Este fenómeno social es un problema latente en nuestro país, en algunos estados puede estar menos desarrollado que en otros pero de acuerdo a los datos de la OXFAM y el Coneval, la pobreza no disminuye sino que sigue agudizándose en todos los sectores del país, pero donde más se refleja es en las familias que viven en zonas sin acceso a los servicios básicos; en el caso del estado de Nuevo León, la pobreza moderada pasa de 18.6 % a 22.2 %, es decir, de un millón 26 mil cien pasa a un millón 301 mil cien, un alza del 28.8%; la pobreza extrema pasa de 0.7 % a 2.1 %, es decir de 40 mil 400 personas pasa a 123 mil 900, un incremento del 206.5 %, se empobrecieron 83 mil 400 personas más.

Estos datos estadísticos nos están reflejando que por más que se hable de apoyos directos y sin intermediarios, la pobreza no cesa, los gobiernos de los tres niveles, municipal, estatal y federal, al parecer nada han podido hacer para disminuir el impacto de este fenómeno que siguen padeciendo miles de familias en este estado del norte del país. Hemos escuchado muchas declaraciones y discursos de los políticos de antaño y de los que siguen apareciendo como “nuevos”, pero tanto los viejos como los nuevos no han sabido realmente cómo enfrentar este problema, sabemos que no es sencillo pero cada administración que llega al poder sigue utilizando los viejos métodos para gobernar, por eso nunca se ve reflejado en el aminoramiento de la pobreza, si a esto le sumamos el virus mortal covid-19 y sus demás variantes, así como la anulación de los programas sociales con el pretexto de la corrupción y austeridad republicana y actualmente la crisis económica que estamos viviendo, nos daremos cuenta que las nuevas administraciones gubernamentales solo han llegado para vivir del erario público pero sin revisar a fondo qué hace falta realmente para que los trabajadores mejoren sus condiciones de vida; ya que por ejemplo el incremento salarial que están recibiendo ha quedado anulado o rebasado por el incremento a la canasta básica, eso lo sabemos, pero ¿el gobierno estatal qué dice?, ¿el gobierno federal qué dice?, y aun así no aceptan que su política económica ha quedado obsoleta, ya no se corresponde con la vida actual; todos quieren gobernar pero no se quieren poner a la altura de las circunstancias, todos dicen preocuparse pero se han olvidado que el pueblo es primero, todos hablan de cambios pero cuando tienen el poder en las manos se les olvida de qué cambios hablaron como López Obrador, todos los políticos quieren puestos de elección popular pero nadie quiere trabajar.

La situación pues, es grave en nuestro país, y en el estado de Nuevo León también, creo que está llegando el momento si no es que ya llegó para irnos deshaciendo de los malos políticos y vividores del erario público, los neoloneses tienen que darse cuenta que no basta quitar un político y poner otro por muy bravucón que sea, ¿ya pasó, por ejemplo Jaime Rodríguez Calderón y qué demostró? Siguen con la política vieja y así se la va a estar llevando; llegó al gobierno federal López Obrador, también en su campaña y ¿cómo está gobernando ahora?, aliándose con la delincuencia organizada, ¿acaso para eso votó el pueblo? ¿Para seguir padeciendo las calamidades que el gobierno sigue permitiendo?

La situación es crítica y el pueblo tiene solo una salida al parecer, votar a los que no sirven, los que no hacen bien su trabajo y prepararse para tomar en sus manos el timón de este barco que se llama México y conducirlo como nos gustaría a todos los trabajadores para no seguir dependiendo de los que dicen que saben cómo gobernar, porque ya demostraron que no saben, solo saben echar bravatas y culpas ajenas, pero de una política progresista nada saben. La organización del pueblo es la mejor opción y al mismo tiempo el remedio para estas calamidades sociales, trabajemos por lo tanto para cambiar la política de austeridad que nada bueno está dejando al país, el futuro lo tenemos en nuestras manos, nada nos debe detener, exigir nuestros derechos no es un delito, es una obligación de todo mexicano.