Retornar en estos momentos a clases presenciales en México, en condiciones no aptas para alumnos y maestros, con apenas el 30 por ciento de vacunados en el país, con la mayoría de los centros educativos vandalizados y sin estar debidamente sanitizados, representa una criminal acción por parte del gobierno de la Cuarta Transformación que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador.
A pesar de la situación difícil que se tiene para implementar una medida como esa, el mandatario mexicano asegura que todo se encuentra perfecto para retornar a las aulas, considera urgente que las niñas, niños y jóvenes, además de los profesores acudan a las aulas porque según él, ya no hay nada que se los impida.
De acuerdo a los expertos en materia de salud, para que se llegue a la inmunidad de rebaño en México, debería haberse vacunado contra la covid-19 a por lo menos el 70 por ciento de la población, situación que parece estar aún muy alejada de lograrlo, debido a que el gobierno federal dice no contar con los recursos económicos suficientes para garantizar la salud de los mexicanos.
Por supuesto que recursos si los hay, pero éstos se han destinado a cosas muy diferentes que nada tienen que ver con atender los efectos de la pandemia, a decir del Tren Maya, la construcción de la refinería de Dos Bocas, entre otras obras suntuosas que están absorbiendo el dinero que deberían aplicarse en la adquisición de vacunas.
Si se desea que en el país se retorne a clases presenciales de forma tan urgente como lo demanda López Obrador, primero se deben tomar las medidas efectivas que permitan a los alumnos y maestros a tener la certeza de que no serán víctimas de esa enfermedad que ha causado serios estragos a nivel mundial.
Fue el mes de marzo de 2020 que frente a dicha pandemia el gobierno de la 4T anunció el cierre de las escuelas en todos los rincones del país, creando la estrategia que nunca dio buenos resultados, la de “Aprende en Casa” entregando la responsabilidad educativa del Estado a las familias.
Ello se hizo sin aplicar una sola medida de apremio para la población a la cual desde las famosas “mañaneras” del presidente, sencillamente se le recomendó no salir de sus casas para no contagiarse, como si eso fuese suficiente para enfrentarse a tan mortal e invisible enemigo.
A los mexicanos se les condenó a vivir desde la llegada de la covid-19 en un “sálvese quien pueda”, donde el gobierno lopezobradorista carente de estrategias, se olvidó de que para estudiar desde los hogares, se requería de internet, mismo que tiene un costo mensual y que de no pagarse el servicio es cortado.
Se olvidó también de que muchos padres de familia se quedaron sin empleo, aunado a que no se suspendieron los pagos de impuestos y servicios diversos como energía eléctrica y agua potable, tampoco se implementó una cruzada nacional alimentaria, en una palabra, nada, no hubo ningún respaldo para las familias de esta patria, ni ha existido hasta el momento en que se ha presentado una tercera ola de contagios.
Han sido las clases pobres del país, las que han sufrido lo indecible, frente al valemadrismo del gobierno federal que piensa que todo se encuentra bien y bonito, que ya nos hemos salvado y que cada vez somos más completos, capaces de seguir respirando aunque no se cuente con empleo, seguridad, salud, educación, ni siquiera con alimentos en nuestras mesas.
El plan educativo que hoy trata de imponer el presidente con la urgencia de que se retorne a clases presenciales se antoja demasiado incompleto, pero lo más grave es que se torna criminal hacerlo en las condiciones en las que se encuentraMéxico al carecer de una atención médica efectiva, donde hacen falta vacunas, donde lejos de ayudar a sus compatriotas, se autorizan incrementos en los productos de la canasta básica, servicios y energéticos, con cierre de empresas y comercios que no se han logrado recuperar y que han dado origen a la falta de empleos y al descalabro económico nacional.
Serán en todo caso los padres de familia quienes a final de cuentas decidan si envían a sus hijos a las escuelas en las circunstancias actuales, muchos de ellos piensan que se debe hacer así para poner fin al encierro de sus hijos, sin pensar que el riesgo es demasiado y los resultados podrían ser funestos.
Si bien el regreso a clases presenciales en este ciclo escolar es fundamental, es inaceptable que sea improvisado. Las autoridades han tenido más de un año para planear el regreso a los planteles. Pretender que todo regrese a la normalidad en el momento que las y los alumnos crucen el arco de la puerta de la escuela es un error y una grave irresponsabilidad.
La vida de millones de estudiantes en México está en juego, si se toma en cuenta que alrededor de 50 mil escuelas no tienen las medidas sanitarias requeridas para su protección, centros educativos que en porcentajes elevados ni siquiera cuentan con agua potable.
Desde el mes de mayo jóvenes de todos los estados de la república han manifestado su descontento con el gobierno actual, esto ante el pronunciado regreso a clases sin aún existir las garantías necesarias que aseguren seguridad para el regreso a las aulas. Una lucha contundente, constante y enérgica han mostrado los estudiantes de la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios “Rafael Ramírez” (FNERRR) quienes han sido los únicos en no estar de acuerdo en regresar a las escuelas de esta forma y más aún sin existir un programa detallado de como se dará este regreso a las instituciones educativas, es desde entonces que de estos temas Andrés Manuel López Obrador, no habla y no escucha. Los jóvenes que se manifiestan en la FNERRR son jóvenes que tienen el deseo de regresar a las aulas, pero asegurados sin que estén expuestos a ser contagiados contra el covid-19 y sobre todo que desean aprender de una forma correcta, sin tener que estar perdiendo más conocimientos.
El gobierno de la llamada Cuarta Transformación sigue cometiendo errores, pensando que tan solo porque lo dice el presidente, las cosas se van a componer como por arte de magia, alguien debería decirle que no puede ser tan irresponsable de señalar que todo se encuentra en buenas condiciones para regresar a los centros educativos, alguien debería decirle que si hay un solo estudiante infectado en las aulas, será totalmente por su culpa.
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