¿Qué pretende el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, cooptando el trabajo de los periodistas en el país que no están de acuerdo con su babosada de Cuarta Transformación y que por la labor que desempeñan son proveedores de gobiernos estatales o municipales en el país? Es obvio que, en primer plano, está el de una artera venganza, después está la destrucción de la libre expresión para que únicamente se acaricie a quienes hablen bonito de él, a quienes se sometan a sus caprichos y a su voluntad omnipotente de seguir manteniéndose en el poder con su partido, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
Por ello, ha llegado el momento de que el pueblo entero, los mexicanos de todos los sectores se unan a la voz de los periodistas que siempre han comulgado con la gente, para iniciar una cruzada de defensa a la libertad que hoy busca ser vulnerada desde la esfera de poder que dirige López Obrador, que quiere tener en su bolsa todos los dulces pero que no ha hecho maldita cosa para endulzar la vida de México.
Porque para nadie es desconocido, tanto en México como en otras naciones del mundo, que el mandatario mexicano subsiste como rey queriendo que todo el pueblo se convierta en súbdito, en una clara muestra de su deshonor. Hoy arremete en contra de la prensa, trata de pulverizarla bajo el odio de sus malsanos rencores y no perdona que sus proyectos de nación equivocados se vayan a la fregada porque la voz de los mexicanos se esgrime bajo la pluma poderosa que hace eco de la voz popular.
El asunto se podría denominar GOLIPME, que significa Golpe a la Libertad de Pensamiento en México, porque otro de los absurdos presidenciales es querer acallar la voz del pueblo esgrimida en la pluma de los comunicadores.
De ahí que es momento de que los periodistas del país nos unamos y llamemos a los mexicanos a que se sumen a compartir el rechazo a la medida impuesta por el mandatario mexicano, sin que sea un llamado a la subversión, sino simplemente como para señalar que hay senda equivocación en esa medida tan autoritaria como el presidente mismo.
¿Qué quiere, entonces, el señor presidente?, matar de hambre a los periodistas de su país y a sus familias?, porque es un hecho que de los convenios que se firman con gobiernos estatales o municipales depende nuestra vida.
Es cortar el puente, el enlace entre gobernantes y pueblo lo que usted está haciendo, no se equivoque más, piense lo que hace y rectifique porque de lo contrario habrá de pasar a la historia como el gobernante más odiado de México.
Si pretende que con su ejecución a los comunicadores mexicanos va a lograr mejores cosas, permítame decirle que está equivocado, debería aceptar los reclamos del pueblo esgrimidos en la pluma porque usted no tiene idea de las pendejadas que se han cometido durante su administración.
Solo una cosa: si quiere que hablemos de todas ellas, hablamos, comenzaremos por revelar cómo fue que llegó usted al poder sin respetar el sufragio de los electores. ¿Le seguimos? Usted tiene la palabra, señor presidente.
Y no es porque yo vaya a cobrar por lo que escribo, es porque México y los mexicanos ya están cansados de sus errores.
¿Qué pretende? ¿Que todos los periodistas mexicanos le endulcen el oído diciendo que usted es lo más chingón que le ha pasado al país?, para eso se necesita trabajar, señor, y como verá hay miles de muertos inocentes bajo su almohada.
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