MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Salarios de sobrevivencia, urge una distribución más justa de la riqueza

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En el marco del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, celebrado el pasado 17 de octubre, la organización Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, basada en datos actualizados a mayo de 2023 reveló que en Jalisco solamente hay 455 mil personas con un salario digno, 655 mil habitantes con salario de sobrevivencia, 860 mil sin salario suficiente, 1.9 millones con trabajo informal, y 1.5 millones sin trabajo.

Las cifras que revela la asociación, creada en 2015 con el respaldo de más de 60 organizaciones de la sociedad civil mexicana para incidir de manera propositiva en cambios sistémicos frente a la desigualdad y la pobreza, son preocupantes pues, sin considerar a los jaliscienses que trabajan en la informalidad ni a los sin trabajo, nos dicen que los trabajadores que perciben salarios de sobrevivencia, a pesar de tener un trabajo formal, viven con escasos medios y en condiciones adversas. 

La organización destaca que el 86 por ciento de la población de Jalisco vive sin condiciones de bienestar. Tomando en cuenta que la entidad tiene alrededor de 8 millones 500 mil habitantes, son más de 7 millones de jaliscienses los que se encuentran en esta situación, de los cuales 181 mil viven en pobreza extrema y dos millones 500 mil en pobreza. En ambos grupos los ingresos económicos no son suficientes para comprar la canasta básica.

En un comunicado de prensa, Acción Ciudadana contra la Pobreza señala que algunas decisiones del actual gobierno federal han contribuido a agravar la situación de pobreza, como el intento de centralizar los servicios a través del Insabi, la cancelación de programas que favorecían la inclusión económica de las mujeres, como los programas de Estancias Infantiles y las Escuelas de Tiempo Completo.

La organización señala que no se han implementado acciones efectivas para evitar la deserción escolar en la educación media superior, que no se ha reducido con las becas Benito Juárez, o la escasa inserción laboral de jóvenes, ya que no bastan las transferencias monetarias del programa Jóvenes Construyendo el Futuro para superar las barreras de empleabilidad de jóvenes, pues ni siquiera priorizan a quienes tienen rezago educativo y otras desventajas.

Asimismo, Acción Ciudadana contra la Pobreza propone siete estrategias prioritarias, las cuales serán la exigencia que presentará desde la sociedad civil frente a quienes el próximo año aspiran a la presidencia de la República, a las gubernaturas y a los cargos legislativos tanto a nivel federal como local, entre ellas: un salario mínimo general suficiente para que toda persona que trabaja pueda adquirir, al menos, dos canastas básicas al mes y el de un padrón único de beneficiarios que garantice el acceso ágil y transparente de los hogares en pobreza a los programas de transferencias monetarias, sin sesgos políticos.

Para no seguir percibiendo salarios de sobrevivencia e insuficientes, urge una distribución más justa de la riqueza, pero para tal fin es necesario concientizar y organizar a las víctimas de la pobreza y la desigualdad.

Los que conocemos la pobreza en carne propia, aunque no seamos investigadores propiamente, podemos afirmar sin temor a equivocarnos que los datos revelados por la organización no gubernamental sí reflejan la terrible realidad en que viven millones de mexicanos. De igual manera las propuestas para impulsar cambios propositivos frente a la desigualdad y la pobreza, son aplaudibles. Sin embargo, es obligación de los que buscamos con todas nuestras fuerzas una patria más justa en beneficio de todos hablarle claro a los que sufren hambre por la pobreza y pobreza extrema en que se encuentran, y decirles que la salida no es fácil.

Para empezar, es necesario que el pueblo trabajador se informe y entienda que a estas alturas, resulta difícil creer en las promesas de un presidente que ha formulado más de 170 mil mentiras en poco más de cinco años de gobierno, que destruyó el sistema de salud, destruyó la economía y militarizó al país como nunca. Pero tampoco se puede confiar en los ofrecimientos de los próximos candidatos, sobre todo porque es evidente que Morena, gracias a la gigantesca operación electoral que ha implementado con recursos del erario, el actual grupo político que dirige López Obrador seguirá ostentando el poder de la nación. 

Así entonces, la salida no está en seguir votando por los morenistas. Nada van a cambiar en la próxima administración. La prensa nacional dio cuenta de que con tal de ganar la próxima contienda electoral, en sus diferentes giras proselitistas, Claudia Sheinbaum Pardo le abrió las puertas de su proyecto a expriistas y panistas, tal como hizo AMLO en 2018. O sea, de Morena ninguna mejora se puede esperar. 

Los trabajadores en general, o sea, los que producen con sus manos directamente la riqueza de este país, tienen la tarea de organizarse y educarse para entender que todo avance social verdadero y todo cambio verdadero sólo pueden lograrse con la participación organizada y consciente de los desposeídos. Cualquier otro camino está condenado al fracaso. 

Para no seguir percibiendo salarios de sobrevivencia e insuficientes, urge una distribución más justa de la riqueza, pero para tal fin es necesario concientizar y organizar a las víctimas de la pobreza y la desigualdad. La historia ha demostrado que sólo la poderosa fuerza que nace de la unión de miles de voluntades y conciencias dispersas por todo el país, puede convencer a los poderosos, política y económicamente, que destinen una parte de lo que por derecho le corresponde al pueblo trabajador como un salario justo. Esta tarea es noble, pero difícil y sólo  puede ser llevada a cabo con entrega, abnegación y creatividad por parte de los que buscamos un nuevo rumbo económico en nuestro país.

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