En mi opinión, los jóvenes son la fuerza que México necesita para cambiar las cosas que tienen oprimido al pueblo; ellos tienen la capacidad de aprender rápido, tienen más energía, tienen ideas frescas y nuevas y, sobre todo, son los que por más tiempo se quedaran en este mundo. Pero que así sean las cosas no quiere decir que todos los jóvenes quieran luchar por un mejor país, más justo y equitativo.
Por eso, el Movimiento Antorchista cada día pone su granito de arena para que miles de jóvenes comprendan la situación actual en que vivimos, se sensibilicen con los problemas que aquejan a la humanidad para que puedan encontrar la solución que beneficie al pueblo pobre de México.
Es en este contexto que pretendo hacer una modesta, pero sentida referencia a un querido compañero que hace nueve años dejó de existir físicamente: Ricardo Márquez Muñoz.
Ricardo Márquez Muñoz, joven de 17 años, ingresó a las filas del Movimiento Antorchista, pero, lamentablemente, perdió la vida en un accidente automovilístico cuando iba a una reunión de trabajo con habitantes del municipio de Calvillo, Aguascalientes. A pesar de su corta edad fue un activista carismático, inquieto, con ganas de hacer de este México un lugar mejor para vivir, hijo de padres antorchistas y siempre dispuesto a trabajar. Se cumple un año más de su trágica partida.
Año más que se le recuerda como un joven que fue transformando su forma de pensar, su carácter, el trato hacia sus padres y compañeros; un joven que entendió y asumió como propias las necesidades de los demás y decidió dedicar su tiempo a la lucha de los pobres de México por una vida más digna, más justa y equitativa. Cualidades que fue desarrollando mediante el estudio, la disciplina y el trabajo que obtuvo dentro del Movimiento Antorchista.
El objetivo que se ha trazado Antorcha es lograr la justicia social y desarrollo integral para el pueblo trabajador, difícil tarea por la que luchan más de dos millones de antorchistas a lo largo y ancho del país, compromiso que hemos hecho con los compañeros que han entregado su vida en la formación de esta gran organización.
Que este nuevo aniversario luctuoso de Ricardo Márquez, sirva para refrendar nuestro compromiso en defensa del pueblo trabajador, que sigamos siempre adelante en la lucha que hemos comenzado, ojalá que no desfallezcamos en la meta nacional que nos hemos impuesto de organizar, educar y llevar a la lucha a diez millones de mexicanos para estar entonces en condiciones de tomar el poder político de este país, y establecer así un modelo económico que distribuya equitativamente la riqueza que producimos los mexicanos.
Necesitamos crecer y multiplicarnos en el frente estudiantil, campesino, popular y obrero, para que la memoria de Ricardo, como la de muchos otros compañeros más, siga siempre presente en aquellos que nos hemos impuesto la gran e importante tarea de construir un México mejor.
Y para ello hacen falta jóvenes entusiastas como Ricardo, con anhelo de cambiar al país, sensibles ante el dolor ajeno, cualidades que eran parte de su carácter y personalidad, y que la gran mayoría de los jóvenes poseen, pero que no todos están dispuestos a desarrollar y mucho menos, como lo hizo Ricardo, a aplicarlas en el terreno de los hechos, en favor de una causa tan noble como lo es la lucha contra la pobreza en México.
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