A dos años de que tomara posesión como titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), la maestra Delfina Gómez Álvarez, dio por terminado el Programa Escuelas de Tiempo Completo (PETC). El programa que llevaba más de una década operando en miles de instituciones educativas, de las cuales el 70 por ciento eran indígenas y rurales, y el 55 por ciento de los alumnos beneficiados están en la línea de pobreza.
Según el enfoque del documento “Escuelas de tiempo completo, diagnóstico ampliado”, análisis fechado en febrero de 2020, el PETC se orienta a desarrollar una nueva escuela mexicana en la que se garantice una educación pública, gratuita, laica, inclusiva, equitativa y de calidad, que promueva oportunidades de aprendizaje integral a través de la ampliación y el uso eficiente del tiempo escolar, la mejora de las prácticas de enseñanza, el trabajo colaborativo y colegiado, así como la incorporación de nuevos materiales educativos, todo dentro de un enfoque de derechos humanos.
Los daños son directos a la educación popular porque, evidentemente, las clases altas disponen de recursos suficientes para enviar a sus hijos a estudiar a escuelas que proveen otras condiciones mucho mejores. Así que, la eliminación del PETC es una evidente agresión directa a los hijos del pueblo trabajador de México.
Este programa funcionaba en 25 mil 134 planteles de educación básica de todo el país y beneficiaba a un total de 3.6 millones de niños y adolescentes, es decir, que no solamente debiera de seguir funcionando, sino que debería de ampliarse a todas las escuelas oficiales de educación básica, pues hasta el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), había considerado que el programa era uno de los programas educativos más importantes de nuestro país para lograr un mera en la educación básica.
Este golpe asestado a la educación del pueblo se ha venido dando inició con el sexenio de Andrés Manuel López Obrador; es decir que, desde la asignación del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF), presentada a la cámara de diputados, se han venido dando recortes en varios sectores como a los programas de campo, a la infraestructura, salud y tambien a la educación.
En educación borró de un plumazo el PETC, pues desde el primer año de su gobierno, de 10 mil 189 millones de pesos en 2019, a 5 mil 100 millones, en 2020; y luego a cero pesos en 2021, por lo que dejó desamparados a 3.6 millones de niñas, niños y jóvenes, mismos que al no recibir comida en sus escuelas y el tiempo de calidad que en ellas se les brindaba, ahora serán vetados, y, por ende, se agudizará la situación económica de sus familias que seguramente tendrán que recortar sus horarios de trabajo y con ello verán mermados sus ingresos.
Esta es la triste situación que vive la educación en México, a la que se suman los altos porcentajes de deserción escolar y reprobación que las estadísticas escolares no registran, pero no por ello deja de estar presente y ser un problema pendiente por resolverse. En estos momentos se requiere de mayor inversión en la educación, pero en la SEP, con respaldo del presidente de la República, están tomando decisiones arbitrarias que afectarán directamente a los estudiantes más humildes.
El llamado de los jóvenes estudiantes de la FNERRR y de Antorcha Magisterial deben ser escuchados por todos los padres de familia, con el objetivo de exigir al Gobierno federal ponga fin a estas agresiones en contra de la educación popular y que invierta mayor presupuesto en este sector porque, de no hacerlo, está generando el hundimiento de la nación entera, cancelando el desarrollo y el progreso para los mexicanos.
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