Este es el dicho del presidente de México, pero no se aporta una sola prueba en contra de Antorcha, solo actúa como lo hacía el ideólogo del nazismo Joseph Goebbels, apostando que “una mentira repetida cien veces, se convierte en verdad”.

Desde el inició de su gobierno en 2018, la intención perversa del mandatario ha sido centrar sus críticas y cuestionamientos sobre los males del país en la nefasta corrupción a través de la cual, según denunció reiteradamente se perdían 500 mil millones de pesos del erario cada año, este es un auténtico acto de escapismo para ocultar el verdadero problema del país: la injusta distribución de la riqueza social.

Así es como el morenista pretende manipular a las masas para que la batalla central sea contra los políticos corruptos, sus propagandistas “fifís” y los líderes inescrupulosos, pero no se toca ni con el pétalo de una rosa a los grandes magnates que año con año incrementan  sus fortunas, baste citar a título de ejemplo la declaración de Andrés Barrios en el programa “Largo aliento” conducido por Sabina Berman, que ante la pregunta de cuánto ganan los multimillonarios se obtuvo una respuesta francamente escalofriante: “Carlos Slim gana 150 mil pesos por minuto, German Larrea 600 mil por minuto y a Salinas Pliego, le fue mal, se embolsa solo “500 pesos por segundo”, (o sea  Slim gana 9 millones por hora, Larrea 36 millones por hora y Salinas Pliego 1 millón 800 mil, pues “le fue mal” (agregado de OAT).

Alguna vez, en un auténtico “lapsus”, nuestro presunto adalid de los pobres ha declarado abiertamente: “no hay un rico de México qué durante mi gobierno haya perdido, al contrario, les ha ido bien” (El Universal, 22 de mayo), parafraseando a los abogados: confesión de partes, relevo de pruebas. López Obrador trabaja para los empresarios de este país, los datos sobre el crecimiento de las fortunas, las declaraciones anteriores, pero sobre todo la ausencia de nuevos impuestos a los empresarios son una prueba de que los tan vitoreados programas sociales que sólo llegan a un sector clientelar y las declaraciones reiteradas de amor al pueblo son demagogia pura.

Pero el propio argumento de un férreo combate a la corrupción se ha diluido día a día, siempre la respuesta es la misma ante cualquier desviación o evidencia, se culpa a los adversarios de pretender desprestigiar a su gobierno, pero la realidad es contundente, según la medición de Transparencia Internacional, aparecida en el diario El economista del 24 de enero de 2022, nuestro país se sitúa desde 2021 en el lugar 124 de 180 países y la resultante no es gratuita, pues a pesar del discurso presidencial sobre el combate a la corrupción casos como la ”estafa maestra, del Odebrecht, o los expresidentes enjuiciados, no han sido sancionados en materia penal”, convirtiéndose en puro show pero a ello hay que sumarle los escándalos sobre recepción de sobres con dinero de Pio y Martin López Obrador, los complejos inmobiliarios de Irma Eréndira Sandoval y Manuel Bartlett, los contratos millonarios de Felipa Obrador en Pemex, la casa gris de José Ramón López Beltrán en Texas y en los últimos días ha circulado información sobre la desaparición de 9,500 millones de pesos en Segalmex, Diconsa y Liconsa, donde según la publicación de Forbes México del 18 de agosto, se tienen abiertos 618 expedientes de la cuenta pública de 2019.

En todos los casos anteriores y otros que escapan a mi memoria hay pruebas sobradas, videos, documentos, fotografías, investigaciones y ante ello sólo la cantaleta  de que se trata de campañas de desprestigio e incluso en un acto de cinismo, recientemente se premió a Delfina Gómez, ex secretaria de educación como candidata al gobierno del Estado de México a pesar de ser señalada de recibir “moches”  a su paso por el municipio de Texcoco.

La presunta lucha contra los corruptos es una estrategia con tres objetivos: primero  adormecer conciencias para que no identifiquen la terrible concentración de la riqueza en unas cuantas manos y con ello se evite el despertar del odio de clase contra los dueños de los grandes consorcios; tiene también el propósito de justificar tropelías, atropellos, campañas de desprestigio contra quien el presidente considera sus enemigos y amparados en su lucha anticorrupción son perseguidos y finalmente se oculta cínicamente las desviaciones del actual gobierno.

El pueblo debe entender este juego perverso y que veamos también que los problemas se agudizan, crece la inseguridad, hay crisis de salud, la carestía golpea a las mayorías y mientras tanto el jefe del Ejecutivo repite hasta el cansancio sus calumnias para probar la bondad y eficacia de su gobierno que no se ve por ningún lado; cierto,  grandes han sido los yerros de los anteriores partidos, pero en el fondo estamos ante el mismo problema pero agravado, pues se adormece y manipula la conciencia del pueblo, por ello resulta conveniente fortalecer nuestra unidad y determinación de luchar, conviene también  traer a la memoria una cita del gran líder del proletariado V. I. Lenin:

“Marchamos en grupo compacto, asidos con fuerza de las manos, por un camino abrupto e intrincado. Estamos rodeados de enemigos por todas partes, y tenemos que marchar casi siempre bajo su fuego. Nos hemos unido en virtud de una decisión adoptada con toda libertad, precisamente para luchar contra los enemigos y no caer, dando un traspiés, en la antigua charca, cuyos moradores nos reprochan desde el primer momento el habernos separado en un grupo independiente y elegido el camino de la lucha y no el de la conciliación.”