¿Puede el pueblo trabajador aspirar y lograr una vida superior y diferente a la que actualmente vive? ¿Pueden los habitantes de Xochimilco, por ejemplo, ahorrarse horas tortuosas en el transporte público, amontonados como ganado, tras hacer largas filas para salir por la mañana hacia su trabajo o de regreso, para llegar a su hogar a descansar?
¿Pueden tener escuelas para sus hijos, preescolares, primarias, secundarias en sus comunidades, por ejemplo en Tiziclipa, en Nativitas o en Tlaxopan, en Santiago, evitando así el peregrinar de cientos de madres de familia y el gasto en transporte público? ¿Pueden sus colonias tener calles en buen estado, transitables e iluminadas, para que dejen de sentirse inseguros? ¿Pueden los niños, jóvenes y adultos tener acceso a la cultura y el deporte en sus comunidades para alejarlos de la drogadicción? ¿Se puede erradicar la pobreza de miles de familias que viven al día? Sí, sí se puede aspirar a eso; es posible.
¿Cómo? Regresándole al pueblo su orgullo, regresándole la confianza en su fuerza numérica para transformar su entorno, enseñándole en la lucha la solidaridad y la fuerza transformadora de la colectividad.
Enseñándole que su fortaleza está en su unidad, que puede lograrse mediante su organización y educándolo políticamente para detectar a sus enemigos de clase, para que aprenda que el “cambio verdadero” no vendrá de redentores, como los que empiezan ya a circular en lonas postulándose como los mejores; sino que la transformación será realidad sólo cuando se organice, se concientice y tome en sus manos el poder político del país y así cambie su suerte.
Ahí está la realidad para probarlo. El gobierno morenista de Xochimilco lleva la transformación sólo en la boca. Cada habitante de Xochimilco pregúntese honestamente, desde el año 2015 que arribó Morena al poder de la alcaldía, ¿en qué ha transformado su comunidad? Si se es sincero al contestar, podrá decir que en casi nada o en nada.
Asentamientos humanos irregulares, de los que es campeón Xochimilco, con más de trescientos, son lugares donde se puede constatar el desprecio al pueblo.
Asentamientos humanos irregulares, de los que es campeón Xochimilco, con más de trescientos, son lugares donde se puede constatar el desprecio al pueblo, pues con el argumento de la normatividad, es notoria la escasa intervención de la autoridad y vemos así comunidades enteras con calles sin pavimentar, que carecen de red de agua potable y de drenaje, sin alumbrado público, sin transporte, sin escuelas, etcétera.
No es cierto que gobiernen para el pueblo: gobiernan para sus intereses muy particulares, ahí tenemos el ejemplo de la construcción de las vías de un tren, que para lograrla hubo que derrumbar parte de la selva, quedando claro que cuando a los intereses conviene, la normatividad se modifica.
En Xochimilco, ¿por qué no lo hacen implementando medidas de gobernabilidad para preservar el medio ambiente, al mismo tiempo dando calidad de vida a los habitantes? porque no quieren, y porque la regularización la utilizan con fines electorales.
Ya andan personajes, con todo el cinismo, sabedores de que no cumplirán, exhibiéndose como el relevo salvador. Por eso es importante, como hacen ellos, salir a las calles a exhibir también que no cumplen y no trabajan por el pueblo. El Gobierno de Morena tiene pendientes con los habitantes de Xochimilco y es momento de denunciarlos.
Los antorchistas invitamos a todos los marginados por este gobierno y a la población en general a que nos conozcan, que sepan que Antorcha surgió hace cincuenta años con el propósito de organizar al pueblo, de enseñarle el camino de lucha y de concientizarlo para luchar por sus demandas inmediatas, pero también de alcance histórico: la toma del poder político para distribuir la riqueza y lograr un mundo superior para el mismo pueblo.
Por todo lo anterior, sumaremos nuestro granito de arena a reivindicar a las clases populares. Los xochimilcas organizados en Antorcha iniciaremos una lucha de exigencia ante el Gobierno morenista de la alcaldía, porque merecemos vivir dignamente. Porque el progreso se puede alcanzar, pero sólo a través de la lucha consciente de ese gigante que debe ponerse en pie.
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