Los santos en el sentido canónico son personajes efímeros que por sus acciones o sacrificios se les ha dado el realce de santidades, siendo estos clasificados según en el ramo en el que participen, de modo que cada uno se especializa en alguna tarea o milagro.
Cabe señalar que estas santidades son representados en figuras e imágenes las cuales permiten visualizarlo, por tanto entre mayor sea su área de acción o trabajo dicho Santo será más venerado que otros.
Utilizo esta analogía como introducción para traer a relación el artículo en cuestión, pues es precisamente el mismo sentido práctico que se utiliza en la política en este tiempo preelectoral.
La imagen de la o el candidato buscan posicionarla en el gusto de la gente, vendiéndole la idea a la ciudadanía que al igual que los santos antes expuestos pueden realizar incluso milagros.
Para esto los equipos de prensa del aspirante deben de diseñar una ardua campaña de marketing que le permita darle una imagen que cause empatía con la sociedad, con los problemas que estos tengan y con las soluciones a las mismas.
En teoría crean personajes emblemáticos, icónicos, heroicos dignos de ser considerados para cualquier papel de súper héroes. ésta es la imagen que desean vender, convirtiendo al político en un producto que la sociedad pueda adquirir no como su gobernante sino como su salvador "mesías”.
Por tanto el resultado de la elección dependerá en medida de la producción misma que se haya realizado acorde al candidato. Es ahí donde se pone en marcha los circos o show mediáticos que servirán como novelas donde el candidato sea el protagonista de esas historias.
Una vez que ya tengan al santo listo para que el público lo adore este debe a darse a notar, participando en todo momento y a toda hora sin importarle nada más que su nombre, reputación e imagen este circulando en todos lados.
Siendo de gran ayuda las redes sociales, las cuales toman un valor importante, pues ante la falta de regulación del mundo cibernético las estrategias de alcance a un mercado base se diversifican permitiendo expandir su imagen.
Sin embargo, no hay nada que dure en este mundo y la mentira de sus capacidades o funciones caerán junto con su prestigio, pues pueden autoproclamarse el mesías de los pobres, pero aunque la falsa realidad lo diseñe como santo, la cruda verdad lo delata como un engañador de los mismos.
El problema no es el santo, sino el mensaje que quiere hacer creer a la población, pues no se trata de que tan milagroso sea o se diga ser. El verdadero milagro o las verdaderas obras de cambio solo pueden provenir de un pueblo organizado, educado y con un proyecto social verdadero.
Un proyecto social emanado del pueblo y para el pueblo, que conozca lo que es la necesidad, pues en palabras del escritor irlandés Oscar Wilde, "sólo aquel que ha sido mordido por las fauces de la pobreza, podrá entender el dolor y desesperación que esta produce”. Por lo tanto quien no ha experimentado estas situaciones propias de una clase social en particular, no tiene solución a nada, pues no puede comprender lo que no entiende.
Ante esto, no se puede esperar un cambio verdadero de alguien que no prevenga de la misma clase social. Los llamados santos son en verdad brujas y magos que prometen cambios asombrosos como si tuvieran varitas mágicas, ya que carecen de un proyecto social inclusivo para todos los sectores.
Se necesita gestores de soluciones y no más magos ni hechiceros que solo vienen a prometer milagros sin que tengan un sustento para solución.
El cambio verdadero viene de la organización de los pueblos, de las personas que viven en sociedad, pues los grandes generadores de los cambios sociales y económicos, es el pueblo educado y con un proyecto social.
Por tanto hoy te invito a que analices tu realidad social, que conozcas la coyuntura política y entiendas que no existe otro camino que organizarnos en un solo bloque, unificarnos en un solo hombre, un hombre que alce su voz al unísono y que juntos seamos los gestores generadores de cambio.
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