Nuestro país presenta uno de los porcentajes más bajos en materia educativa actualmente, dentro de esto es importante señalar que para nadie es desconocido que el rezago educativo resulta significativo y notable, además nuestro sistema educativo está sumido en total descuido, tanto en infraestructura como en aprendizajes. Lamentablemente ni los gobiernos anteriores ni el gobierno actual de la autonombrada “cuarta transformación” han priorizado esta importante tarea. Es obvio que para el gobierno de Andrés Manuel López Obrador y la actual Secretaria de educación, Delfina Gómez Álvarez, el desarrollo académico e integral de los niños y jóvenes del país no son una prioridad ya que, en fechas recientes, de nueva cuenta la SEP instruyó a los docentes de nivel básico no reprobar a los estudiantes.
En una nota del 13 de noviembre del medio Infobae se registra lo siguiente: las autoridades de la Secretaría de Educación Pública (SEP) difundieron una circular a las y los titulares de la educación básica en los estados del país, en la que se reitera la instrucción de no reprobar a los estudiantes para que no se frene “el tránsito educativo de grado o nivel”. “La calificación mínima que deberá registrarse en las boletas de evaluación de los educandos de primaria y secundaria que hayan sido valorados por el docente no podrá ser inferior a 6”. Dice la circular con fecha 10 de noviembre oficio número DGAIR-DG DC/391/2021.
En dicho documento se reitera que no podrá obstruirse el paso de grado educativo o nivel en educación básica de aquellos alumnos que cursaron el ciclo escolar 2020-2021 al 2021-2022, en el entendido de que el término “cursaron” implica haber asistido a clases en alguna de las modalidades durante la contingencia de la Covid-19.
Es claro que si hubiera interés real en que el país avance en conocimiento, ciencia y tecnología para no continuar con el rezago en que se encuentra, debería invertirse en crear las condiciones óptimas tanto en términos de infraestructura como en términos de aprendizajes, en generar conocimiento a través de actividades lúdicas y académicas que nos permitan superar el atraso y rezago y, con ello, beneficiar, directa o indirectamente, a las generaciones que por décadas han venido sufriendo las consecuencias de un modelo educativo deficiente y no sustentado en la realidad que vive día a día la comunidad educativa.
Los procedimientos implementados por la Secretaría de Educación Pública no son la solución al problema que se agudizó durante la pandemia de Covid-19. Sin una política educativa de calidad, clara, que tome en cuenta las condiciones de los alumnos, docentes e instalaciones, o sea, tomar en cuenta receptores y medios, no es, ni será posible mejorar la calidad educativa en nuestro país.
Las nuevas disposiciones oficiales no son, ni serán jamás la solución al problema de fondo que presenta actualmente la educación en México. Es urgente y necesario que maestros, estudiantes y padres de familia tomemos conciencia de la gravedad del fenómeno y exijamos a las autoridades educativas locales y federales, así como a los diversos actores sociales que participan del gobierno, un verdadero cambio a la educación y formación de nuestros niños y jóvenes para verdaderamente transformar la educación en el país.
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