Yucatán ha acaparado los reflectores en las últimas semanas, ya sea por las encuestas que favorecen al gobernador Mauricio Vila Dosal, y según lo colocan como presidenciable; los bajos números de inseguridad que colocan a la entidad como una de las más seguras; o temas como políticos que brincan de un partido a otro como si de chapulines habláramos; pero ¿de la gente qué se dice?
No se dice nada; por ejemplo, de la falta de empleo, abstencionismo, alcoholismo, la marginación de las mujeres y sus limitaciones, hogares y viviendas inadecuados para vivir, problemas en el sector escolar, sueldos bajos, problema de un posible estancamiento económico y a nivel empresarial, mala alimentación a la niñez, de esto y cómo se va a hacer para atacar estos males, se deja en segundo plano.
No hay programas que lleguen a los 106 municipios que conforman Yucatán, caso contrario, sólo a uno que otro, y, a pesar de promulgar que no se trata con organizaciones, al estilo lopezobradorista, sí se ven en los eventos del gobernador, empresarios, ejidatarios o representantes de grupos.
Esto, como una fachada para decir que en Yucatán sí se trabaja cuando aún las carencias son abismales en municipios lejanos a la capital. Sí se presume que somos de los primeros, después de Baja California Sur, la entidad con menos delincuencia, pero no se cacaraquea que el Estado también cuenta, lamentablemente, con un municipio más pobre que de los 106. Éste es Tahdziú, donde más del 90 por ciento de su población vive con carencias.
Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), este municipio es el que más pobreza registra en Yucatán, cuya vida de sus pobladores es difícil al carecer de salud, y el dinero no les alcanza para comer.
A inicios de este año, el mandatario estatal dijo, en su informe tercer informe de gobierno, que en Yucatán no puede haber dos yucatanes, el de prosperidad y el de pobreza, que en este 2022 iba a trabajar para que todo fuera de prosperidad, pero a más de medio año, lo dicho por Vila Dosal se está quedando en el discurso pues la realidad no corresponde.
Los datos no dejarán mentir. Pues, de igual forma el Coneval, informó que la pobreza en Yucatán se agudizó en el 44 por ciento de los Estados, es decir, 44 de 106 municipios aumentó el número de pobres. Las carencias durante el 2010 y 2020 crecieron, de acuerdo al último censo publicado por el Consejo.
Como vemos, Yucatán está empobreciendo, pero el mandatario estatal sólo se ha enfocado en cómo beneficiar a su sector, los empresarios, con proyectos como el Ie-Tram, que poco beneficiará a los yucatecos de todo el Estado. O incluso el aumento de legisladores en la Cámara estatal, que aumentó a 10 diputados, de ser 25 a 35 locales; y a los yucatecos le costará un millón 141,600 pesos al mes, es decir, 13 millones 699,200 más al año, que bien se pudieran invertir en obras y servicios para los yucatecos y sacar del atraso por ejemplo a Tahdziú.
Mientras los nuevos diputados recibirán su salario cada quincena sólo por alzar el dedito y hacer que legislan en favor del pueblo, a los yucatecos de a pie poco se les apoya. Como muestra las recientes y múltiples manifestaciones en la entidad, primero por los que luchan por el caso del Isstey que ya no da préstamos a sus afiliados por falta de dinero, porque no le paga el aumento a los maestros estatales y la recategorización a los trabajadores de apoyo, cuando el personal federal ya recibió sus respectivos pagos en ambos casos.
Así como los jubilados de Petróleos Mexicanos (Pemex) que, si bien no cae en la cancha del gobierno estatal sino federal, así como del propio Pemex, sí puede intervenir para ver el bienestar de los yucatecos, que lo único que piden es resolver la falta de atención médica integral y surtimiento de medicamentos que establece la cláusula 89 de su Contrato Colectivo de Trabajo.
Y así pudiéramos seguir la lista de los temas que no tiene en la agenda el Gobierno estatal, que se ha vuelto uno de manifestaciones y que no da lociones, sino sólo largas. Así como el caso del pueblo yucateco organizado en el Movimiento Antorchista que, desde el inicio de la administración de Mauricio Vila Dosal, entregó un pliego de peticiones que, de resolverse, beneficiarán a cientos de yucatecos en temas como de vivienda, desarrollo social, educación, entre otros.
Pero lejos de hacer cumplir el eslogan de su gobierno de “juntos transformemos Yucatán”, es todo lo contrario, ignorando al pueblo, no sacar del atraso a Yucatán o incluso el no cumplir “no puede haber dos yucatanes”, cuando a simple vista es lo vislumbra, que poco o nada se diga es otra cosa, pero la carencia, marginación de los yucatecos está a flor de piel y es obligación del quien está al frente, en este caso Vila Dosal, de ver y trabajar por ellos, por sus verdaderas necesidades.
El antorchismo ya le ayudó a enlistar los problemas que tienen los yucatecos en los municipios, está en las manos del gobernador el querer, en verdad, trabajar por los suyos y sólo así, sí “juntos transformaremos Yucatán”.
A los yucatecos, en general y a mis compañeros antorchistas, decirles que la lucha organizada es siempre la mejor salida, porque un pueblo organizado, pero sobre todo educado, siempre será fuerte y cualquier gobierno del color que sea, siempre será pequeño ante el clamor y organización del pueblo.
Vamos, sigamos luchando, exijamos y de seguir con la negativa de no escucharnos, vayamos preparándonos para tomar el poder político del país, porque los que nos representan actualmente, el cargo les está quedando muy grande y de la pobreza poco se habla.
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