Chetumal. – Quintana Roo se ubica entre los cinco estados más endeudados per cápita del país. La deuda pública asciende a poco más de 21 mil 763.2 millones de pesos, y la deuda per cápita es de 11 mil 375.4 pesos, de acuerdo con datos del Senado de la República.
Al cierre de 2023, las Entidades federativas que presentaron un mayor nivel de endeudamiento per cápita respecto del total: fueron Nuevo León, con 16 mil 621.3 pesos; Chihuahua con 13 mil 473.4 pesos; Coahuila con 11 mil 607.2 pesos y Quintana Roo con 11 mil 375.4 pesos.
Lo anterior, con base en el reporte trimestral sobre la Deuda de Entidades Federativas y los Municipios, correspondiente al cuarto trimestre del 2023, realizado por el Instituto Belisario Domínguez.
En el documento se precisa que Quintana Roo, obtuvo su financiamiento a través de la banca de desarrollo en un 57.6 por ciento; de la banca múltiple, con un 42 por ciento y con otras fuentes en 0.4 por ciento.
Cabe recordar que, en la Entidad, poco más de 811 mil ciudadanos cuentan con un trabajo; sin embargo, las condiciones en las que se desempeñan no son las más adecuadas, de acuerdo con la organización Acción Ciudadana Frente a la Pobreza.
Asimismo, un estudio Semáforo de Trabajo Digno, realizado por Frente a la Pobreza, la región sureste del país registra un porcentaje elevado de personas que no pueden comprar con su salario la canasta básica, es decir, no les alcanza para adquirir los productos indispensables para que los integrantes de la familia tengan seguros sus tres alimentos del día.
Por si eso fuera poco, ahora Quintana Roo es considerado el segundo en el país con los peores ingresos para vivir, pues según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, en 2023 el 27 por ciento de los quintanarroenses percibía un salario que les impedía acceder a la totalidad de los productos de la canasta básica, principalmente carnes rojas, precios que hoy están por los cielos.
Endeudar al estado no solucionará la crisis de la que aún no hemos podido salir. De ahí la importancia de que el pueblo exija claridad en los recursos autorizados y que debieran canalizarse en obra social y servicios básicos.
Sin duda, sólo resta decir que esos recursos que el gobierno adquirió a través de préstamos no se reflejaron en obras, servicios básicos y menos en ayuda para contrarrestar la galopante desigualdad, lo que sí es seguro es que los pobres, como siempre pagarán los desatinos y desaciertos del gobierno.
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