Por alusiones personales, y por enésima vez, el titular de la columna “Machetitos” (sic) me ha difamado y también a la organización a la que pertenezco.
No voy a hablar de la extraña obsesión que dicho elemento tiene con mi persona. No es mi intención indagar de qué oscuro pozo viene ese marcaje personal con lo que hago o dejo de hacer; aunque es verdad que sería bueno que me soltara el brazo.
Tampoco voy a hablar extensivamente del vertedero de desinformación en que se ha convertido esa columna llamada “Machetitos”, probablemente con el título más idiota e impotente que se puede dar a un espacio de opinión… anónima.
Cuando el “periodismo” como el de Hipócrita Lector es tan cercano al poder, no puede esperarse nada bueno.
El diminutivo es para reír: da la impresión de que el titular no tiene el filo suficiente para hacer daño y que se conforma con hacer cosquillas.
En segundo lugar, el sujeto que escribe en un panfleto llamado Hipócrita Lector, intentando hacer gala de su puretismo, se burla de mi español, considerándolo elemental. Personalmente, me llena de orgullo que un seudointelectual que utiliza los tropos más racistas –como referir que mi uso del español es sioux, dando a entender que las comunidades originarias son ignorantes– intente burlarse de mí cuando, mediante sus alegorías, se retrata como un individuo sin moral, sin escrúpulos y sin dignidad.
En la columna dedicada a mi persona, el “Machetitos” muestra una devoción peligrosa y obscena por el oficialismo. Y cuando el “periodismo” es tan cercano al poder, no puede esperarse nada bueno. De esa relación bastarda no puede salir más que un contubernio caracterizado por el silencio de los seudoperiodistas y la protección de los poderosos.
Pero dejando de lado lo anterior, quiero resaltar, como avisé anteriormente, que ese sitio y esa columna en particular funcionan como una máquina de fango para crear el peor periodismo posible.
Abandonando completamente el código deontológico de la profesión, el titular de la columna “Machetitos” elabora todo su argumento con base en casos hipotéticos. No dice ni una verdad sobre el problema con la Secretaría de Transportes ni sobre los ataques de la organización “28 de Octubre”. Simplemente se basa en argumentos hipotéticos, es decir, que no pueden comprobarse, para atacar a los transportistas de Antorcha Campesina.
No contento con ello, no tiene empacho en llamarlos “orangutanes” y quedarse satisfecho. Me imagino que no tengo que explicar lo profundamente racista y despectivo que es nombrar de esa manera a los transportistas y cuánto lacera la dignidad de las personas.
No quiero extenderme mucho más en desarticular las mentiras y la desinformación que propaga la página Hipócrita Lector; únicamente pediré al Sr. “Machetitos” que deje de mentir sobre mi persona y sobre mi organización, y que deje de replicar discursos discriminatorios decimonónicos y estereotipos sobre las personas racializadas. Es decir, que deje de ser un racista asqueroso. México y Puebla no soportan más a gente como ustedes.
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