Después de diversas controversias en el tema de la “consulta de revocación de mandato” propuesta por el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), este lunes 7 de los corrientes el Instituto Nacional Electoral (INE) publicó la convocatoria para la realización de dicho ejercicio, que se llevará a efecto el domingo 10 de abril.
En el portal Latinus, Brozo y Loret, episodio 39, los personajes hacen alusión a lo inútil de la consulta, debido a que es un ejercicio que nadie pide y del cual, en su caso, ya sabemos el resultado:
“L- Por fin, nos ponemos de acuerdo los mexicanos en algo…
B- ¿En qué? ¡Cuenta!
L- Todos los que están con López Obrador, ¿quieren que se vaya o que se quede López Obrador?
B- Ja, ja, ja, ja. Bueno, como está la cosa, supuestamente quieren que se quede, por eso la revocación acaba pareciendo ratificación, ¿no?
L- Y la gente que está en contra de López Obrador ¡también quiere que se quede! O sea, nadie quiere la consulta, excepto una persona que se quiere gastar en una fiesta de ego, en una borrachera de soberbia, cuatro mil millones de pesos, y ahí se la estamos pagando todos.
(…)
L-No sabemos si va a haber consulta, no sabemos cómo se va a organizar la consulta, pero ya sabemos el resultado de la consulta
B- ¡Exacto!”
Y así es. Los mexicanos no queremos que AMLO se vaya, podremos estar muy en desacuerdo con él debido a que es un presidente que ha hecho muy mal las cosas, pero la solución no es que ahora se vaya, debe quedarse y debe terminar su mandato porque ganó para gobernar seis años. De tal manera que lo que se impone no es una consulta de revocación de mandato, lo que se impone es escuchar a sus gobernados, principalmente a las voces disidentes, contrastar dichas opiniones con la realidad y corregir el rumbo, porque el ejercicio de la democracia no sólo permite, exige la crítica de los gobernados y, a su vez, la autocrítica del gobernante, quien en tal ejercicio queda obligado a rectificar las acciones negativas.
En las distintas localidades que tengo el agrado de visitar periódicamente, he podido hablar del tema con gente llana, amas de casa y trabajadores humildes. En su simpleza y absortos por problemas de variada índole, no dudan en convenir en que debería estar poniéndose atención a asuntos más urgentes, tales como el incremento del precio de la gasolina y los productos básicos, el aumento de salarios, la salud, la educación, la generación de empleos, la falta de recursos para obras de infraestructura y apoyos asistenciales.
Según información, la realización de la consulta requeriría 3,830 millones de pesos cifra que, debido al recorte de egresos para el año fiscal en curso, se vio disminuida a 1,657 millones.
La pregunta se impone: ¿cómo puede el “gobierno de los pobres” gastar tal cantidad de dinero en medio de una crisis de salud en la que deberían estarse comprando medicinas y vacunas o, por ejemplo, al mejoramiento de vivienda –una necesidad muy sentida de los habitantes de las localidades a que antes me referí-? "Tenemos años solicitando un apoyo de mejoramiento a la vivienda; no es por gusto, es que andamos al día; por más que uno quiera no alcanza, apenas para comer.” Y así es en realidad. ¿Cuánto puede costar la construcción de una habitación sencilla, digamos de 4x4m? Supongamos que 65mil pesos. Haciendo una simple operación aritmética nos da un total de 58,923 nuevas habitaciones con el recurso planteado originalmente por el INE, o 25,492 si en eso se usara el monto finalmente acordado. Resultando beneficiadas, como es obvio, igual número de familias, cantidad nada despreciable en un país en el que la mayor parte de su población es pobre. Una acción así, si bien no resolvería, cuando menos ayudaría a paliar un poco dicha pobreza.
Más provechoso sería si AMLO se atreviera a preguntar:
“Mexicano, ¿qué prefieres:
a) Una consulta de revocación (o ratificación) de mandato?
b) Un programa de ampliación de vivienda?”
Pero como dijo Nicolás Guillén en su poema “Soldado así no he de ser”:
“Si a mí me dieran un rifle
les diría a mis hermanos
para qué sirve.
A mis hermanos soldados
para qué sirve.
Pero a mí no me lo dan,
porque sé para qué sirve,
por eso no me lo dan…”
Por eso no se hace una consulta así y se prefiere la revocación del mejoramiento a la vivienda.
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