La desigualdad social que prevalece en la Sierra Nororiental poblana ha generado problemas graves en la población, entre las que destacan: la pobreza y rezago en la educación. La riqueza que generan los campesinos se concentra en las manos de los caciques, pues ellos son los dueños de las tierras y de las cosechas, sin embargo, a los jornaleros apenas les pagan un salario que les apenas les alcanza para comer, en promedio ganan 150 pesos diarios cortando café, naranja, pimienta, papá, entre otros productos. También, surge el rezago educativo, pues el hijo del campesino difícilmente puede educarse, por la situación social en la que se encuentra, debido a que sus padres no le pueden brindar las condiciones para que se eduque. Este panorama, se viven los distintos municipios que conforma la región. Veamos.
El Coneval dice que en Teziutlán el 55.2% de la población es pobre; el 71.6% de los zacapoaxtecos son pobres, en Tlatlauquitepec el 70.2% y en Hueytamalco 72.9% de la gente vive en pobreza. Es decir, que un alto porcentaje de las familias serranas no cuentan con lo más esencial para vivir, tienen carencias de servicios básicos como el agua potable, luz eléctrica, vivienda, educación, asistencia sanitaria, entre otras necesidades. En el ámbito educativo, los municipios más importantes: la “Perla de la Sierra” tiene un rezago educativo del 19.3% que equivale al 20 mil 728 teziutecos, mientras que Zacapoaxtla tiene el 22.3%, lo que ocasiona que, 10 mil 612 zacapaoxtecos presente rezago en la educación. Tan sólo al leer estos datos es notable la grave situación en la que se encuentran los 28 municipios que conforman la Sierra Nororiental de Puebla.
En la actualidad, este panorama social se ha agravado a raíz de la pandemia del coronavirus. El número de pobres aumentó, y los que son pobres, ahora son más pobres. En educación, no se deja del lado que los estudiantes, antes de la contingencia sanitaria, tenían serios problemas para asistir a clases, ahora con pandemia más; primero, que ahora con el nuevo mecanismo de “educación en línea” decenas de alumnos no pueden acceder porque no cuentan computadora, teléfono celular, tableta, con datos móviles ni con internet. (Hay lugares en la Sierra Nororiental en donde no hay ni señal de telefonía celular y en los casos más críticos ni se cuenta con luz eléctrica). Por otro lado, el deterioro de las escuelas es evidente, algunas no cuentan con la infraestructura necesaria ni con servicios básicos, algunas, hoy en día, aún son aulas de techo de cartón, paredes de madera y piso de tierra. Finamente, por la falta de ingresos en las familias humildes los padres y estudiantes, eligen que los alumnos abandonen sus estudios e incluso se integran al mundo laboral. Los males sociales: la pobreza y el rezago educativo van de la mano y su madre es la desigualdad.
¿Qué hacen las autoridades gubernamentales en sus tres niveles para contrarrestar esta situación? Brillan por su ausencia. Así es, desde el mandatario presidencial, Andrés Manuel López Obrador, no se ha visto que aplique una política para hacerle frente a estos males que padecen millones de mexicanos, por el contrario eliminó aquellos programas que por lo menos lograban mitigar el padecimiento, así como medios (el Ramo 23 del PEF) para poder buscar una solución a las necesidades de la población mexicana, y esencialmente, en la sierra nororiental poblana, que está entre las entrañas de Puebla y se encuentra en el olvido y abandono. Por su parte, el gobernador poblano Miguel Barbosa Huerta lejos de velar por el bienestar de los poblanos, sólo ha dejado de lado las demandas de sus ciudadanos, tan es así, que se ha ganado el título del peor gobernador de Puebla y del país, y pues ya ni hablar de que solucione las necesidades de la ciudadanía serrana. Al final del escalón, están los presidentes municipales que sólo velan por sus intereses y no por los de sus ciudadanos. Entre este panorama de oscuridad, sólo se ve el resplandor de la llama del pueblo huitzilteco, pues es un municipio con modelo de gobierno único en la Sierra Poblana que ha luchado porque su población mejore su calidad de vida, es decir, que los huitziltecos cuentan con servicios básicos y obra pública, por ello, le ha otorgado el nombre del “Rubí de la Sierra Nororiental”.
¡Urge, urge, urge aliviar los males que está padeciendo la población serrana en materia de educación y pobreza! Hay una urgencia gigantesca de curar a la población serrana de los males que padece y que los gobernantes no atienden, para ello, es necesario que los serranos se unan, se organicen y luchen por un mejor futuro para los más desprotegidos.
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