el día que esperan estos muertos"
Con estos versos de Pablo Neruda, antorchistas de Simojovel rindieron un merecido homenaje a uno de los fundadores de la organización, a pesar del frío y de la lluvia que en momentos parecía interminable.
Al evento, en el que no faltaron las piñatas para los niños que acompañaron a sus padres, también se pudo escuchar en la parte cultural la poesía El Nido de Juan de Dios Peza.
Reyna Ramírez Montoya, representante del frente campesino en el seccional de Simojovel y Pantepec, conminó a los presentes a no olvidar a Benito Quezada:
“…cuya enseñanza se puede sintetizar en dos puntos: la lealtad, pues Benito nunca traicionó a sus compañeros ni a su organización. Se mantuvo fiel y se mantuvo firme hasta el último día de su vida que fue aquel diciembre de 1989 cuando lo asesinaron".
En segundo lugar, indicó, Benito "nos enseñó que, aunque se pueden lograr muchas y grandes cosas con la lucha organizada, las autoridades nunca le van a dar al pueblo lo que realmente necesita para vivir dignamente pues, acostumbrados como están a utilizar las necesidades del pueblo para escalar al poder y perpetuarse en él, solo le dan migajas al necesitado". Por está razón dijo, "la única forma de lograr un cambio radical es que el pueblo tome el poder en sus manos y gobierne su propio destino".
Finalmente, llamó a los presentes a fortalecer las filas de Antorcha, porque desde su punto de vista, la educación política del pueblo y la organización es lo que le permitirá construir una vida más digna y más justa; enfatizó.
Benito Quezada fue un joven que en su momento vivió en un Albergue Estudiantil, y al finalizar su carrera universitaria le regresó al pueblo trabajador el conocimiento adquirido mediante su actividad política como luchador social, gestionando y logrando obras como terrenos para vivienda, electrificaciones, pavimento de calles y fundando una escuela de nivel medio superior en uno de los municipios más marginados del estado, Simojovel de Allende.
El 23 de diciembre de 1989, enemigos del progreso le arrebataron la vida. Hoy se le recuerda como un líder antorchista ejemplar.
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