En días recientes, a través de los medios de comunicación, nos informamos sobre el fallecimiento de la epidemióloga Karla Rubio Barrera que laboró en el Hospital Regional de Santiago Ixcuintla, Nayarit. Con la muerte de la Doctora, suman 45 las personas del sector Salud, víctimas de coronavirus SARS-CoV-2.
En Nayarit, hasta el día 5 de febrero, mil 339 personas fallecieron, siendo casos muy dolorosos; pero al ser de nuestro conocimiento que un médico muere a causa del patógeno, nos deja con la preocupación de qué va a pasar con la gente, quién nos atenderá o pondrá sus conocimientos para salvar la vida de los millones que no sabemos realmente contra qué estamos luchando.
En el diario digital El Sol de Nayarit publicó el 5 de febrero que el epidemiólogo Jorge Barrera, encargado de atender la emergencia sanitaria en la entidad, informó que con el lote de vacunas no se alcanzó a vacunar al total de médicos y enfermeras. Esta situación es alarmante, pues se han disparado los casos de contagios y muertes a las que solamente se les da un pequeño espacio como una noticia más, sin darle la importancia debida o ejecutar algo concreto para contener la pandemia.
Hay varios contrastes por analizar. Primero: el pasado 25 de enero el presidente Andrés Manuel López Obrador, informó que había dado positivo (no es extraño puesto que nunca usó la mascarilla ni fue responsable en sus acciones o comentarios respecto al virus) y de inmediato fue atendido para salvar su vida, contrario a lo que sucede con los nayaritas y los mexicanos, que además de luchar para no contagiarse, luchan por encontrar un lugar en un hospital, un tanque de oxígeno o dónde rellenarlo, mientras que el mandatario federal ahora sale a decir que "está bien&rdquo, pero, ¿cuántas personas tienen esa posibilidad?
Segundo: la llegada de las dosis fue un aliento primordial para todos, sin duda, pero como lo dije arriba, no se vacunó a todo el personal de salud y eso sigue provocando muertes, y, ¿quién es responsable de que ya no lleguen las vacunas y por consiguiente se esfume la posibilidad de luchar con más armas ante la pandemia?
Tercero: hay molestia e incertidumbre entre la población respecto a la forma en que se utiliza la estrategia de vacunación, ¿cómo le hará un anciano de una comunidad alejada sin servicio de internet, sin saber leer para registrarse y ser vacunado? ¿Por qué a los Servidores de la Nación se les vacunó y los médicos, enfermeras y personal de salud continúan esperando, trabajando sin los insumos suficientes ni las condiciones adecuadas a fin de recibir y atender a un paciente con covid-19, exponiendo su vida y la de sus familias? ¿Por qué se permite que el presidente le mienta al pueblo diciéndole que "vamos bien” cuando mueren personas en la calle, en la puerta de un hospital, en su casa sin poder encontrar un lugar donde lo atiendan?
Nayarit no es la excepción, es lamentable que no haya un plan por parte del Gobierno federal y estatal para atender la contingencia sanitaria que trajo con sigo la emergencia económica, de salud mental, de falta de alimentos, por mencionar algunos.
Los antorchistas nos pronunciamos, hemos hecho llamados de manera respetuosa al Gobierno federal de Andrés Manuel López Obrador y al estatal que encabeza Antonio Echevarría para que distribuyan alimentos, dotación de insumos al personal médico a fin de evitar más muertes, pero hay un silencio preocupante que existe desde Palacio Nacional y se extiende por el país.
Los antorchistas alzamos la voz, anhelamos un país sano, fuerte; ahí están las experiencias de países que demuestran que se puede luchar contra la covid-19 y continuar de manera "normal", pero falta que el Gobierno sea más responsable y que realmente destine dinero y esfuerzo para salvar a la gente. No queremos más médicos perdiendo la batalla, si muere uno, con él una parte de la sociedad.
¿Qué hará el presidente y el gobernador al respecto en Nayarit? Debemos estar al pendiente, alertas, luchar y apoyar al sector salud, porque de ellos depende nuestra sobrevivencia.
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