Las declaraciones y promesas de tener un sistema de salud como Dinamarca por parte del presidente de la República Mexicana, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), cumplen ya casi seis años. Esta declaración sigue siendo una promesa incumplida debido a los problemas que se presentan hoy en día.
Somos testigos de los más terribles actos inhumanos en contra de quienes sufren alguna enfermedad y que necesitan de atención inmediata o controlada. Accidentes en los elevadores como los que ocurrieron en Quintana Roo donde quedó atrapada y murió una niña o Nuevo León, cosa que pudo evitarse si se llevara a cabo la revisión y mantenimiento de las instituciones médicas.
La salud como un derecho sigue sin cumplirse, y así seguirá mientras no exista un Gobierno preocupado por crear políticas que mejoren la calidad de la salud.
El sistema de salud ha disminuido en calidad y está lejos de parecerse a Dinamarca. Los problemas de abastecimiento de medicamentos tan primordiales para la salud están suspendidos por la falta de recursos.
Es evidente que estos problemas los viven a diario el pueblo trabajador, porque una persona que tiene suficiente recurso económico puede llevar a sus pacientes a hospitales particulares donde la atención se paga a un alto costo.
El deficiente servicio que otorgan las instituciones deja mucho que desear. Ahora a los enfermos no les queda opción más que poner en las manos de médicos particulares, sus dolencias, malestares y hasta su vida, con tal de poder recibir atención inmediata, rápida y con buen trato, aunque no siempre de calidad que alivie sus problemas reales de salud.
Las farmacias genéricas son las que han ganado terreno en el tema de la salud, pues es más fácil encontrar el medicamento que en las instituciones donde deberían tenerlas y entregarlas de forma gratuita. Ahora vemos cómo en las esquinas de los lugares más concurridos se pueden encontrar “Farmacias similares”, “Guadalajaras”, “Del Ahorro”, etcétera sólo por mencionar algunas.
Y es que estas acciones implementadas por el Gobierno de disminuir la calidad en la salud y abrir las puertas al sector privado, obedecen al sistema económico que predomina en el mundo: el capitalismo. Pues para los trabajadores el tema de la salud es algo que se debe cubrir con los impuestos que pagan a través de sus trabajos.
Sin embargo, no es redituable para quienes nos gobiernan, por lo que deben dejar en manos del sector privado la salud, pero esto no lo maneja cualquiera, sólo quienes tienen la posibilidad de emprender en el negocio, que en realidad es la minoría.
No así para la inversión que el gobierno debería realizar con la gente en estos temas tan delicados, justo cuando se trata de preservar la vida y el bienestar de los habitantes, pero esto no ocurre. Estamos en la antesala de uno de los problemas más delicados que puede existir, que afecta en mayor proporción a los que menos tienen, dejándolos pasar por graves problemas de salud y en casos más delicados dejándolos desamparados sin que las familias puedan hacer algo por ellos.
La salud como un derecho sigue sin cumplirse, y así seguirá mientras no exista un Gobierno preocupado por crear políticas que mejoren la calidad de la salud; que se ataque y se controle el suministro de medicamentos para evitar el desabasto y que se capacite al personal que labora en las instituciones.
Además, debe ofrecerse un servicio gratuito donde se le otorgue medicamento y todo lo necesario al enfermo para su pronta recuperación. Asimismo, debe haber una mayor inversión que ofrezca calidad médica especializada para conocer los problemas a fondo, detectando posibles enfermedades y su tratamiento; atención no sólo a los pacientes sino a quienes cuidan de ellos. Sólo así estaremos disfrutando de un sistema de salud como el de Dinamarca. Mientras esto no ocurra, seguiremos sufriendo igual o peor.
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