No quisiera decir que se los dije, pero se los dije. No es broma ni lo digo con sarcasmo, sino con dolor, compañeros antorchistas, probables lectores, debo recordarles que muy a tiempo los antorchistas encabezados por el maestro Aquiles Córdova Morán, nuestro fundador y líder, hemos advertido a todos los mexicanos sobre las consecuencias que tendría para el país, y sobre todo para los más pobres, el manejo irresponsable del Gobierno Federal en manos del Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
También hemos explicado puntual y detalladamente nuestras afirmaciones, preocupados por nuestra gente y con la legítima intención de evitar tales malos manejos y el dolor que habrían de provocar. Todas nuestras advertencias, lamentablemente, se han cumplido cabalmente y en algunos casos con exceso.
El derrumbe del sector salud y el incremento en el número de enfermos y muertes por dengue son, pues, el resultado inevitable y proporcional al fracaso de su Gobierno.
Los temas en que esto se ha vuelto amarga realidad son muchos y variados, repito que lamentablemente, porque se trata del bienestar, la salud, y hasta la vida de mucha gente inocente, algunos incluso legítimos y crédulos apoyadores de la 4T (¡nada más doloroso que ver frustradas con premeditación las esperanzas!).
Pero me referiré en particular al tema de la salud y más precisamente al manejo sanitario de la enfermedad del dengue.
Desde la semana epidemiológica número 38 del año pasado advertíamos pública y claramente que los datos registrados por la Secretaría de Salud acerca de los casos e incidencia del dengue eran de espanto y anunciaban agravamientos terribles, comparados con 2022:
“… los casos confirmados en la semana epidemiológica 38-2023 comparada con la del año pasado muestran un incremento de 316 % en los casos confirmados y de 342 % en los fallecimientos, por lo que se proyecta que este año terminará con más de 53 mil casos, cuatro veces más que en 2022, y cerca de 300 víctimas fatales, tres veces más que en 2022”.
Los casos positivos fueron en total 56 mil 333 y las víctimas fatales 491.
Hoy, después de que se publican los datos de la semana epidemiológica 26-2024 es necesario decir otra vez pública y claramente que los datos muestran una tendencia aún más aterradora para 2024.
De seguir los contagios como van, es decir si el Gobierno Federal no toma medidas extremas para contrarrestar el avance del dengue y proteger la salud y la vida de los mexicanos, las tendencias indican un crecimiento como nunca antes, la enfermedad y muerte de mucha gente, que no deben ser, que aún se pueden evitar.
Seré más claro, las proyecciones indican lo que va a pasar si no se corrige, pero se puede corregir, pues el futuro no está escrito, podemos tomar acciones para corregir y evitar que se cumplan estas proyecciones.
Pero si no se toman medidas, estos datos no sólo se consumarán, sino que pueden ser superados por la realidad. No deseo equivocarme: deseo que el Gobierno de AMLO haga caso, corrija y evite la tragedia.
El Panorama Epidemiológico de Fiebre por Dengue y Fiebre Hemorrágica por Dengue, con información del Sistema Especial de Vigilancia Epidemiológica de Dengue publicado por la Dirección de Vigilancia Epidemiológica de Enfermedades Transmisibles, en la Semana Epidemiológica número 26 de 2024, informa que ya son 20 mil 249 casos confirmados, siendo que en el mismo lapso de 2023 fueron sólo 4 mil 400, lo que representa un incremento de 360 %.
Las víctimas fatales son ya 49, siendo que en el mismo periodo de 2023 fueron sólo cinco, con un incremento de 880 %. De seguir las tendencias actuales, terminará 2024 con más de 250 mil contagios confirmados y más de cuatro mil 500 muertes.
Tales números nunca se habían visto en México, los números más altos fueron en 2013 con 62 mil 330 casos y 104 defunciones; contrastados con los primeros datos de AMLO (2019) con 43 mil 312 casos y 191 muertes y los de 2023 con 56 mil 333 casos y ¡491 víctimas fatales!, son datos terribles que, sin embargo, palidecen con los que se proyectan en 2024.
Los estados más castigados son como siempre, los más pobres y marginados, los más abandonados por los Gobiernos, los anteriores y el actual también.
En el estado de Campeche, en la semana epidemiológica 26 de 2024, ya son 493 casos confirmados, siendo que en el mismo lapso de 2023 fueron sólo 58, lo que representa un incremento de 750 %. De seguir así, se proyectan 16 mil 864 casos, 8.5 veces los de 2023, algo inédito.
Pero el caso más grave es el de Tabasco, pues los casos son ya 2 mil 795, contra 216 del mismo periodo de 2023, lo que representa un incremento de mil 193 %, ¡casi doce veces lo del año pasado!, por lo que se proyectarían más de 34 mil 700 casos.
En 2023 acaecieron diecinueve defunciones por dengue, hoy ya llevan diez, mientras que en 2023 en el mismo periodo no se habían presentado casos fatales, por lo que se podría proyectar 245 decesos.
Los datos de Chiapas crecen 468 % (de 241 a mil 369 casos), por lo que se proyectan más de 18 mil casos y 45 muertes en el cierre de 2024, y en los casos de Quintana Roo y Yucatán los números son menores a los del año pasado, pero hay que ver qué sucede.
Ahora, lo más importante: ¿Por qué se presentan estos números?, ¿qué es lo que reflejan? Lo dijimos el año pasado también, a tiempo: se debe al abandono de la política social en el terreno de la salud, pues AMLO, a pesar de que se llenó la boca (¡y lo sigue haciendo!) de prometer un sistema de salud mejor que el de Dinamarca (sic), decidió en los hechos sacrificarnos:
Eliminó el Seguro Popular, dejando sin acceso a la salud a 50.4 millones de mexicanos.
Destrozó el sistema de salud desde el principio y cada año fiscal con más saña: hizo recortes al presupuesto.
Promovió el subejercicio (para que los estados y las Secretarías regresaran el recurso a la federación y él lo pudiera gastar en quién sabe qué), la famosa política de la “austeridad republicana”, a la que se sometieron todos para no hacer enojar al jefe, evitar su odio y venganza, además de poder gozar así de los “beneficios” de semejante práctica corrupta y ser premiado con lo que fuera la voluntad de AMLO.
El derrumbe del sector salud y el incremento en el número de enfermos y muertes por dengue son, pues, el resultado inevitable y proporcional al fracaso de su Gobierno.
Tiene que ser un fracaso, pues de otro modo tendríamos que aceptar que es el resultado deseado, y estaríamos reconociendo en AMLO a un depravado y maligno ser que se alegra con el dolor ajeno, con la enfermedad y la muerte y los provoca.
Esto ya no lo dicen las estadísticas y aunque podríamos buscar y encontrar elementos que nos permitan ver con claridad si esto es así o de otro modo, prefiero esta vez dejarlo en el terreno de la especulación y renunciar a escudriñar más, por lo que lo dejaría en la tesis del fracaso político de AMLO.
Si esto fuera así, además, tenemos la esperanza de que él lo vea y lo admita, de manera que, en lo que le queda de su mandato pudiera tomar medidas para corregir, por lo menos en esto de las acciones de prevención y combate al dengue, ordenar acciones inmediatas para evitar que estas proyecciones se cumplan.
Pero si no corrige, si AMLO se mantiene impávido ante estos números, ante la enfermedad y muerte que representan, otra vez, será culpa de él y de todos los que lo apoyan, remarco, AMLO con la complicidad de TODOS los que los apoyan, por muy inocentes que se sientan, serán los culpables de tales contagios, enfermedades y muertes.
¿Qué podemos hacer? Luchar. Debemos unirnos y organizarnos para luchar y exigir que se tomen las medidas necesarias y se destinen recursos, en cada lugar, las que se requieran.
Todos nosotros debemos exigir: que se nebulicen con más frecuencia las colonias y rancherías; que se implementen y fortalezcan las campañas de concientización, en los medios de comunicación, que se oriente a cada comunidad y se formen comités de salud para vigilar que se realicen las medidas necesarias, luchar porque se implementen más y mejores programas de mejoramiento de vivienda, porque se resuelvan los problemas de servicios básicos tales como agua potable, drenaje, electrificación, arreglo de calles, porque se surtan de medicamentos e instrumentos las casas de salud, centros de salud y hospitales, porque se destinen recursos a estos que hoy brindan un pésimo servicio argumentando falta de recursos.
Eso podemos hacer ahorita, y a futuro prepararnos para que el pueblo trabajador sea una fuerza política que le pelee el poder a quienes hoy lo tienen, para hacer con él lo que ellos no quieren hacer y salvaguardar así, la salud y la vida de nuestras familias.
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