Se nos ha enseñado desde siempre que el individuo es el átomo que conforma la sociedad, nos han enseñado que la única forma de posicionarnos o ser alguien en la vida es sólo por la vía individualista; es decir, olvidarnos de nuestros semejantes y concentrarnos únicamente en conquistar nuestros intereses personales, pues son estos más importantes que las necesidades de los demás.
Sin embargo, esta llamada sociedad no puede concebirse sin el individuo, pues el concepto mismo de sociedad refiere a un conjunto de individuos que interaccionan entre sí, y comparten ciertos rasgos culturales esenciales, cooperando para alcanzar metas comunes.
Por tanto, a través de este concepto se puede observar contradicción propiamente efectuada por quienes buscan adoctrinar a los demás como seres individualistas externos de la sociedad y de los problemas mismos que la afectan.
El individuo no puede vivir fuera de la sociedad, ya que la sociedad existe gracias a los individuos que la conforman.
Es necesario comprender que el papel protagónico que tienen los individuos en la sociedad. Pues la formación y organización de nuevos individuos pensantes en el futuro de los demás puede modificar la realidad misma de los involucrados y de las nuevas generaciones.
Ahora bien, si el individuo se relaciona para formar una sociedad, qué beneficios puede traer si ésta se educa y se organiza a favor de un proyecto social mayor que sus individualidades. Los beneficios que puede traer la organización de los individuos y, por ende, de las masas, es el inicio de un proceso de verdadera transformación, donde la mentalidad de uno sea la misma que de los otros, pero cómo se logra obtener esa conciencia de clase, para esto se debe de educarse y conocer la realidad misma que lo rodea, conociendo los matices oscuros de la sociedad.
Así que un individuo organizado se convierte en un individuo unido a un proyecto de orden social, cuyo único interés primordial es educar y organizar a más individuos para formar un solo hombre con un mismo ideal y una misma meta.
Pero, ¿cuál es la meta de organizarse?, que busquen cambiar la realidad del más vulnerable utilizando la única forma inteligente para hacerlo, la formación de una sociedad congruente que entienda las necesidades de todos. Para que exista dicha sociedad debe ser erigida por hombres y mujeres comprometidos por los demás, emanados del mismo pueblo y para el mismo pueblo.
Sin embargo, lo contrario de una sociedad congruente es una sociedad individualista que sólo busque la adquisición de sus obras y de sus proyectos sin importarle el bien común. Por lo cual, una sociedad individualista es la que es liderada por un individuo que lo único que genera son divisiones, que busca más confrontaciones que soluciones, cuyo único pasatiempo es la ejecución de sus órdenes incoherentes lejos de un planteamiento científico, conformada por datos que solo él sabe de dónde los inventa.
Esta misma individualidad gubernamental ha tenido como consecuencia que la ejecución de sus programas operativos de ayuda social, se han modificado para la complacencia de caprichos faraónicos que solo servirán para agigantar la soberbia de un individuo, en vez de invertirla en la formación de obras de infraestructura solidaria que reforzaría a los municipios y a los estados.
Un ejemplo práctico es nuestro México contemporáneo quien en reciente fecha realizó la eliminación de 108 fideicomisos por órdenes explicitas del presidente Andrés Manuel López Obrador, responsable del ejecutivo, sin embargo, dicha ejecución de esa orden fue realizada por los diputados y senadores alineados al partido en el poder, que esa orden se convirtiera en decreto eliminado así desde plano legislativo dichos fideicomisos, argumentando que solo servían como aparatos de corrupción de anteriores gobiernos y dichos recursos serían canalizados a las obras faraónicas del señor presidente. Dentro de esos fideicomisos eliminados se encontrada FONDEN (Fondo Nacional Contra Desastres Naturales), este fideicomiso era el utilizado como medida emergente para dar solución oportuna a los daños ocasionados por los desastres naturales, pero al eliminarlo dichos afectados no tendrán acceso a esos apoyos.
Ahora bien, hace unas semanas el estado de Tabasco sufrió la peor inundación nunca antes registrada, sin embargo, al no tener los mecanismos propios del extinto Fonden, ha dejado a los tabasqueños en la zozobra, pues al no existir un marco legal para entrega de apoyos sociales deja en descubierto la falta de visión de un gobierno que lejos de pensar en los demás busca solo asegurar sus obras individualistas a costa de los más necesitados y de los más afectados.
Y ¿por qué organizarnos?, porque si no lo hacemos estamos condenando nuestro futuro.
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