“Los pueblos que no conocen su historia, están condenados a repetirla.” (Napoleón Bonaparte). Los tiempos en los que se desarrolla la sociedad internacional actualmente poseen una característica particular y muy similar a lo vivido décadas atrás, antes y durante el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial. Una serie de conflictos políticos y económicos abundan entre las grandes potencias del mundo; por el lado occidental: Estados Unidos, Reino Unido, Francia y los demás miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), y por el lado oriental: Rusia y China.
Si bien, el tema sobre el cual más se habla en los medios de comunicación masivos, es la famosa invasión por parte de Rusia a Ucrania, no hay día en que no salga alguna noticia destacada sobre el conflicto bélico entre las exrepúblicas soviéticas, en el cual, según la información brindada por los medios informativos occidentales, Rusia es la mala del cuento, porque fueron los rusos los que invadieron a Ucrania.
La realidad de los hechos aclara que el verdadero enemigo es, nada más y nada menos, que las potencias occidentales. Para explicar y entender con claridad esto, me remontaré al marco histórico de la Segunda Guerra Mundial y lo compararé con los acontecimientos actuales.
Tras el final de la Primera Guerra Mundial, en 1918, se hizo la firma del famosísimo Tratado de Versalles, en 1925, entre los ganadores (las potencias occidentales) y el perdedor (Alemania); entre los acuerdos destacan los puntos que dictaban que el ejército alemán no tenía permitido rearmarse, que Alemania tenía prohibido volver a extender sus fronteras, que era necesario pagar una indemnización a los vencedores. Estos acuerdos fueron violados inmediatamente, en cuanto Hitler tomó el poder alemán. En 1936, invadió Renania Francesa y, en 1938, se anexó Austria.
Algo similar ocurrió en el marco actual. Tras la caída de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), en 1991, después de una inmensa guerra mediática, económica y política por parte del bloque occidental contra la URSS, se firmó el acuerdo de disolución en el que se establecía que la OTAN (creada como parte de esta guerra de occidente contra oriente) se comprometía a no extenderse hacia el oriente de Europa y a no anexar a sus filas a ninguna de las repúblicas exsoviéticas. Igual que Hitler violó el tratado de Versalles, Estados Unidos y la OTAN violaron el acuerdo de disolución al anexar a Letonia, Estonia y Lituania (repúblicas exsoviéticas) a su organización, en 2004.
No conforme con esto, el occidente dio rienda suelta a una campaña de odio en contra de los rusos, principalmente en Ucrania, país en cual, se encontraban grandes asentamientos de población rusa; esto lo podemos explicar porque Ucrania y Rusia siempre han estado unidos (durante el imperio zarista y durante la época de la URSS). La campaña de odio hacia los rusos llegó a su máximo apogeo en 2014 cuando, orquestado por Estados Unidos, se realizó el golpe de estado ucraniano que ocasionó la muerte de miles de ucranianos y rusos. Una de las primeras acciones del nuevo gobierno de Ucrania fue reprimir a las comunidades pro-rusas en el país y debido a lo anterior los pobladores proclaman la República Popular de Donetsk, seguidas de Járkov y Luhansk. Estas tres repúblicas no fueron reconocidas ni por Ucrania, ni a nivel internacional.
Retomando los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial más importantes (para este tema en particular), después de las primeras acciones tomadas por Hitler, mismas que fueron ignoradas por los ingleses, estadounidenses y franceses, Alemania continúo haciéndose de armamento y territorio; y no fue hasta que, en 1939, después de la invasión alemana en contra de Polonia, que Inglaterra (que no tenía otra opción) se pronunciara en contra de este hecho y le declarase la guerra a Alemania, sin embargo, no movilizo su ejército, ni hizo nada en lo absoluto hasta tiempo después. Los únicos que verdaderamente mostraban un interés y preocupación por la amenaza nazi fueron, para el asombro de todos, los soviéticos, dirigidos por Stalin.
Conforme la amenaza nazi iba agudizándose en Europa, la URSS insistía en formar una alianza con Inglaterra y Francia para detener a Hitler y evitar una mayor catástrofe global. La respuesta de occidente al llamado soviético fue una sorpresiva y rotunda negación a formar cualquier tipo de alianza con la URSS. Por otro lado, Hitler busco hacer una alianza con Stalin, quien aceptó y así fue como surgió el acuerdo llamado Tratado Ribbentrop-Molotov que garantizaba el no combate entre alemanes y soviéticos, además de una colaboración económica y la división territorial de Polonia; este ultimo con la finalidad, desde la perspectiva de Stalin, de prevenir una futura invasión nazi a territorio soviético.
Asimilando estos acontecimientos con el marco histórico actual nos deja ver que al igual que en la época de Hitler, occidente le permitió rearmarse para atacar a la URSS (la cual era considerada el verdadero enemigo a vencer), actualmente, desde 2014, el mismo Estados Unidos a estado armando clandestinamente a Ucrania para que este sea quien ataque a Rusia, que, en la actualidad, junto con China, es considerado el enemigo a vencer.
Desde 2014, Ucrania ha buscado la manera de adherirse a la OTAN, por esta razón, y previniendo la jugada norteamericana, el gobierno ruso, encabezado por Vladimir Putin, reconoce a las Repúblicas Populares de Donetsk y Luhansk, como naciones independientes de Ucrania, en 2021. Estas dos repúblicas, al año siguiente, solicitan apoyo militar ruso en su territorio, con la finalidad de prevenir un posible ataque ucraniano.
Regresando a la historia de la Segunda Guerra Mundial, todo el mundo conoce, o debería conocer el enfrentamiento más sangriento y, en mi opinión, el más importante de este periodo bélico: la batalla de Stalingrado (del 23 de agosto de 1942 al 2 de febrero de 1943), en la cual salió victorioso el Gran Ejército Rojo de la Unión Soviética, desafortunadamente al precio de más de dos millones de soldados y civiles muertos, así como más de 660 mil heridos. Esta batalla definió el declive y derrota del ejército Nazi. A partir de esta derrota, el Ejército Rojo comenzó su avance hacia Berlín, para finalmente derrotar a Hitler y poner fin a la guerra.
¿Qué pasa actualmente? El día 23 de febrero de 2022, el presidente ruso, Vladimir Putin, anunció el inicio de una operación militar en la zona conocida como el Donbáss (Donetsk y Luhansk) para garantizar la seguridad de la población de origen ruso en esa zona y posteriormente, las tropas rusas ingresaron a territorio ucraniano con la finalidad de frenar los ataques dirigidos por Volodímir Zelenki, presidente de Ucrania, hacia toda la población ucraniana de origen ruso. ¡Esta es la verdadera razón de la intervención rusa en Ucrania!
¿Cuál es la lección de todo esto? Históricamente, el pueblo ruso ha sido un factor determinante en los procesos más importante del desarrollo de la sociedad internacional, por eso es importante que se conozca la verdad, en primer lugar, de quién ganó la segunda guerra mundial y, en segundo lugar, para saber la realidad del actual conflicto militar que se desarrolla entre Ucrania y Rusia.
Que la historia nos sirva de guía para entender que, en ambos procesos históricos, aquí explicados brevemente, la nación rusa no es la mala del cuento, por el contrario, en ambos casos, Rusia es quien está buscando y luchando por el buen futuro de su pueblo y del mundo entero.
Quiero hacer una invitación para hacer conciencia, basado en la importancia del papel que ha jugado, primeramente, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, y posteriormente Rusia en la transformación global de la sociedad. Invito a todo el que está leyendo a no dejarse engañar por la nueva guerra fría que está orquestando el imperialismo occidental en contra del pueblo ruso porque de lo contrario estaremos condenados a repetir la historia.
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